Las razones por las que en México no funcionaría un plan como el de Roosevelt

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A mediados de la década de 1920, “tres millones de estadounidenses eran dueños de acciones (bursátiles), seducidos por la atracción magnética de enriquecerse de una manera tan sencilla, pero a finales de octubre de 1929”, el optimismo se desplomó igual que la Bolsa de Nueva York, relata la BBC.

El 24 de octubre de 1929, se dio el llamado Jueves Negro, cuando el mercado de NY sufrió una caída de 9% y siguió cayendo. El lunes siguiente perdió 12.8% y el martes otro 12%. Iniciaba el periodo conocido como la Gran Depresión. 

La mala respuesta que le costó el puesto a Herbert Hoover 

Las medidas tomadas para contener el desastre económico, por el entonces presidente Herbert Hoover, no fueron suficientes, lo que hizo que perdiera popularidad. En 1932, Franklin D. Roosevelt ganó las elecciones. 

En su toma de protesta, a inicios de 1933, intentó tranquilizar y unir a una población dividida: “Nuestra tarea principal es poner a las personas a trabajar. Este no es un problema sin solución si lo enfrentamos sabia y valientemente. Se puede lograr en parte mediante el reclutamiento directo del propio gobierno, tratando la tarea como se trataría la emergencia de una guerra”, dijo en su discurso de toma de protesta.

Roosevelt hizo lo que no había logrado Hoover durante cuatro años: devolvió a sus compatriotas su esperanza y su energía.

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¿En qué consistió el plan Roosevelt conocido como New Deal?

“Como presidente, Roosevelt echó andar una serie de medidas económicas, conocidas entonces como el New Deal, para rescatar a su país. Ahí inició la famosa tesis de rescatar la economía, el gobierno rescató empresas, bajó la tasa de interés, redujo impuestos; mientras que a los trabajadores les otorgó un seguro para el desempleo… con esto la economía logró subir; además, preparó a EU para la Segunda Guerra Mundial”, señaló a Cuestione José Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (LACEN) de la UNAM.

El New Deal quedó plasmado en 15 leyes destinadas a crear empleos, reiniciar la industria y la economía. Una de ellas, la Ley de Banca de Emergencia, tenía como objetivo estabilizar y restaurar el sistema bancario, a través del seguro federal de depósitos.

La ayuda que se le ofreció a los pobres fue a través de comedores populares y oportunidades de empleo. A final del plan, en 1942, se habían empleado 2.5 millones de personas.

Martínez Cortés explica que este programa se adoptó a nivel internacional, “aquí en México y en América Latina fue años después y se le conoció como el Estado Interventor. En Asia, como el Estado Desarrollista;  y en Europa como el Estado de Bienestar”.

México, con el Estado Interventor, “crea Pemex, se le da la autonomía a la UNAM, se crea el (Instituto) Politécnico, muchas instituciones con un impacto sociocultural económico en el país. Esas empresas, como Pemex, que se crearon en los 30, son las que en los 40 y en los 50, principalmente, impulsaron el crecimiento en México”, explica el también profesor de la UNAM.

Para el analista, éstas son medidas contracíclicas, “varios países ya lo han impulsado, por supuesto EU con apoyo de la FED (Reserva Federal de EU). La FED, que es el Banco Central de EU, como su principal objetivo tiene buscar el desarrollo, por eso otorga créditos a trabajadores y a empresas. En cambio, en México, el objetivo de Banxico es impulsar la estabilidad monetaria para a través de la misma impulsar el crecimiento, esa es la pequeña diferencia”.

“En Europa ya lo están haciendo. Lo vemos en Alemania, Francia, España e Italia. Y aquí, en México, no se puede impulsar por ciertas cuestiones propias del sistema político y del sistema empresarial”, afirmó Martínez Cortés,

Una característica del New Deal es que fue un “trío” el que sacó la economía de Estados Unidos: el Estado, las empresas y los trabajadores. “Aquí las empresas no quieren perder”, dice Martínez Cortés. 

En Estados Unidos, “durante el New Deal se analizó el estado financiero de las empresas, se recurrió al reporte fiscal anual de los últimos tres años –1927 a 1930– y esto permitió saber con exactitud si la crisis en las que se encontraban las empresas era producto de la Depresión de 1929 o ya venían acarreando problemas”, sostuvo Martínez Cortés.

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Luego del  COVID-19 ¿se necesitará de un plan como el New Deal?

Para Rodrigo Salazar Elena, coordinador del Laboratorio de Métodos de la Flacso México, el escenario que se vislumbra no es el de una posguerra, porque no se destruyó infraestructura, más bien “lo que se pierde es más en sentido de una huelga. Termina la huelga y lo que se ve afectado es el trabajo que no estaba operando y no es más que un poco de mantenimiento, pues se puede volver a las actividades”, dijo a Cuestione.

El asunto es que por esa razón no hay que reconstruir infraestructura, no es como una crisis financiera, porque no hay que rescatar a los bancos. 

“No hay que hacer un Plan Marshall –una iniciativa de EU para ayudar a recuperar a países de Europa Occidental devastados por la Segunda Guerra Mundial–, mencionó el especialista de Flacso México.

“Buena parte del Plan Marshall estaba destinado a producir planta productiva, aquí no hace falta eso, pero sí se están haciendo medidas para ayudar a soportar el vendaval que se viene”, agregó Salazar Elena. 

Estas medidas son de tres tipos: 

1.- Exenciones fiscales, para reducir los costos de las empresas.

2.- Créditos masivospara los establecimientos, para que no cierren o quiebren.

3.- Subsidios, ingresos para que  los trabajadores que pierden su fuente de empleo tengan al menos parcialmente su salario.

“No puede ser que este señor –Andrés Manuel López Obrador– esté llamando a los empleadores a que no despidan gente. Para las empresas despedir gente significa que si no lo haces, tu alternativa es quebrar. No puedo creer que este señor y la Secretaría del Trabajo  no lo vean con la claridad”, dice Salazar Elena.

Lo ideal, señala Rodrigo Salazar, es que el gobierno diga: “no despidas gente, págales el 40% de su salario y decir que el otro 40% lo voy a poner, yo gobierno, y el trabajador se va a aguantar a recibir durante este periodo el 80% de su salario. Es algo que puede hacer el gobierno, pero no quiere”.

Salazar Elena y Martínez Cortés coinciden en que después de una crisis económica o una catástrofe como una guerra, el gobierno debe llevar a una serie de acuerdos de reconstrucción entre el Estado, el empresariado y la clase trabajadora, la pregunta es ¿el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se sentará con estos sectores a platicar para sacar un acuerdo nacional?

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