“Me decidí a cambiar de giro porque me dio una fuerte angustia. Tengo que pagar la letra de mi carro, el crédito del departamento y los alimentos de mis hijos”, dijo Jesús, quien trabaja en producción de comerciales y ahora entrega a domicilio productos de la Central de Abastos.
Como Jesús, miles de habitantes en México han cambiado de giro debido a que las medidas para evitar el contagio de COVID-19 están afectando con dureza a algunos sectores laborales.
Te presentamos tres historias de personas que, en menor o mayor medida, se adaptaron a los nuevos tiempos para llevar lo necesario a sus hogares.
Además, esperan que este escenario sea temporal y que la economía mexicana se recupere pronto para que los proyectos personales y familiares continúen su marcha.
De acuerdo con el economista Carlos Brown, es hora de sacar la casta y mostrar esas habilidades que quizá no teníamos en mente.
“Los trabajadores de las industrias más afectadas irán hacia otros giros porque incluso hay sectores que necesitan más manos”, dijo Brown.
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Los guerreros
De acuerdo con Brown, “la historia nos ha enseñado que las guerras y pandemias obligan a la reubicación sectorial de los trabajadores”.
Siempre que hay un país en guerra, existe una pausa en las labores de siempre, “hay gente que se va al combate y gente que se queda en las labores de cuidados o producción. Lo mismo pasa en las pandemias”, dijo Brown.
Jesús Monterrubio trabaja normalmente como encargado de The Kitchen, un servicio de comida y de catering en el rodaje de comerciales y otros contenidos audiovisuales.
Para no quedarse sin recursos económicos, decidió aprovechar sus habilidades para escoger los mejores productos y ahora lleva despensas a domicilio, desde frutas y verduras hasta cualquier abarrote que necesiten sus clientes.
“La que tuvo la idea fue mi esposa Olga. Me lo propuso porque me vio mal y deprimido, ya que no tenía ingresos de nada”, dijo Jesús.
Orlando Luna también trabaja en producción de comerciales, películas y series, solo que desde la trinchera del sonido directo o el video assist. Con la crisis, cocina paella los fines de semana y la entrega a domicilio.
“Me decidí porque si no trabajo no tengo ingresos. No soy asalariado. Vi una oportunidad, tengo los insumos básicos y el conocimiento. Decidí probar suerte”, dijo Orlando.
Por su parte, Francisco Andrade trabaja como servicio de personal (welcome ambassador) en un hotel de Polanco.
Ante la crisis, sus empleadores le pidieron descansar dos meses con el sueldo mínimo, en lo que la gente vuelve a hospedarse en sus instalaciones.
“En este hotel y en algunos más de la cadena, van a pagar la mitad de el sueldo, y sueldo completo para los que ganan el mínimo”, dijo Andrade.
Sin embargo, tanto Francisco como otros empleados han visto reducido considerablemente su poder adquisitivo a pesar de esta medida, porque la mayor parte de sus ingresos provienen de las propinas.
“Acá donde vivo, tuvieron que decirle a la señora que hace la limpieza en el edificio que ya no viniera. La administradora me propuso trabajar en la limpieza del edificio en lo que pasa todo esto”, dijo Francisco.
Se decidió a cambiar de giro porque “un sueldo mínimo es nada, no alcanza para nada, faltan los gastos. Este sueldo (el de limpieza), que igual es bajo, me ayuda con los gastos que no dejan de correr”.
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El frente de batalla
De acuerdo con el economista Carlos Brown, es inevitable que algunos negocios cierren, lo cual puede provocar que quienes estaban empleados en esos sectores no puedan encontrar un nuevo empleo en ese sector tan fácilmente.
Estos giros laborales se van a dar en empleos que requieran una capacitación mínima, según Brown, que impliquen menos tiempo para actuar, como el abastecimiento de alimentos.
“Va a ser un giro duro, va a implicar que quizá alguien que tenía una educación profesional o técnica tenga que hacer trabajos que requieran quizá una preparatoria”, señaló Brown.
