126 días de terror en embajada japonesa

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14 terroristas secuestraron a 600 personas en embajada.

El 17 de diciembre de 1996 una fiesta de 600 invitados se convirtió en un botín que la organización terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) pretendía canjear. Los diplomáticos, oficiales de gobierno, empresarios y militares de alto rango, presentes en el evento, por la liberación de prisión de 465 miembros de su organización.

Ante la confusión del golpe que esa noche dieron 14 miembros de la MRTA en la fiesta de cumpleaños en honor al Emperador Akihito, el entonces presidente de Perú, Alberto Fujimori, se mantuvo firme y se negó a cumplir las peticiones del grupo. Los secuestradores liberaron a rehenes no cercanos al gobierno y a todas las mujeres, conservando sólo 72 retenidos.

Las negociaciones para la liberación de los rehenes se prolongó por 126 días, hasta que entró en acción la operación de rescate conocida como Chavin Huantar, que puso fin a la toma de rehenes.

Años después de los hechos, tanto la toma de la embajada como su recuperación son controversiales, por la supuesta matanza de algunos de los 14 terroristas a los que el gobierno asesinó a pesar de que se habían rendido.

El Túpac Amaru buscaba destruir las instituciones para implementar un régimen revolucionario, de corte comunista. Su reinado de terror comenzó en 1984 y terminó a finales de los 90, aunque algunos seguidores fueron capturados hasta hace pocos años. Durante este tiempo se les confirmó asesinatos de policías, militares y civiles, además de vejaciones y matanza de minorías sexuales.

El ataque a la embajada es considerado el golpe más grande de los emerretistas, que hacían honores a la crueldad extrema. Actualmente hay reportes de pequeños grupos con el mismo corte ideológico del MRTA, pero no se ha comprobado que exista una reactivación formal de sus ataques.

La Comisión de la Verdad y Reconciliación, creada en Perú para investigar la ola de terrorismo que vivió el país entre 1980 y 2000, determinó que el MRTA fue responsable del 15% de las muertes de la guerra.

“En 1984, el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA) inició a su vez una lucha armada contra el Estado y es responsable del 1.5 por ciento de las víctimas fatales que fueron reportadas a la CVR.

A diferencia del PCP-SL, y en forma similar a otras organizaciones armadas latinoamericanas con las que mantuvo vínculos, el MRTA reivindicaba sus acciones y sus miembros usaban distintivos para diferenciarse de la población civil, se abstuvo de atacar a la población inerme y en algunas coyunturas dio muestras de estar abierto a negociaciones de paz.

Sin embargo, el MRTA incurrió también en acciones criminales, recurrió a asesinatos, como en el caso del general Enrique López Albújar, a la toma de rehenes y a la práctica sistemática del secuestro, crímenes que violan no sólo la libertad de las personas sino el derecho internacional humanitario que el MRTA afirmaba respetar. Cabe resaltar también que el MRTA asesinó a disidentes de sus propias filas”, se lee en las conclusiones.

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