La relación que tienen los medios de comunicación en México y en distintas partes del mundo, es inédita, a causa del antagonismo que diversos gobiernos han decidido establecer con la prensa.
Así lo expresaron los expertos consultados por Cuestione, quienes afirmaron que, a pesar de esta transformación, la prensa y los medios electrónicos de noticias continúan siendo un contrapeso del poder en el país.
Además, los académicos coinciden en que ahora, más que nunca, los medios de comunicación facilitan que la población ejerza su derecho a estar informada.
“Por un lado, la prensa es una parte muy importante del ejercicio de rendición de cuentas y transparencia. Estar informado es un derecho ciudadano. Si bien hay un buen número de comunidades con otros términos éticos, también, es cierto (que) si no fuera por la prensa, muchas cosas no se sabrían o no se conocerán en una crisis como esta (la provocada por la expansión de COVID-19)”, dijo Arlene Ramírez-Uresti, doctora en relaciones internacionales por el Tecnológico de Monterrey, en entrevista.
¿Sigue siendo el cuarto poder?
Los medios de comunicación han sido definidos desde el siglo XIX como el “Cuarto Poder”. Es decir, las instituciones encargadas de vigilar a los otros tres poderes (el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial) y de dar a conocer sus actividades.
Pero, también, desde ese entonces cumple la función de ser aliada de los gobiernos para dar a conocer su discurso a los ciudadanos, ya sea que esté subordinada o no, a alguno de los otros tres poderes.
“Pesos y contrapesos. Los medios siguen siendo el cuarto poder, dependiendo del medio, podemos hablar de cierta orientación, o cierta afinidad y línea editorial, y eso define el rumbo y las formas que se tienen con los distintos mecanismos o diferentes niveles de poder”, nos dijo Adolfo Laborde, profesor e investigador en la Universidad LaSalle.
El doctor internacionalista nos dijo en entrevista que, en el caso de México, se deben de analizar los intereses de cada medio para entender su relación con el poder, sobre todo, después de la decisión de recortar el presupuesto federal para medios de comunicación y, luego, establecerlo de nuevo para algunos.
“No toda la prensa es contrapeso del poder, hay antagonismos y en general, la relación con los medios de comunicación es ríspida, no porque la prensa lo quiera, sino que es una respuesta del actual gobierno ante las críticas de su desempeño”, detalló Laborde.
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Una relación inédita
Si bien hay desacreditaciones a la prensa por parte de Andrés Manuel López Obrador, también existen críticas directas que indican, de acuerdo a Arlene Ramírez-Uresti, el inicio de una relación “inédita” en la que los medios también deben de aprender a no caer en “provocaciones”.
“Es algo inédito. Mientras el surgimiento de las redes sociales provocó una democratización de los medios, han surgido nuevos voceros y nuevos integrantes en estas comunidades de comunicadores. Es en este escenario que el gobierno se “victimiza” y encuentra en la red, sea cierto o no, un contrapeso que le permite validar acciones de desprestigio y de estrategia contra la prensa”, detalló la analista.
De acuerdo con Alberto Laborde, la relación que existe entre los medios de comunicación en el país y el gobierno federal podría mejorar si el área de comunicación social interviniera y evitara que el presidente entrara en debate directo e innecesario con los medios de comunicación, ya que sus conferencias diarias (las mañaneras), no son el canal adecuado.
“La ideal sería que el presidente no se involucrara en peleas directas con los medios”, concluyó Laborde.
A pesar de los problemas que enfrentan los medios de comunicación, la prensa se sostiene como un contrapeso en la democracia mexicana, que tiene que adaptarse a la nueva dinámica en el poder.
