¿Cómo va a afectar la crisis económica que se avecina a mis deudas y créditos?

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Quienes tenemos deudas y créditos pendientes con los bancos, le tenemos pavor a estas dos palabras: crisis económica.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ya anunció que la economía mundial está en recesión por las medidas para enfrentar la pandemia de COVID-19, además de la baja del precio del petróleo y el aumento del dólar.

¿Cómo va a afectar esto a nuestros créditos? Los bancos anuncian medidas, ¿en qué debemos fijarnos? ¿Cómo se ve el panorama después de la crisis y, si ya estabas a punto de adquirir una deuda, es mejor dejarlo para después?

Enrique Díaz-Infante, director del Programa del Sector Financiero y Seguridad Social en Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), dijo en entrevista para Cuestione que la crisis económica podría provocar desempleo, reducción de salarios y cierre de empresas.

Lo cual podría traducirse en un aumento de la tasas de interés, porque habrá mayor riesgo para los bancos y mayor incumplimiento de pagos, dijo el experto.

Por su parte, Max Emilio Villanueva, broker hipotecario de BM Creditaria, comentó a Cuestione que la crisis preocupa porque “aún hay gente que tiene créditos hipotecarios en UDIS o en veces el salario mínimo, y que está pagando muchísimo”. 

Según Villanueva, quienes deben estar más tranquilos son quienes tienen sus créditos hipotecarios en una tasa de interés fija de un solo dígito, de 8% o menos.

“Si el día de mañana sube la tasa”, dijo el especialista, “no importa porque hay un contrato firmado ante notario que especifica montos y condiciones de su crédito actual, con un periodo de tiempo con una tasa que no se puede modificar a la alza”. 

Además agregó: “hace dos años estábamos con tasas base de 10%, es decir, de dos dígitos. Se prevé que a mediano plazo haya una alza de tasas. Te estoy hablando de 1%, tal vez 2%”.

Díaz-Infante señaló que “el mercado hipotecario se puede dar el lujo de establecer tasas fijas porque se ha vuelto un mercado muy competitivo, y porque tiene garantías hipotecarias. No es el mismo caso de los créditos al consumo”. 

Es decir, los créditos que preocupan son los que estén a tasa de interés variable”, de acuerdo con Díaz-Infante, “como las tarjetas de crédito, los de nómina o personales, hay que checar si son a tasa variable o tasa fija”.

Esto se debe a que los bancos tienen el mercado de estos productos y “muchas veces ellos establecen el precio, habrá que ver cómo se comportan ahora esos créditos con la crisis”, dijo el experto del CEEY.

De todas maneras, Villanueva recomienda aprovechar este momento para reestructurar y mejorar la hipoteca que ya se esté pagando, cambiar de UDIS o veces el salario mínimo, a tasa fija.

“Les van a dar condiciones actuales, deben acercarse con brokers hipotecarios porque les podemos dar mejores opciones de producto, de institución bancaria, más viables para ellos, dependiendo de su perfil”, dijo Villanueva.

En cuanto a si animarse a adquirir una nueva deuda o no, los dos especialistas coinciden en que solo se haga si se tiene el ingreso asegurado al 100% en los próximos años, y que el crédito sea con tasa de interés fija.  

Según Villanueva, “precisamente porque está subiendo el dólar es por lo que hoy es el momento preciso adquirir una vivienda con tasa fija de un solo dígito”.

“En el mediano o largo plazo que las tasas puedan ser modificadas a la alza, el banco ya no puede aumentar tu tasa. Eso no es posible”, dijo Villanueva.

Díaz-Infante explicó que “si alguien debe agarrar algún crédito, que sea a tasa fija y ver para qué. Si es un crédito hipotecario y no vas a perder el empleo, agárralo, no hay problema. Si es un crédito de nómina, personal o de tarjeta de crédito, no, no y ¡no!”.

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La importancia de las letras chiquitas

El martes 24 de marzo, Banorte anunció a sus deudores que podían posponer sus pagos durante cuatro meses.

La medida desencadenó que otros bancos también anunciaran medidas para apoyar a sus clientes mexicanos a enfrentar la crisis originada por la epidemia de COVID-19.

El jueves 26 de marzo, la Asociación de Bancos de México (ABM) envió una carta a Juan Pablo Graf, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), con las medidas para mitigar la crisis.

La ABM busca diferir los pagos, es decir, que los clientes que vayan al corriente puedan aplazar en el tiempo sus pagos de los próximos meses. 

Por otro lado, la ABM plantea que los contratos puedan ser modificados, en el perfil de riesgo del cliente o de la operación.  

