Aumento del trabajo infantil, otro daño colateral por COVID-19

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Niños y niñas, vulnerables en riesgo

Las niñas y los niños son uno de los grupos más invisibilizados durante la pandemia por el COVID-19. Sin embargo, también están en riesgo. La crisis económica –que llegó de la mano con la sanitaria– obligará a muchos de ellos a dejar la escuela para trabajar para aportar al ingreso familiar. Esto aumentará la desigualdad y sus probabilidades de exponerse al coronavirus.   

Uno de estos niños es Juan, con apenas ocho años de edad. Sus padres decidieron que en lugar de “perder el tiempo” frente a la televisión, viendo Aprende en Casa –el programa que el gobierno federal lanzó para que las niñas y niños continuaran con el plan de estudios a distancia–, acompañaría a su padre a trabajar como carpintero. 

“Desde que dijeron que debíamos quedarnos en nuestras casas, le ayudo a mi papá. A veces lo acompaño a las casas y ponemos puertas, o le ayudo a barnizar”, relata Juan. 

Antes de la pandemia, 2.3 millones de niñas y niños, de entre 5 y 17 años de edad, ya trabajaban en México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Pero después de la crisis económica que dejará la contingencia sanitaria, muchos más serán parte de esta cifra, alertaron expertos consultados por Cuestione

A casi cuatro meses del primer caso reportado de coronavirus en México, dos de cada tres hogares registraron caída en sus ingresos y 12 millones de personas perdieron su trabajo. “La pandemia ha traído consigo desempleo masivo y crisis económica, lo que llevará a que los niños no puedan seguir con sus estudios”, explica Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim). 

México no será el único caso. En toda América Latina, se estima que entre 109,000 y 326,000 niñas y niños dejarán las aulas para contribuir al sustento de sus hogares como consecuencia de la pandemia, advierte la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).  

De acuerdo con la UNICEF, los niños pueden trabajar en sus casas, en las granjas o negocios familiares, pero esto no debe intervenir con su tiempo para ir a la escuela o jugar, ni poner en riesgo su salud ni bienestar. Además, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) clasifica al trabajo forzado, como aquel que causa daños a la salud de los niños, ponen en peligro su educación y conducen a una mayor explotación y abusos. 

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¿Qué pasa con el derecho a la educación? 

A finales de marzo, Cassandra comenzó a estudiar el tercer año de primaria desde casa, al igual que más de cuatro millones de niñas y niños, por la contingencia. Aunque en un principio consultaba el programa de televisión Aprende en Casa, éste le resultaba confuso y aburrido, por lo que ella y sus compañeros, apoyados por sus padres y profesores, se organizaron para enviar las actividades a través de WhatsApp y dejaron de utilizar el programa diseñado por el gobierno federal.

Los maestros no estábamos preparados para enfrentar esta crisis, durante la contingencia nos han ido capacitando a la par en la que enseñamos. Sabíamos que no todos los alumnos tienen internet, es por eso que en la secundaria en la que trabajo decidimos que los niños trabajen con fotocopias como refuerzo, para llegar a la mayor cantidad de alumnos”, narra Raquel Toledo, subdirectora de la secundaria Cuauhtémoc en Xochimilco.

Aprende en casa, además del programa televisivo, comprende actividades a través de Google Classroom. Sin embargo, sólo 44% de los hogares cuenta con computadora (incluyendo estudiantes y docentes), de los cuales el  7% no tiene internet porque no puede pagarlo, de acuerdo con Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2019

Con el cierre de las escuelas, la desigualdad entre los alumnos escolarizados en el sistema público y los que se encuentran en el escuelas privadas se hace más grande. Mientras que en las escuelas públicas los estudiantes deben tomar clases con la única ayuda de la televisión, en las particulares, las clases en línea se impartieron de manera interactiva, permitiendo la consulta de dudas y revisión de tareas en tiempo real. 

Además, “las escuelas tampoco tienen claro cuándo abrirán de nuevo, los alumnos que no pudieron estudiar vía internet no van a regresar, pero también los pone en riesgo de ser víctimas de grupos criminales”, advierte Martín Pérez. 

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Aumenta contagio de COVID-19 en niños

El número de contagios de coronavirus en niños pasaron de 84 a 2,228, del 12 de abril al 4 de junio. Es decir, en menos de tres meses los casos en menores de edad se multiplicaron 26 veces, de acuerdo con la organización Save the Children

La principal preocupación de la organización es que aunque los niños no son una población de alto riesgo frente al COVID-19, sí están expuestos al contagio. Y afecta principalmente a aquellos que viven en pobreza, pues no cuentan con seguridad social y muchos de ellos tienen que trabajar. 

En medio de la crisis por COVID-19, en la que millones de niños, niñas y adolescentes mexicanos se verán afectados, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró: “Me enteré de otro organismo, de la defensa del niño y la niña. Bueno, ¿entonces para qué está el DIF?”. 

Ese otro organismo del que habló López Obrador es el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (Sipinna), el cual se encarga de realizar estrategias y programas para garantizar que se cumplan los derechos de los niños desde 2015, para dar cumplimiento a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (LGDNNA). 

Tenemos una grave dinámica de invisibilización de niñas, niños y adolescentes por parte del gobierno. De los 25 proyectos prioritarios que esta administración se planteó para su gestión, en ninguno aparecen los niños y esto los dejó en desventaja”, advierte Martín Pérez.  

El incremento del trabajo infantil se traduce en un retroceso del que México tardaría en recuperarse décadas, señala Martín Pérez. El gobierno debe garantizar las condiciones para que niños como Juan no tengan que trabajar para ayudar en casa y en su lugar puedan seguir estudiando.

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