El PIB sufrió la peor caída de la historia pero ¿era inevitable?

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El desplome del PIB en el trimestre anterior, confirmaría la mayor recesión que se tenga documentada desde 1934.

El indicador que nos dice qué tanto creció (o no) la economía de México –el Producto Interno Bruto (PIB)– registró, en el segundo trimestre de 2020, la peor caída desde que se tiene registro.

Entre abril y junio, el PIB cayó 18.9% con respecto al mismo periodo del año pasado, estimó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Sin embargo, las autoridades gubernamentales pudieron atenuar (aunque no evitar) la peor caída económica de México, según especialistas consultados por Cuestione.

Recordemos que 2019 fue un año complicado en materia económica en nuestro país. El PIB registró la primera tasa negativa desde la crisis económica mundial de 2009, al caer (-)0.1% respecto al año previo.

Las afectaciones a la economía continuaron al arrancar el año 2020. Luego, con una economía ya “enferma”, llegó el SARS-COV-2. La crisis económica de México se intensificó y se confirmó que el país estaba en recesión económica.

Con ese contexto, no podemos decir que la caída de la economía era evitable, sobre todo “porque (el COVID-19) es un elemento global. Al final el cierre de la economía de Estados Unidos iba a provocar esta situación, aunado al cierre interno, pero se pudo atenuar la magnitud de la caída”, nos dijo José Luis de la Cruz Gallegos, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

Si el gobierno hubiera hecho programas de apoyo a las empresas para proteger el empleo, se habría aminorado la magnitud de la caída en la economía, coincidieron De la Cruz Gallegos y Ana Bertha Gutiérrez, analista económica del colectivo de investigadores de México, ¿cómo vamos?, en entrevista con Cuestione.

Aunque hay que reconocer que por más apoyo que se le diera a las empresas manufactureras, estas se verían muy afectadas porque esa actividad iba a parar por considerarse no esencial, agregó Gutiérrez.

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Ni las actividades primarias se salvaron

Las actividades primarias –agricultura, ganadería, pesca y minería– fueron las únicas que no registraron una caída anual en abril de 2020; sin embargo para el segundo trimestre, tampoco fueron la excepción.

Ese tipo de actividades disminuyeron 0.3% entre abril y junio de 2020, respecto al mismo periodo de 2019, a pesar de ser el único tipo de actividades económicas que no han parado durante la crisis sanitaria.

La ligera caída parece tener sentido considerando que quienes se dedican a algún tipo de actividad primaria pudieron no tener el 100 por ciento de lo que necesitaban para funcionar. “Hubo problemas de transporte, de logística, de falta de equipo o falta de maquinaria. También hubo una caída en las exportaciones”, aseveró el director general del IDIC.

Los tres tipos de actividades económicas de nuestro país cayeron entre abril y junio de 2020 comparado con el mismo periodo de 2019. Pero la construcción, la industria manufacturera y la minería (actividades secundarias), sufrieron la peor caída.

Pero la baja en el nivel de producción anual de las actividades secundarias no sólo fue la peor entre abril y junio de 2020. Las actividades que aportan el 29.2% del PIB también registraron su caída más baja desde que se tienen registros trimestrales (1993).

Mientras que las terciarias (como el comercio, transporte o servicios financieros) también registraron la peor baja de la historia. Lo que resulta aún más grave porque las actividades terciarias aportan el mayor porcentaje del PIB, casi 60%

Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, declaró en conferencia de prensa que ya esperaban esos datos (es decir, la caída del PIB en el segundo trimestre de 2020) pero, dijo: “ya pasó lo peor”.

Sin embargo, “aún hay incertidumbre de qué pasaría ante un segundo brote alto porque hasta ahora no se ve una estrategia clara del gobierno, de cómo haría sinergia con el sector privado para enfrentarlo de manera distinta”, declaró José Luis de la Cruz Gallegos.

Hasta mayo, casi 11 millones de personas que trabajaban en empresas micro, pequeñas y medianas perdieron su empleo. Además, el porcentaje de ciudadanos en pobreza laboral (cuando su ingreso no les permite adquirir una canasta alimentaria) se incrementó de 35.7%, en el primer trimestre del año, a 54.9% en mayo.

Así que si los contagios de COVID-19 siguen en aumento y eso lleva a otro paro de actividades, las afectaciones al bolsillo de las y los ciudadanos serían aún peores.

Hasta el 31 de julio iban más de 424 mil casos confirmados y más de 46 mil defunciones por COVID-19 en México, según cifras oficiales. Aunque se calcula que las muertes pueden ser casi cuatro veces más que las registradas por las autoridades sanitarias.

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