Enrique Díaz-Infante opinó que encuentra muy bien estos anuncios, “si estos aplazamientos no se dan a través de una reestructura, yo no me preocuparía”. 

Sin embargo, “si conllevan un aumento a la tasa de interés o un incremento en las garantías que se piden para el pago de los créditos o que te recorten el monto del crédito, entonces sí los deudores tendrían que preocuparse”, dijo Díaz-Infante. 

Además, agregó: “llama la atención que se mencione la palabra modificación, porque ahí ya se tiene que hacer un convenio modificatorio, hay que cuidar que no impliquen cambios de las condiciones contractuales en perjuicio del deudor”.

“También hay que revisar que no implique que se modifiquen las condiciones de vencimiento anticipado de créditos, que no implique que se pueda vender la cartera a nuevos cobradores de crédito”, dijo Díaz-Infante.

De acuerdo también con el especialista del CEEY, los deudores debemos tener cuidado con estas modificaciones, revisar “cómo se van a hacer, si se va a hacer por escrito, que no se mueva a tasa variable o que no nos pidan más garantías”.

“Eso es lo que hay que ver en la letra chiquita”, dijo Díaz-Infante, “pero hasta ahorita van muy bien los bancos en dar plazo hasta que pase la crisis de COVID-19, y que sus deudores puedan recomponer su ingreso y puedan volver a pagar sus créditos”.

Según el especialista, los bancos están absorbiendo el golpe porque ellos a su vez tienen fuente de fondeo para prestar, “casi el 80%, sino es que hasta el 90% de lo que presta la banca es por los depósitos de los ahorradores”.

“Pero es una iniciativa positiva y de reconocerse”, concluyó Díaz-Infante.

Por su parte, Max Emilio Villanueva dijo que las medidas son buenas, sin embargo, si el deudor aún tiene liquidez, lo recomendable es que continúe pagando y deje los beneficios para quienes fueron despedidos o ven que su negocio corre peligro estos meses.

“Las calles están casi vacías”, dijo Villanueva, “a mucha gente le cuesta más trabajo conseguir los recursos que tenía hace mes y medio. Si la gente tiene los recursos para seguir solventando sus créditos, que lo haga. Es sano y moral no aprovecharse de la situación”. 

En cuanto a las letras chiquitas de estos aplazamientos, el broker hipotecario dijo que hay que fijarse en posibles comisiones adicionales o sobretasas.

“Esperemos que no estén pero eso es lo que hay que buscar en los contratos”, dijo Villanueva.

Y agregó: “No son circunstancias para no tomar el aplazamiento, al final del día es un beneficio que nos está otorgando el banco, pero sí hay que revisar para estar conscientes de las nuevas condiciones”.

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Momento histórico

“En 1995 fue un infierno, los deudores sufrimos muchísimo y se ve que los bancos aprendieron la lección. Se están adelantando para evitar que haya una cascada de impagos”, dijo Enrique Díaz-Infante.

También dijo que “si hay incumplimientos los bancos tendrían que constituir reservas y eso les cuesta, están saliendo ahorita rápido a dar más plazos, esperando que esto de alguna manera sea temporal, que se active rápidamente la economía y los deudores puedan retomar los pagos”.

Para Díaz-Infante, probablemente después se vayan a necesitar recursos fiscales en apoyo a los deudores, pero por el momento se espera que con los plazos y una vez pasada la pandemia, se recupere el pago de los créditos de manera normal. 

Max Emilio Villanueva aseguró que “nunca había visto algo tan fuerte como lo que estamos viviendo a la fecha, incluso la contingencia que hubo por la influenza, fue muy local, sí le pegó a la economía de la ciudad pero no fue tan grave como se prevé que será esta”.

“La verdad, la reacción de los bancos está siendo muy buena, pero me queda claro que es viendo por el bienestar tanto del cliente como de la economía en general”, dijo Villanueva. 

Por otro lado, Enrique Díaz-Infante opinó que este entendimiento es una muestra de cooperación y sensibilidad, y quizás “este buen ánimo, pudiera detonar hacia adelante una mayor confianza entre deudores y bancos para pedir y otorgar más créditos”.

Es más, “podría ser la oportunidad para dar un golpe de timón”, dijo Díaz-Infante, “venimos de una desaceleración económica desde 2015, 2016, y llevamos 18 meses con una economía estancada”. 

La crisis económica se avecina y para enfrentarla de mejor manera, los ciudadanos debemos estar bien informados sobre las deudas que hemos adquirido, las tasas de interés y condiciones que hemos aceptado.

Los bancos anunciaron aplazamientos que muestran que están en la disposición de apoyar a sus clientes, sin embargo, hoy más que nunca, es momento de leer las letras chiquitas

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