Y agregó: “la recuperación de los sectores más golpeados difícilmente va a poder ser tan rápida, sobre todo ante la falta de respuesta del gobierno mexicano, en todos los niveles, no nada más federal, sino estatal y municipal”.
Ante esto, Orlando Luna dijo: “he estado pendiente de las noticias y parece que todo empezará a normalizarse, mas no acabarse, a finales de mayo, así que creo fue una buena decisión hacer esto los fines de semana” .
Orlando conoce la existencia de algunos apoyos del gobierno pero asegura que no califica, de hecho, “nadie en el medio de producción califica, ya que se basan en sus censos levantados con anterioridad”.
“Los apoyos son dirigidos más que nada al sector del comercio informal. Así es nuestra triste realidad. No me sirven”, dijo Luna.
Por su parte, Jesús Monterrubio dijo que sí ha oído de algunos apoyos, pero no se ha acercado “porque piden requisitos con los que uno no cuenta a veces”.
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¿Cuál es el panorama?
Según Carlos Brown, la temporalidad de este escenario dependerá de la capacidad de recuperación de la economía mexicana.
“Y para como pinta, si la caída va a ser de 6%, algunos giros temporales van a ser de mediano plazo, es decir, pueden durar hasta dos o tres años”, dijo Brown.
En este sentido, Orlando Luna tiene la percepción de que nada volverá a ser como antes.
“No será un cambio radical, pero sí se modificarán muchas cosas, más que nada por parte de nosotros los trabajadores. En cuanto a gobierno, grandes empresas y en este caso casas productoras, no van a cambiar. Ellos modificarán nada o casi nada”, comentó Luna.
En el caso de Jesús, no cree que todo vuelva a ser como antes, “y si es así, nos costará mucho tiempo volver a levantarnos. Espero que no dure mucho, porque si no se va a poner más difícil para nosotros lo de medios y bajos recursos”.
Por su parte, Francisco piensa que volveremos a la normalidad por lo menos hasta dentro de seis meses, y eso si las personas siguen las medidas de precaución para evitar el contagio.
“La gente seguirá teniendo miedo. Y en cuanto al lado económico, también tardará la recuperación, hasta que la gente que se quedó sin trabajo encuentre algo”, dijo Francisco Andrade.
Agregó: “Aún no sé si volverá la normalidad. Creo que eso lo podré contestar con más seguridad en cuanto vea que la gente sí aplique las medidas, limpie y desinfecte todo como se debe. Cuando de verdad vea que la gente haya obedecido la cuarentena”.
Lecciones por aprender
El economista Carlos Brown piensa que en estos días “los trabajadores van a requerir de una flexibilidad como muy pocas veces lo hemos visto, porque en los últimos años las guerras y las pandemias no nos han afectado como a otras economías”.
“Entonces sí, vamos a necesitar mayor capacidad de actuación a la hora de responder a las necesidades del mercado laboral”, dijo Brown.
Tanto Orlando, como Jesús y Francisco, sienten que este episodio estará lleno de aprendizajes para todos. A Orlando, la pandemia por COVID-19 le ha enseñado a preveer y diversificarse.
“Este sistema es tan frágil y endeble que cuando algo se detiene, todos sufrimos, algunos más que otros. Nadie nos ayudará, ni el gobierno ni las empresas, así que solo nos queda trabajar y ahorrar”, dijo Orlando.
A Jesús, este momento le ha enseñado “que la familia es todo y que hay que luchar por ellos y, a veces, conoces gente que no pensaste que en estos momentos sería solidario contigo”.
Para Francisco este episodio está lleno de enseñanzas para cada persona, sin embargo es más escéptico, porque podría ser que “solo quedara en recuerdo sin enseñanza, como con el terremoto del 2017, cuando solo quedó el miedo”.
Esta crisis económica causada por el COVID-19, no solamente pondrá a prueba a miles de trabajadores que verán afectados sus sectores económicos, también pondrá a prueba las medidas de los gobiernos y saber si fueron o no efectivas.
