Futbolistas discapacitados son más respetados en la cancha que en su vida cotidiana

Compartir:

- Advertisement -

¿A qué se enfrentan?

“¡Una, dos, tres, cuatro, cinco… 10, 20, 30, 40!”, cuenta Antonio en su mente mientras domina un balón de futbol en el minuto que dura el semáforo. Al mismo tiempo su esposa se acerca a la ventanilla de los automovilistas que le llaman para darle unas monedas.

Toñito, como le dicen sus amigos, no tiene la pierna derecha, pero sus dos bastones lo sostienen cada que le pega a la esférica. Tenía 13 años cuando le cayó una piedra de seis toneladas encima. Le ayudaba a su papá a juntar teyolote (una piedra pequeña que se usaba de relleno en las construcciones) en una mina, relató Antonio Castañeda a Cuestione Apuntes de Rabona.

Una vez, un hombre le hizo señas para que se acercara a su auto, Toño respondió al llamado y vio cómo el hombre hurgó en el bolsillo de su pantalón, después depositó basura en la palma de Antonio. Recuerdos de discriminación, tiene muchos.

Antonio cumplió 43 años y desde que le amputaron la pierna no le dan trabajo, le niegan el empleo por miedo a que se caiga o se lastime, lo han tratado mal, lo han empujado en la calle y varias veces lo corrieron de un semáforo en Santa Fe solo porque por ahí pasaba un diputado (de quien no recuerda el nombre).

La discriminación por apariencia y la falta de oportunidades para encontrar empleo son de las problemáticas principales que han vivido las personas con discapacidad en México (con 11% y 30% respectivamente), aunque no son por las que más sufren.

Calles, instalaciones y transportes inadecuados a sus condiciones es lo que más padecen (31%), de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En ese sentido, Toño afirma que lo que más le cuesta trabajo es meterse al metro y subirse a los camiones “porque la gente no te respeta, te avienta y hay quienes se hacen los dormidos (para no darle el lugar)”.

Le cambió la vida

Hace cuatro años, un chico se acercó a Toño y le preguntó si no le interesaba jugar futbol, “yo me pregunté, ¿qué no estás viendo que estoy mal de mi pie?”. Nosotros tenemos un equipo de amputados, le dijo el portero de su actual equipo. Su ilusión siempre fue jugar ese deporte.

Ese joven, de nombre Aarón, defendía con un solo brazo los colores de Guerreros Aztecas, el primer equipo de Futbol Siete al que se integró Toño como delantero. Ahora ambos juegan con la camiseta de Titanes en una liga para amputados en la Ciudad de México.

El futbol no solo le dio más amigos a Toño, le dio una mejor manera de vivir. Antes ganaba alrededor de 40 pesos al día vendiendo chácharas en un tianguis, hasta que el Pollas, Roger y Víctor, sus compañeros de cancha, le enseñaron a dominar el balón. Esa nueva habilidad le asegura que su familia coma todos los días y que su hijo vaya a la escuela.

Foto: Cortesía.

“El futbol me cambió al 100%, es lo mejor que me pudo haber pasado en mi vida”, asegura Antonio, quien disfruta estar en la cancha porque ahí “solo somos jugadores no personas amputadas”. Si juega contra convencionales –como él llama a las personas que no les hace falta una extremidad– lo disfruto igual, porque te hacen correr y halagan tu esfuerzo.

Pero no toda la gente los respeta. En México, el 48% de las personas con discapacidad percibe poco o nada de respeto de la sociedad.

Deporte paralímpico

Existen varias adaptaciones para que todos puedan disfrutar el deporte; practicarlo tiene costos que diversas instituciones intentan cubrir. 

El Futbol Siete Adaptado está reconocido como deporte paralímpico desde 1984: los futbolistas juegan dos tiempos de 30 minutos, tienen 10 minutos de descanso, no existe el fuera de lugar, los saques de banda se pueden hacer rodando el balón, tienen tres suplentes y en la cancha no puede haber más de un jugador C8, categoría de las personas mínimamente discapacitadas. 

En el mundo del deporte adaptado todo se mueve con ruedas, palancas o alguna herramienta, como dijo Alejandro Acosta Medina, Director Técnico de la Federación de Parálisis Cerebral del Comité Paralímpico Mexicano, en entrevista para Cuestione y Apuntes de Rabona

En este mundo es cotidiano ver a las personas entrenando para romper sus marcas y “en lo único que te fijas es en que el atleta tiene que dar más para poder llegar a su sueño […] se tratan como iguales”. 

A veces, quienes no los tratan como iguales son las demás personas. De acuerdo con el INEGI, la opinión de la población con discapacidad de 12 años y más coincide en que son rechazadas por la mayoría de la gente, son tratados con desprecio y son consideradas por la sociedad como una carga. 

El mundo deportivo parece ser distinto, al menos en el Comité Paralímpico Mexicano. La experiencia del profesor Acosta indica que los atletas del deporte convencional y adaptado se tratan como similares: 

“Nos ha tocado el abrazo, la palmada de decir ‘venga chavos, échenle van para delante’. No me ha tocado que nos discriminen todavía, los ven de tú a tú porque los de deporte adaptado se esfuerzan tanto como los de deporte convencional, todos quieren conseguir algo, en mayor o en menor medida o con sus diferencias”. 

En el equipo de la CDMX van jóvenes de entre 14-15 y hasta 30 años, la mayoría tienen algún negocio, otros son abogados; no esperan a alguien que los apoye: “Si van a cruzar la calle no están esperando a alguien, saben que tienen que brincar la banqueta porque si no los atropella un carro… la gente está acostumbrada a luchar por lo que quiere hacer”.

Para las personas con dificultades para moverse, el mayor reto en el futbol es mantenerse y trabajar en conjunto para aprender las estrategias y técnicas a implementar. Para hacerlo, las personas pueden acudir a uno de los siete equipos que en Nuevo León, Edomex, Puebla, Veracruz, Michoacán, Jalisco y la CDMX. 

Si sobresalen, tendrán la posibilidad de portar los colores del TRI en competencias internacionales en donde deberán prepararse con mayor tiempo, cuatro o cinco horas de lunes a viernes. 

Si quieren incorporarse al futbol adaptado o cualquier otra actividad, pueden acudir al Comité Paralímpico Mexicano: “Estamos aquí esperándolos, para todo aquel que sepa que tiene una capacidad extraordinaria, capacidades diferentes, que tiene un sueño y que quiera practicar deporte, lo esperamos aquí”.

Las y los interesados pueden acudir a Av. Río Churubusco Esquina Añil s/n Magdalena Mixhuca, Iztacalco, CDMX México, C.P. 08010 o llamar al 31823732, datos disponibles en su página web.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.