Confinamiento empeoró desigualdad entre hombres y mujeres en el hogar

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En México, las mujeres tienen una mayor carga de trabajo que los hombres, si tomamos en cuenta el trabajo remunerado y no remunerado. Mientras que las mujeres laboran 10 horas al día, aproximadamente, los hombres sólo trabajan 8.1 horas, incluyendo el trabajo por el que se paga y aquel por el que no se paga, de acuerdo a ONU Mujeres¿Esto cómo afecta la igualdad entre hombres y mujeres?

Los hombres tienen más tiempo para desarrollarse profesionalmente, capacitarse o bien, cuentan con más espacio para la recreación, que después se puede traducir en mayor productividad. Mientras tanto, las mujeres parecieran forzadas a permanecer más tiempo realizando trabajos del hogar, explicaron a Cuestione diferentes especialistas. 

Durante la pandemia por COVID-19, esta diferencia –conocida como brecha de género– se amplió. Así lo informó la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ya que debido al encierro son ellas las que absorben más horas de trabajo doméstico, y lo que se incrementa con el cierre de escuelas y saturación del sistema sanitario, además del cuidado de niñas, niños y personas adultas mayores. 

“Durante la contingencia he notado tres escenarios: mujeres que son amas de casa, las que laboran haciendo home-office y las que aún deben salir a trabajar. La constante de todas ellas es que la carga de trabajo doméstico y de cuidados aumentó”, explica Edith Ortíz Romero, especialista de Género en la Economía por la Facultad de Economía de la UNAM, a Cuestione.

Además, las mujeres cumplen una doble jornada. No sólo por su empleo remunerado, además tienen que invertir tiempo, esfuerzo mental y físico en los cuidados de la casa y de los hijos. Por el contrario, los hombres al realizar en menor medida estas tareas pueden ejercer su vida profesional, según nos explica Karina Vergara Sánchez, diplomada por la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Coppal). 

El trabajo doméstico es uno de los factores que más hace crecer la brecha de género. En 2018, las mujeres trabajaron 1,102 horas al año en el mercado laboral, mientras que los hombres lo hicieron 1,969; sin embargo, ellas destinaron 2,151 horas a las actividades doméstica, frente a solo 663 de los hombres, de acuerdo el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI). Esto implicaría que las mujeres trabajaron (entre funciones laborales y domésticas) 3,253, y los hombres 2,632. Es decir, ellas trabajaron el equivalente a poco más de 25 días de corrido más que ellos.

Esto, si lo viéramos en dinero, también representa una gran diferencia, pues mientras que  las mujeres aportarían 18.5% al Producto Interno Bruto (PIB) nacional con el trabajo en casa no remuneradolos hombres sólo aportarían una tercera (6.7%) de lo que aportan ellas en la misma actividad.

Ortiz Romero explica que “ellas tienen que lidiar con diferentes contextos; las mujeres que trabajan en sus casas tienen que compatibilizar sus horarios de oficina con los domésticos, tienen que encontrar horarios que les permitan tener más concentración, tienen que trabajar más por que las interrupciones durante el día no les permiten terminar”. 

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Madres solteras son más vulnerables a la brecha de género

Aunque la brecha de género afecta a todas las mujeres, las madres son las más vulnerables, ya que trabajan  jornadas más largas que las de las que no tienen hijos. 

Una de ellas es Andrea, de 40 años, con una hija de 10 años y otra de cinco. Actualmente trabaja como jefa de ventas en una tienda departamental, que cerró sus establecimientos durante la contingencia, pero continúa trabajando en línea. Eso incluye desde tomar cursos de ventas hasta actualizar inventario. 

“Siento que no tengo tiempo para hacer todo lo que debo, la cuarentena ha aumentado el trabajo en todos los aspectos”, comenta Andrea, en entrevista con Cuestione

Para que una mujer pueda desarrollarse profesionalmente deben existir factores que se lo permitan, de acuerdo a su contexto. Por ejemplo, solo dos de cada 10 mujeres trabajadoras cuentan con servicios de guardería o cuidados maternos, de acuerdo con el informe Mujeres y hombres en México 2019, del Inegi e Inmujeres

Aunque, en teoría, las madres solteras hacen el mismo trabajo que las que sí cuentan con una pareja, la realidad es que las primeras son más vulnerables, como explica Ortiz Romero: “Al no recibir ayuda de otra persona, la carga de trabajo es mayor. Con la cuarentena esta carga aumentó, ya que si antes se apoyaban de la escuela, clases extras, servicios de salud o trabajadoras domésticas que las auxiliaran, ya no están estas instituciones”. 

El desgaste no solo es físico, también psicológico, pues las madres que enfrentan solas esta cuarentena “tienen prohibido” enfermarse, porque no existe alguien más que vea por sus hijos. En este sentido, apunta la especialista, es importante recordar que en México casi uno de cada tres hogares tienen una jefa de familia, de acuerdo con el INEGI

Ortiz Romero también explica que las madres solteras son el sector más vulnerable frente a la brecha de género, ya que son quienes deben buscar trabajos con horarios más flexibles. Esto muchas veces las lleva al empleo informal o subempleo, sacrificando con ello las prestaciones sociales y la estabilidad en el ingreso. 

La cuarentena no es igual para todas y todos. Ante la crisis por COVID-19, las mujeres son las más afectadas, ya que las desigualdades que han enfrentado a lo largo de la historia las ha relegado a seguir cumpliendo con roles establecidos de género que las orilla a trabajar más en las labores domésticas, el equilibrar este trabajo no remunerado puede ser un paso para minimizar la brecha de género en el trabajo. 

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