Cuando finalizó marzo –mes en el que se conmemoró el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y en el que salimos a las calles para exigir un cese a la violencia contra nosotras– se registró un incremento en la tasa de denuncias por delitos sexuales a nivel nacional.
Fue 21% más que en el primer trimestre de 2019, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Las medidas de confinamiento para mitigar la propagación del COVID-19 también comenzaron el mismo mes (17 de marzo) en, al menos, 10 entidades federativas, lo que se considera una de las razones del aumento de la violencia contra las mujeres, al permanecer más tiempo con su agresor.
Un ejemplo de ello es lo que ocurrió en Chihuahua. Un padre y madre de familia dejaron a su hija de seis años al resguardo de sus abuelos para evitar que se contagiara de COVID-19 porque ellos debían salir a trabajar.
Hoy sabemos que alguien abusó sexualmente de la pequeña, que la asfixiaron y que se intentó convencer a las autoridades de que su muerte había sido a causa del COVID-19. Fue un feminicidio y los abuelos son los presuntos responsables.
Más de 13 mil 200 personas denunciaron ser víctimas de algún delito sexual –acoso, abuso, hostigamiento sexual o violación– entre enero y marzo de este año, siendo las mujeres las principales afectadas.
Eso significa que cada día se abrieron, al menos, 145 carpetas de investigación –en promedio– por ese tipo de delitos, en los primeros 91 días de 2020.
En los primeros tres meses de 2020 se registró la tasa más alta de denuncias con respecto al mismo periodo de los últimos seis años: 20.3 carpetas de investigación por violación, abuso, acoso u hostigamiento sexual por cada 100 mil mujeres.
Entre los delitos analizados, las denuncias por acoso sexual son las que más crecieron (79.8%) en México, entre enero y marzo de 2020 con respecto al mismo periodo de 2019. En segundo lugar las de hostigamiento sexual, después las de abuso sexual y al último las de violación.
¿Más denuncias, más delitos?
“El aumento de las cifras en el caso de violencia sexual del Secretariado puede depender de varios factores, incluyendo mayor voluntad o más capacidades para registrar los casos o un incremento en la cultura de la denuncia”, mencionó Alejandra Castillo, consultora de la organización Gender Issues, en entrevista con Cuestione.
Al parecer, las denuncias podrían disminuir en los siguientes meses debido a la reducción en los horarios de atención en los Centros de Justicia para las Mujeres por la cuarentena, “lo que podría vulnerar el acceso a la justicia para las mujeres”, de acuerdo a lo reportado por una investigación de Equis Justicia para las Mujeres.
“Lo mejor es consultar todas las fuentes posibles sabiendo que tanto hombres como mujeres a veces desconocen que pueden estar siendo víctimas de hostigamiento u otro tipo de delito de esa índole”, agregó Castillo.
Y la realidad es peor, porque el 93% de las mujeres que son víctimas de una agresión física o sexual, no denuncian, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.
Los otras fuentes
Otros datos, como el incremento en solicitudes de ayuda a refugios y las llamadas al 911 nos dan otro panorama de la realidad.
Las solicitudes de orientación y atención a refugios han aumentado 80% en llamadas y 120% en mensajes a través de redes sociales desde que comenzó el confinamiento y aunque la mayoría de las mujeres que se acerca a los refugios es por una agresión física, las violencias están cruzadas, porque quien recibe una agresión sexual, tambén sufre agresión física y emocional, comentó Wendy Figueroa, directora general de la Red Nacional de Refugios, a Cuestione.
Una cifra alarmante que nos compartió Figueroa es que “el seis por ciento de las personas que denuncian una agresión sexual es porque agredieron a sus hijas”.
Pero, “los datos son solo una pequeña pincelada de lo atroz que vivimos la violencia machista, de la doble pandemia del coronavirus porque reflejan una realidad en la que no están las mujeres sordas, indígenas o a quienes ni siquiera les llega información y no saben qué hacer”, mencionó Wendy Figueroa.
La directora de la Red Nacional de Refugios afirmó que hay muchas mujeres a quienes les controlan el celular y no tienen manera de pedir ayuda y lo hacen a través de terceras personas, mientras que otras tienen miedo de contagiarse de COVID-19 si se salen de casa, lo que puede generar un repunte en denuncias y solicitudes de ayuda al terminar el confinamiento.
Mientras tanto, Figueroa ha registrado un aumento de 12% en el acceso a Refugios en el último mes y en algunos estados hasta de 50%. Y, el SESNSP, un incremento de 27.4% en las llamadas de emergencia al 911 por delitos sexuales como acoso u hostigamiento, abuso sexual y violación, en el primer trimestre de 2020 contra el mismo periodo de 2019.
En la siguiente gráfica podemos ver la evolución de las llamadas por delitos sexuales entre enero y marzo de este año:
Y en la siguiente imagen se observa cómo aumentaron las denuncias por delitos sexuales en 30 de las 32 entidades federativas, siendo Nayarit y Yucatán la excepción:
¿Incrementará la impunidad en delitos contra las mujeres durante el confinamiento?
