Jóvenes, los más afectados
Por SIMO Consulting
A partir de la emergencia sanitaria por COVID-19, muchas de las dinámicas cotidianas se han visto afectadas. Al parecer, esta emergencia y su posible desenlace, vienen acompañados de un gran nivel de incertidumbre sobre lo que puede ocurrir en el futuro y, con esto, la suspensión o cancelación de las actividades en los planes de vida de las personas. Lo anterior trae consigo un impacto a nivel personal que varía generacionalmente y que se traduce en impactos en las dinámicas familiares.
La mayor afectación que han vivido las personas más jóvenes este año ha sido la de no poder continuar con sus estudios de manera presencial, ya sea de forma temporal o definitiva. De acuerdo a una encuesta nacional realizada por SIMO Consulting, un tercio de las personas entre los 18 y los 25 años (Centennials) no han podido continuar con la escuela o universidad a partir de la cuarentena.
Aún para los jóvenes que continúan con sus estudios de manera remota, no asistir a las clases podría traerles efectos negativos como retrasos en el aprendizaje, cansancio físico y estrés por la exposición a pantallas.
Un escenario posible para esta generación es que, al tener que postergar sus estudios, podrían tener dificultades para conseguir la estabilidad económica que les permita independizarse y lograr salir de casa de sus padres. Es probable que la tendencia continúe siendo similar a la de la generación Millennial (26 a 39 años) quienes dejan el hogar de sus padres a la edad promedio de 29 años.
En la otra cara de la moneda, el mayor impacto que ha tenido la pandemia en las personas mayores de 55 años es en el área de la salud, de acuerdo a los datos del Monitor SIMO.
Además de ser señalados como una población vulnerable a tener mayores complicaciones en el contagio del SARS-COV2, uno de cada cuatro miembros de la generación de los Baby Boomers han pospuesto una cirugía o procedimiento médico debido a la contingencia sanitaria.
Lo anterior se puede traducir en mayores complicaciones de salud en el corto y mediano plazo, que sin duda también podrán tener un efecto negativo en el bolsillo de las familias mexicanas.
Tal vez te interese: La mitad de los ‘municipios de la esperanza’ ya reportan contagios
Además, las dinámicas de cuidado a las personas adultas también se tendrán que modificar en los hogares, al tener que haber una persona que destinará su tiempo y esfuerzo en esto, una actividad que históricamente ha sido impuesta a las mujeres.
En este panorama, el reto para la actual administración será, además de lidiar con las crisis económica y de salud, prever escenarios a mediano plazo para poder orientar políticas que atiendan las necesidades específicas de las diferentes generaciones.
Para las personas más jóvenes se deberán impulsar esquemas para que puedan continuar con sus estudios de manera presencial, híbrida o remota, además de propiciar su inserción exitosa en el campo laboral.
Para las personas mayores, el desafío será garantizar esquemas para cuidar su salud de una manera accesible y asequible, de forma que en la situación actual la atención médica no represente un motivo de desgaste económico para las familias.
Generaciones
Centennials: 18 a 25 años
Millennials: 26 a 39 años
Generación X: 40 a 55 años
Baby Boomers: 56 a 75 años
Fuente: Monitor de Simo Consulting. Semana del 20 al 26 de julio. 1200 casos; levantamiento nacional.
