¿Cerrará México su frontera sur?
Se le acaba el tiempo a México. Faltan solo cinco días para que se cumpla el plazo (10 de junio) de 10 días fijado por el presidente de Estados Unidos (EU), Donald Trump. Después de eso, se impondrá un arancel de 5% a productos mexicanos que entren a ese territorio. ¿La condición? Que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador frene a las personas migrantes centroamericanas que buscan “El sueño americano”.
Ante la amenaza, la respuesta del presidente de México fue enviar una delegación a negociar a EU. La primera reunión fue el 5 de junio y participaron, entre otros, el canciller Marcelo Ebrard, y los representantes de la Casa Blanca, Mike Pompeo, secretario de Estado, y Mike Pence, vicepresidente.
Durante ese diálogo, el gobierno estadounidense impuso sus condiciones a México: que contenga en su país a las personas migrantes centroamericanas; que refuerce su frontera sur con Guatemala; y que se elimine la corrupción entre los agentes migratorios fronterizos.
Tras este primer encuentro no se llegó a nada, o se avanzó poco. El canciller mexicano dijo que “el diálogo se centró en el tema migratorio. En resumen tuvimos una reunión cordial, cada quien defendió con argumentos y firmeza sus puntos de vista. Por su parte, Donald Trump señaló que, tras la negociación, hubo algunos avances pero no fueron suficientes.
Por falta de acuerdos, este 6 de junio se llevaron a cabo dos negociaciones, en la primera la agencia Reuters adelantó que México ofrecería desplegar hasta 6 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera sur para evitar los flujos migratorios. Y en la segunda, el canciller mexicano confirmó que se habló del despliegue militar, pero que no se llegó a una conclusión, por lo que seguirán el diálogo el viernes 7 de junio.
Los hechos de este día parecen contradecir lo que aseguró el titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Marcelo Ebrard, sobre que hay voluntad de acercamiento. La realidad es que: hubo errores en la comunicación, los representantes de la Casa Blanca insistieron en condicionar a México detener los flujos migratorios y la negociación ya fue a su segundo día.
Esto es importante porque si México no logra un acuerdo, el dólar podría subir varios pesos, la ciudadanía de Estados Unidos pagaría más por los productos que consume, las personas migrantes seguirán siendo perseguidas y, paradójicamente, por la caída del peso aumentaría la migración mexicana al país del norte, de acuerdo con diferentes analistas entrevistados por Forbes.
¿Cómo llegamos a esto?
Era 30 de mayo, cuando un tuit tambaleó la economía y la relación diplomática de nuestro país con el vecino del norte, principal aliado comercial y la mayor potencia del mundo. Además, el mensaje de Trump vino a días de arrancar formalmente la campaña para su posible reelección en 2020.
Al día siguiente del anuncio de Trump, el dólar aumentó de 19.08 a 19.82 pesos mexicanos, la Bolsa Mexicana de Valores cerró mayo con una caída de 4.14%, y según un análisis del Financiero, el dólar alcanzaría hasta los 24 pesos si se consolida el impuesto.
El peor escenario sería llegar a 25% de aranceles el 1 de octubre de 2019, como anunció la Casa Blanca en un comunicado.
¿Qué está en juego?
La petición que hace el gobierno estadounidense a México viene luego de que López Obrador fue criticado por organizaciones de la sociedad civil por hacer detenciones y deportaciones masivas en la frontera sur de México.
Tan sólo en marzo de 2019, entre una y otra caravana de personas migrantes que vinieron a finales del 2018, el Instituto Nacional de Migración (INM) deportó a más de 9 mil personas; la gran mayoría de América Central, especialmente de Guatemala y Honduras.
A esto se suma, la muerte de una niña guatemalteca en las estaciones migratorias, que son salas a los que llevan a las personas migrantes detenidas pero en las que no puede haber niñas, niños o adolescentes.
El país prevalece en incertidumbre, pero López Obrador dijo que confía en que se llegará a un acuerdo para que no se aplique el arancel. Eso sí, ya convocó a un evento en Tijuana, Baja California, “en defensa de la dignidad de México y de la amistad de EU”.
