Netflix vs. Trotsky: matando la memoria

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Nieto del revolucionario cuestiona serie de Netflix

Esteban Volkov, nieto de León Trotsky, recuerda a su abuelo y se le nublan los ojos. Mira hacia otro lado, sumergido en sus recuerdos. Pero su emoción cambia rápido cuando piensa en la serie de Netflix sobre el líder de la Revolución Rusa y afila la mirada: “es una verdadera mariguanada”, dice riéndo.

El mundo tiene un romance con Netflix. Ha cambiado la forma en que vemos cine y series, y muchas de sus producciones han sido aclamadas por la crítica; Roma, de Alfonso Cuarón, se la debemos a este servicio. Pero eso no significa que siempre acierten. El caso de la serie de Trotsky es un fracaso emblemático.

León Trotsky. Foto: Magnum Photos

¿Quién dices que era Trotsky?

León Trotsky fue uno de los grandes líderes, junto con Vladimir Lenin, de la revolución de octubre de 1917, que derrocó al zarismo en Rusia y dio paso a la Unión Soviética. Trotsky construyó el Ejército Rojo, que logró derrotar a 14 ejércitos extranjeros y a los ejércitos blancos durante la guerra civil que siguió a la revolución. Fue también uno de los intelectuales marxistas más importantes de la historia.

Tras la muerte de Lenin se esperaba que Trotsky quedara a cargo del estado soviético, pero Josef Stalin, su rival al interior del Partido Comunista, logró hacerse del control del aparato y posteriormente lo acusó de “indisciplina”.  

Trotsky perdió su cargo de Comisario del Pueblo y fue exiliado a Kasajastán; después fue expulsado del país. Stalin lo convirtió en el enemigo público número uno – acusándolo de todos los males de Rusia. Trotsky recorrió el mundo buscando asilo, y finalmente encontró un país que desafió las amenazas de Stalin: México.

Lázaro Cárdenas lo recibió, y pasó el resto de su vida en la Ciudad de México, en una casa en Coyoacán. Pero Stalin no soportaba su crítica constante y lo que representaba, por lo que ordenó su asesinato.

El estudio de Trotsky en Coyoacán, después de su asesinato. Foto: Casa Museo León Trotsky

Sobre la serie de Netflix

La serie fue emitida originalmente en el Channel One Russia, un canal oficialista. Con un elenco totalmente ruso, busca narrar en ocho capítulos la vida del revolucionario.

Netflix la recuperó y puso a disposición del público de todo el mundo… pero las voces de protesta no se hicieron esperar. En entrevista con Cuestione, Volkov, su nieto, explica que “en este documental Alexander Kott y Konstantín Statzky (directores) se ganan el premio invicto de la falsificación histórica. Vaya, llegan a unos extremos ya inauditos, y el Trotsky que manufacturan es un personaje grotesco, vulgar, que está a millones de años luz del verdadero Trotsky, que yo conocí, mi abuelo.”

Indignado, agrega que “no sé realmente cómo pudieron fabricar toda esta historia tan grotesca, tan alejada de la realidad. Me imagino si consumieron LSD con un poco de whisky. Realmente es la cosa más grotesca y absurda.”

Esteban Volkov. Foto: Christopher Rogel Blanquet

Voces de protesta

Volkov no está solo en su molestia. Un amplio grupo de intelectuales internacionales, entre los que destaca el filósofo Slavoj Žižek, han publicado una carta en que exponen las múltiples fallas históricas de la serie. Pero sobre todo, condenan el intento de asesinar la imagen del líder ruso para convertirlo en un ser mesiánico, egocéntrico y criminal.

Son las mismas falsificaciones que utilizaban los imperialistas y el zarismo o el estalinismo para defenestrar a Trotsky y sus seguidores cuando avanzaba la burocratización de la URSS. Todas ellas fueron refutadas por la Comisión Dewey formada especialmente por personalidades extrapartidarias en 1937, en México”, señalan en su carta.

El asesinato

Uno de los momentos de la serie que más irritación ha creado es cuando se narra el asesinato de Trotsky. De acuerdo con los archivos judiciales de la época, de los que Cuestione tiene copia, Ramón Mercader, alias “Jackson”, se infiltró en el grupo cercano de Trotsky para asesinarlo.

Documentos históricos han comprobado que era un agente de Stalin. Trotsky ya había sobrevivido algunos atentados antes: Mercader fue quién terminó la misión, al pedirle que revisara un texto suyo. Cuando el revolucionario le dio la espalda, le asestó un golpe con un piolet en la cabeza.  

La serie cuenta otra historia. En ella, Mercader y Trotsky tienen una relación de amistad. El asesinato se da cuando Trotsky descubre la verdadera identidad de Mercader y lo ataca; esto conlleva a una pelea en la que el agente ruso se ve obligado a matarlo.

Bueno – dice Volkov – el asesinato sí ya se sale de toda proporción, y cumple con el deseo máximo de Stalin… ¿Cómo en un hecho tan demostrado, ya tan irrebatible, se atreven todavía a falsificar históricamente este acontecimiento? Esto ya es un delito, y tampoco entiendo cómo Netflix se presta para ser esa Fake History“.

León Trotsky con Natalia Sedova, su esposa, y Diego Rivera. Foto: Casa Museo León Trotsky

La mano de Putin

Alexander Kott y Konstantín Ernst, responsables de la puesta al aire para la productora Sreda, están ligados al partido de Putin, Единая Россия o Yedínaya Rossíya (Rusia Unida).

Según explicó Gabriela Pérez Noriega, Directora jurídica y operativa de la Casa Museo León Trotsky, hace dos años la agencia de información estatal RT visitó el museo solicitando permiso para filmar en el lugar.  “Les pedí el guión y me lo mandaron en ruso. Pensaron que no lo iba a entender”, dice.

Leí el guión y marqué todos los errores y falsificaciones históricas; cuando presentan a Frida Kahlo como amante de Mercader, es una fabricación”. Pérez Noriega les pidió que se apegaran a la realidad histórica e informaron a la Embajada Rusa. Otra productora mexicana se acercó con la misma solicitud y el mismo guión; fueron rechazados también.

RT, como agencia de información rusa, es conocida por promover la visión del gobierno de Putin.  

Volkov no señala directamente al gobierno ruso: “no sé si es si es Putin, pero cualquier gobierno capitalista no ve con buenos ojos a los revolucionarios. Y Trotsky realmente fue uno los grandes revolucionarios marxistas que se han dado en la historia, y su lucha ha sido admirable”.

León Trotsky y su esposa Natalia Sedova en una reunión. Foto: Casa Museo León Trotsky

El último suspiro

Volkov vuelve a sus recuerdos. Quiere defender el legado de su abuelo. “Hasta el último día de su vida, él luchó por la causa socialista. Y, en ese marco, él desarrolla una personalidad generosa, solidaria, amable, cordial, siempre dispuesto a enseñar a los jóvenes camaradas”, dice.

En la escena del crímen, el estudio de Trotsky, Volkov cuenta una última historia. Después del golpe de Mercader, los guardias corren a su lado, así como su esposa, Natalia Sodova.  Ella coloca hielos en la cabeza de Trotsky, que está cubierto de sangre. Un joven Esteban Volkov llega en ese momento. Su abuelo, agonizante, le pide a los guardias que no le permitan entrar. “Ningún niño debe ver algo como esto”, pidió.  

“Ese es el tipo de persona que era. Agonizando, pensaba en los demás”, dice Volkov. Y suspira.

(Se contactó a Netflix para conocer su versión de los hechos, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.)

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