En la tarde del domingo 23 de junio, dos jóvenes se encontraban en un bar de la alcaldía Coyoacán, en la Ciudad de México. Frente a la sorpresa de la clientela, un grupo de sujetos arremetió contra ellos a balazos. Ambos hombres murieron. Y el resto de las personas salieron, tan rápido como pudieron del lugar, mientras esquivaban los cuerpos del suelo.
Éste es el caso más reciente de violencia extrema en la CDMX, donde tan sólo en abril pasado se registraron más de 20 mil carpetas de investigación por delitos del fuero común; un promedio de 646 investigaciones por día. Estos delitos van desde homicidios, secuestros, lesiones, violaciones hasta robos.
¿La delincuencia y la violencia está aumentando? Sí. La cifra que alcanzamos este 2019 es mayor por mil casos con respecto a los que se registraron en la capital el mismo mes pero de 2018, según datos de la Procuraduría General de Justicia de la CDMX.
Mayo, el mes más violento. ¿México en colapso?
Lo que sucede en la CDMX es una muestra de algo que crece en todo el país: una violencia fuera de control. Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en mayo de 2019 (último mes del que se tiene registro) hubo 180 mil 387 carpetas de investigación de delitos del fuero común. Esto lo convirtió en el mes más violento del año.
En abril, hubo 166 mil 373 delitos, esto es 14 mil menos. Para dimensionar mejor: de enero a mayo de 2018, hubo 792 mil 447 delitos, mientras que en el mismo periodo de 2019 se registraron 833 mil 457.
Pero también fue el año más letal. Aunque el número de homicidios que ocurrieron en el país varió mes con mes, mayo (el último mes del que se tiene registro) reportó las cifras más altas.
Esta entrega forma parte de un serial que Cuestione preparó para comprender a profundidad, con estadísticas delictivas y entrevistas con especialistas, cómo se llegó a estos niveles de violencia en México.
¿Qué está pasando?
El investigador René Alejandro Jiménez Ornelas, experto en sociodemografía de la violencia, explicó en entrevista para Cuestione que lo que vivimos hoy es el resultado de la violencia acumulada, continuada, aumentada y fomentada por las estrategias de seguridad de los sexenios anteriores.
De acuerdo con el también coordinador de la Unidad de Análisis sobre Violencia Social de la Universidad Nacional Autónoma de México, vivimos una situación de crisis pero no sólo en seguridad, sino en economía y juventud, ya que en los sexenios pasados (de Felipe Calderón a Enrique Peña Nieto) el país no generó el crecimiento económico y social que evitara el aumento de la criminalidad.
Según Jiménez Ornelas, la violencia estos años ya no es sólo producto del crimen organizado sino del incremento de otras formas de la delincuencia organizada, como el secuestro; además, sexenio tras sexenio, estos grupos han logrado incorporar a cada vez más personas jóvenes y adolescentes.
El también autor del libro La Violencia en México analizó que si bien los índices de criminalidad y violencia en México sí son una herencia de los sexenios pasados, el problema con la administración actual es que ni siquiera ha presentado un plan integral de combate a la inseguridad.
El único paso que dio el nuevo gobierno fue crear la Guardia Nacional pero ahora ese cuerpo de seguridad “está cumpliendo berrinches a Estados Unidos, con fuerzas militares deteniendo migrantes”, agregó el experto.
Jiménez Ornelas reflexionó que de cualquier forma la Guardia Nacional puede ser un factor que coadyuve a mitigar la violencia, pero no el factor que lo logre por completo. Lo que se tiene que hacer -en su opinión- es diseñar un plan integral que tome en cuenta no sólo el enfrentamiento violento, sino más oportunidades para la población joven, con más preparación (técnica y ética) y mejores sueldos para las policías.
¿De qué tipos de delitos estamos hablando?
Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, los delitos más frecuentes son: robos con violencia y sin ella, delitos contra la familia (que incluye violencia en los hogares y agresiones contra las mujeres), amenazas, lesiones y homicidios, en ese orden.
Además, aumentó la incidencia en homicidios de alto impacto social; por ejemplo, ya se cometió el asesinato de nueve periodistas y de 10 personas defensoras de los derechos humanos, cuyas muertes son más impactantes porque no se les asesina por sus bienes sino por la labor que realizan para la sociedad.
Y ¿cuál es la estrategia del nuevo gobierno para enfrentar la criminalidad?
Cuando un periodista cuestionó en abril pasado a Andrés Manuel López Obrador sobre el aumento de la violencia, el presidente negó las cifras y dijo que “tenía otros datos”. En efecto, desde que inició su sexenio impulsó un método propio para medir la estadística delictiva en el país. Sus cifras están varios puntos abajo de las que reporta el Secretariado.
Dar otra cifra no es la única estrategia que planea la llamada Cuarta Transformación, sino que en el Plan Nacional de Desarrollo 2019- 2024 habla de un cambio de paradigma en términos de estrategia de seguridad para alcanzar la paz.
En ese documento, el mandatario federal reflexiona que la solución a la violencia y la inseguridad es la incorporación de jóvenes al estudio y al trabajo para apartarlos de conductas antisociales; la recuperación del principio de reinserción social; el impulso a procesos regionales de pacificación con esclarecimiento, justicia, reparación, garantía de no repetición y reconciliación nacional; y medidas contra el lavado de dinero e inteligencia policial.
Pero, hasta el momento, toda la estrategia se ha centrado en la creación de la Guardia Nacional. ¿Cuándo veremos los resultados de esas decisiones?
En nuestra siguiente entrega responderemos: ¿es cierto que mayo de 2019 fue el mes más rojo de los últimos tres sexenios?
