Primero los pobres. Alrededor de esa idea se basan todos los proyectos y objetivos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los cuales tienen como fin último reducir la desigualdad en el país y mejorar el entorno económico. Sin embargo, todo esto puede estar en riesgo de no cumplirse si no hay una reforma fiscal.
¿El motivo? Que actualmente nos encontramos en un entorno donde las economías del mundo se están desacelerando, lo cual afecta el desempeño económico del país. Ante ese escenario, el gobierno ha planteado la necesidad de tomar medidas como una reforma fiscal, peeeeeero ¡hasta la segunda mitad del sexenio!
Esta es la opinión compartida de expertos en el tema de finanzas públicas y presupuesto, quienes se reunieron el pasado 15 de octubre en el Senado de la República para discutir el paquete económico 2020 -el cual nos dice en qué gastará el gobierno nuestros impuestos, cómo lo hará y las estimaciones de cómo se moverá la economía- que actualmente se encuentra en discusión en el Congreso actualmente.
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¿Presupuesto responsable?
Para Mariana Campos, Coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa, el paquete económico planteado para el próximo año “es uno medianamente responsable” pues aunque contiene estimaciones no muy exageradas, algunos de sus pronósticos resultan preocupantes.
En opinión de Campos, “las estimaciones de producción petrolera (casi dos mil millones de barriles diarios)” así como “el pronóstico de crecimiento económico (de 2% anual)” se alejan de los indicadores que analistas y expertos manejan, por lo que cumplir al final de año tanto con los ingresos como con el gasto propuesto, puede no ser posible.
Además resalta que las condiciones actuales le dejan al gobierno muy poco margen de maniobra para trabajar y, aunque aún estamos a tiempo de corregirlo con una reforma fiscal, “el tiempo se está agotando”.
Finalmente, criticó que no “hay claridad de la distribución geográfica” sobre alrededor de 60 mil millones de pesos del presupuesto, que se van a transferir a la población a través de subsidios y apoyos y que muchos de esos programas “no cuentan con reglas de operación”, las cuales ayudan a “disminuir los riesgos de bajo desempeño y de corrupción”.
Reforma fiscal detenida por “razones políticas”
Durante su participación, el doctor en economía Juan Carlos Moreno-Brid -exdirector adjunto y coordinador de investigación de la sede en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)– destacó que uno de los instrumentos más importantes para redistribuir el ingreso, como lo ha planteado el gobierno de AMLO, “es la política fiscal”.
De acuerdo con el economista, “todos los gobiernos que han hecho reformas fiscales importantes, ha sido en los primeros años de gobierno y no hasta la segunda mitad”. Sin embargo, explica que “por razones políticas se decidió tratar el tema hasta el cuarto año de gobierno (2021)”.
Moreno-Brid detalló que si el gobierno no se decide a hacer una reforma lo más pronto posible, terminaríamos dependiendo de la inversión extranjera para financiar la inversión pública y todos los programas sociales del gobierno, lo que equivale a ¡alrededor de 7% del Producto Interno Bruto (PIB) del país!
En este escenario, sin una reforma fiscal, va a ser “imposible combinar crecimiento alto, mejor distribución del ingreso, modernizar la infraestructura, además de que se pone en riesgo la estabilidad macroeconómica de nuestro país”, añadió el analista.
Por este motivo, el doctor en economía llamó al gobierno a aprovechar la “fuerza (política) que tiene López Obrador” para poder hacer una reforma fiscal importante “que permita mejorar la capacidad de financiamiento del sector público”.
Concluyó alertando que “la recesión mundial ya viene”, pero el gobierno planea discutir la solución hasta 2021, por lo que llamó a los legisladores a que presionen para que el paquete tenga en consideración este tema.
¿Escuchará el gobierno a las voces que le alertan de esta amenaza? ¿podrán actuar a tiempo las autoridades?
