Cuando la decepción ciudadana cambia los gobiernos

Compartir:

La decepción es uno de los sentimientos que más tardan en desaparecer de la cabeza de las personas, según un artículo publicado en Science. Si este sentimiento es generalizado en una sociedad, los vuelcos a la hora de decidir el rumbo político de un país suelen ser radicales. 

“Una enorme decepción alimenta a los cambios, en los que una sociedad decide pasar de un régimen a otro, que puede ser de derecha o izquierda; es como si la sociedad brincara a la opción contraria a lo que había estado viviendo”, dice, Roberto Hernández, académico de relaciones internacionales, de la Facultad de Estudios Superiores, Acatlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

A la hora de ir a votar, los ciudadanos no solo consideran a los candidatos presidenciales, ni sus propuestas, sino que se acuerdan cómo les ha ido con las administraciones anteriores y entonces, deciden. El voto de castigo es uno de los modos en los que expresan este desacuerdo; sin embargo, no siempre esta manera de votar lleva a los ciudadanos a buen puerto, explicó Hernández.

¿Y por qué el desencanto ?

Para que los habitantes de un país elijan gobiernos distintos al que estaban acostumbrados, tiene que haber varios factores. La percepción de inseguridad, el crecimiento económico, la generación de empleo, los incrementos en los indicadores de corrupción y la manera en la que los gobernantes enfrentan las crisis, importan mucho a la hora de las elecciones, explicó el economista e internacionalista, Carlos Brown, en entrevista con Cuestione. 

Un ejemplo de la manera en la que las crisis impactan en las elecciones de los ciudadanos es Grecia, uno de los países más afectados por la crisis económica en Europa entre 2008 y 2009, y que migró de un gobierno de derecha a uno de izquierda, según información de un estudio.

En Europa, entre 2006 y 2012, Alemania, España, Eslovenia, Portugal, Bélgica, Países Bajos, Noruega, República Checa, Suecia y Hungría migraron a la derecha. Mientras tanto, Francia, Eslovaquia, Reino Unido, Irlanda, Dinamarca, Grecia y Polonia eligieron gobiernos de izquierda en ese periodo, según información de dicho estudio.

La teoría del péndulo también puede explicar estos cambios radicales en las decisiones de los habitantes de un país. Esta teoría considera que cuando existe la percepción social de que un régimen político deja de atender las necesidades económicas y sociales hay un desgaste por parte de la ciudadanía. Esto empuja al elector de un lado político a otro, que puede ser de derecha o de izquierda, pero que por lo general es completamente diferente al que estaban acostumbrados, explicó Brown.

El problema viene cuando las alternativas se desgastan y el péndulo deja de migrar de gobiernos de ultraderecha a gobiernos populistas. Es entonces cuando podrían surgir nuevas alternativas políticas, muchas de las veces, impulsadas por ciudadanos, aunque a la hora de querer consolidarlas mediante la creación de nuevos partidos políticos que representen una nueva opción, se encuentran con un freno que se los impide, aseguró Brown.

La decepción en América Latina

Argentina 

El año pasado, los argentinos cambiaron de un gobierno conservador, encabezado por el presidente Mauricio Macri, que gobernó ese país de 2015-2019, a uno muy diferente, al elegir como presidente a Alberto Fernández, quien el año pasado contendió por la presidencia de ese país en un partido de coalición con la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner

Ahí fue evidente que se trató de un voto de castigo que reflejaba la decepción contra las políticas de gobierno de Macri, expuso Hernández, especialista de la UNAM.

Los argentinos regresaron al peronismo el año pasado al elegir al Fernández, como una salida política a la corrupción de Macri, que también prometió reducir la inflación y la pobreza en ese país, pero no lo cumpló, abundó Carlos Brown. 

“Las elecciones en Argentina no representan las preferencias para el nuevo presidente Alberto Fernández, sino que no había otra alternativa. Todos perdieron. Hubo un desencanto que impulsó esos votos”, aseguró Brown.

Brasil

Tras varios gobiernos progresistas, como el de Lula da Silva y  Dilma Rousseff, los brasileños dieron un giro hacia un gobierno conservador el año pasado. La decepción ante la corrupción con la que manejaron el país estos dos presidentes, llevó a los habitantes de ese país a una forma de gobierno más conservadora. Sin importar el discurso xenófobo y homofobo del actual presidente de ese país, Jair Bolsonaro, en Brasil eligieron un gobierno completamente diferente al que estaban acostumbrados, dijo Brown.

Desencantados por los manejos gubernamentales de Da Silva y Rousseff, los brasileños eligieron a Bolsonaro, quien nunca ocultó sus filiaciones políticas, tampoco hizo gran cosa por agradar al electorado brasileño, incluso muchas de sus propuestas por la presidencia fueron violatorias a los derechos humanos. Con todo y eso, lo eligieron como presidente, agregó Hernández.

Estados Unidos 

El cambio de un gobierno demócrata, como el que llevaba Barack Obama (2009-2017), hacia uno republicano, como el que ahora encabeza Donald Trump, no responde tanto a un desencanto social, porque durante la presidencia de Obama había buenos indicadores económicos y una baja tasa de desempleo, expuso Brown.

Por eso parecía extraño escuchar el discurso de Donald Trump, cuando contendía por la presidencia de ese país, en el que hacía referencia a un paisaje desolador en ese país, el acierto del Trump fue considerar a minorías poco atendidas, poblaciones blancas de clase media que necesitaban ser escuchadas, añadió el especialista.  

El desencanto puede ser percibido como un sentimiento que afecta a cada individuo de manera diferente, pero cuando este se traslada a una sociedad completa, sin importar si las decisiones son las correctas, las personas pueden lograr cambios en la manera en la que son gobernadas, aunque estos cambios no sean siempre los más adecuados.

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.