El presidente Andrés Manuel López Obrador fue contundente: “en vez de estar demandando, es para que estuvieran pidiendo disculpas” por supuestos contratos corruptos y abusivos que las empresas que generan electricidad han obtenido con el gobierno. Detrás de este nuevo enfrentamiento, entre AMLO y los generadores, hay toda una historia que se remonta a la reforma energética de Enrique Peña Nieto.
La competencia que molesta al gobierno
La Comisión Federal de Electricidad (CFE) no es la única empresa que genera electricidad en el país. Desde 2014, empresas privadas también pueden cogenerar y vender energía. Con 114 permisos dados a particulares, son 10 las compañías líderes con capacidad para generar 2,953 megawatts (MW), de acuerdo con la Comisión Reguladora de Energía (CRE). Es decir, casi la misma electricidad que demandan Chihuahua y Durango juntos (3,134 MW).
Según Manuel Bartlett, director de la CFE, estos permisos se dieron “a diestra y siniestra” en el sexenio anterior, dejando en “riesgo el colapso” a la red eléctrica del país, pues –de acuerdo con el funcionario– muchas de estas empresas no pagaban la tarifa por uso de la red de transmisión.
El mercado eléctrico tiene un valor estimado en 311 mil millones de pesos al año (58.5% industrial, 25.4% doméstico y el resto dividido entre agropecuario y comercial). De ese pastel, el 20% del consumo nacional depende de estas empresas cogeneradoras, de acuerdo con Paul Alejandro Sánchez, analista de energía.
Antes de la reforma energética de 2014, ya había cogeneradores independientes que usaban la energía para su propio consumo (autoabastecimiento) y el sobrante lo vendían a la CFE, que a su vez revendía esta energía a sus clientes. Es decir que hasta ese año, la CFE concentraba el gran monopolio de la electricidad en el país.
¿Qué es la cogeneración?
Cuando enciendes el coche y éste quema gasolina, desprende calor que también se considera un tipo de energía. Algo similar sucede con los grandes cogeneradores de energía que usan una fuente primaria (petróleo, combustible, gas o, incluso, renovables, como biogás, eólica, etc.) y aprovechan el calor que se genera en el proceso para convertirlo en más energía.
Así, se obtiene más energía con menos recursos de la fuente primaria y se obtiene electricidad menos contaminante y más barata para el consumidor final, que se trata principalmente de empresas, es decir, permite a las industrias ser más competitivas y ofrecer mejores precios, pues sus costos se reducen.
La amenaza para el monopolio para la CFE: energías más baratas
Sin embargo, varios expertos han alertado que la CFE busca volver a acaparar el mercado eléctrico, pues los precios de la empresa de gobierno no son competitivos frente a los de los cogeneradores privados, quienes venden la energía hasta seis veces más barato, explica Paul Alejandro Sánchez, analista de energía.
A principios de este año, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) –la cual se encarga de evaluar y otorgar los permisos a las empresas– propuso que los cogeneradores vendieran directamente la energía a CFE.
“Con esta propuesta, la CRE buscaría colocar a la CFE nuevamente dentro de la competencia, al tiempo de recuperar a los grandes industriales”, explica Sánchez. “La CFE controla aún el 80% de la energía, pero quiere recuperar el 20% que se le está yendo”.
Después del anuncio vino una nueva amenaza para el sector eléctrico -apenas este 15 de mayo-, pues la Secretaría de Energía (Sener) publicó un acuerdo con el que que frenaría las inversiones privadas en energía (principalmente las eólicas y solares), lo cual es otro intento para que la CFE controle quién genera la energía y cómo se genera.
Si bien esto no afecta directamente a las empresas que cogeneran energía, sí abriría la puerta para que después estos proyectos también se otorguen bajo el control de la CFE y sean discrecionales, de acuerdo con Sánchez.
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¿Cuáles son las empresas que participan en la generación de energía en México?
Para que una empresa logre obtener un permiso de cogeneración de energía debe cumplir ciertos requisitos ante la CRE, la cual puede tardar hasta un año en darles trámite.
La empresa que quiera participar debe presentar información como la ubicación del proyecto, la capacidad energética, la tecnología de la central, el impacto ambiental, el currículum de la empresa así como su capacidad financiera, entre otros.
Una de las líderes es Mexichem Cogeneración Cactus, del empresario Antonio del Valle Ruiz, el cual se ha consolidado como uno de los grandes magnates del país, con una fortuna valuada en 3,200 millones de dólares, en parte gracias a su empresa Mexichem, una de las principales fabricantes de tubos de plástico a nivel mundial.
Fuente: Comisión Reguladora de Energía y Centro Nacional de Control de Energía
Nota*: La selección se hizo con base en las empresas con mayor capacidad autorizada por megawatts (MW)
La compañía española Iberdrola, de José Ignacio S. Galán, participa con su empresa subsidiaria: Enertek. Esta firma, que además es una de las gigantes de energía en México, pues ha estado por más de 20 años invirtiendo en 17 plantas de energía en el país, también ha estado acusada (y sancionada) por fraude por el Banco Mundial y señalada por posible conflicto de interés -durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa– por firmar contratos irregulares y tener cercanía con funcionarios públicos de su gobierno.
Otra es Cogeneración Altamira, la cual pertenecía originalmente a la empresa Alek, de José de Jesús Valdez Simancas, una de las petroquímicas más grandes de América Latina. Cogeneración Altamira fue adquirida el año pasado por Contourglobal por 800 millones de dólares, una empresa británica de generación de energía.
Tal parece que la nueva CFE de Bartlett va por el control directo del mercado de energía en el país, pero ante esto ya se avecina una lluvia de amparos para evitar que la CFE tenga de nuevo el monopolio de la electricidad.
