De los abrazos a los balazos, la fallida estrategia contra el narco

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 Sin diagnóstico ni rumbo

La estrategia para enfrentar el narcotráfico en el país pasó de los “abrazos, no balazos” a un mayor despliegue de fuerzas de seguridad para combatirlo. Justo como lo hicieron las pasadas administraciones. 

“No hay nada nuevo ni diferente a los sexenios anteriores, en cuanto al combate al narcotráfico”, nos explica Edna Jaime, directora de México Evalúa. 

Para disminuir la inseguridad del país, López Obrador presentó en noviembre de 2018 el Plan Nacional de Paz y Seguridad 2018-2024, en el que planteaba varias líneas de acción. Éstas incluían disminuir la corrupción, regenerar el tejido social con más empleo, salud, educación y bienestar, así como despenalizar la marihuana y migrar de una “guerra contra el narco” a la pacificación sin violencia. 

“Abrazos, no balazos” y “Becarios y no sicarios” son dos de las frases insignia con las que el presidente del país resumió su estrategia de seguridad. A casi dos años de iniciado su gobierno y aún cuando una de las promesas de la campaña de López Obrador era la no militarización del país, tenemos a 90 mil elementos de la Guardia Nacional en las calles de México.

En este gobierno hemos visto al presidente pedir a los narcos que “se porten bien”, saludando a la mamá de El Chapo, en Sinaloa, y poner todas sus esperanzas en mejorar la seguridad del país con una Cartilla Moral y programas sociales. Pero hacen falta más que buenos deseos para combatir a este problema.

Programas sociales 

En el país, cada 40 minutos un joven es asesinado. Una de las premisas para mejorar la inseguridad estaba basada en alejar a las personas de las circunstancias que los empujan a cometer delitos, mediante los beneficios de los recursos otorgados en los programas sociales. Uno de ellos es Jóvenes Construyendo el Futuro, ofrece una beca de 3,748 pesos al mes y capacitación laboral durante un año. 

Sin embargo, no existe un diagnóstico sobre las necesidades específicas de la población a la que atienden, tampoco es posible medir si en efecto tendrán un impacto en la reducción de la violencia. “El presidente pensó que sus programas sociales tendrían un efecto en la reducción de la violencia y el crimen, pero estos programas no cuentan con instrumentos que permitan medir que habrá algún efecto”, dice Jaime

En 2019, Jóvenes Construyendo Futuro benefició a 807 mil jóvenes, pero sólo 2.2%,de ellos obtuvo un empleo formal, según investigaciones previas de Cuestione. Este año, el presupuesto para esta iniciativa, que no está contemplada en los recortes del plan de austeridad, es cercana a los 25 mil millones de pesos, lo que equivale a, casi, una tercera parte del gasto destinado a Seguridad y Protección Ciudadana.

Abrazos, no balazos 

El aumento de la violencia en el país se debía a la “estrategia policial y belicista”, que era aplicada en otros sexenios, así lo explicaba López Obrador en su plan para pacificar el país, hace casi dos años

Las cosas no han cambiado mucho, porque ahora vemos más elementos de seguridad en las calles, pero sin mejorar sus capacidades y equipamiento, no se garantiza ganarle al narco. Por tanto, es necesario desarrollar un plan integral de combate a este flagelo, advierte la especialista de México Evalúa, Edna Jaime.

La no militarización del país también fue una de las promesas de campaña de López Obrador. En menos de un año de llegar al poder creó a la Guardia Nacional, conformada principalmente por elementos del Ejército y la Marina, quienes realizan labores de seguridad pública y policíacas

Apenas en mayo pasado, emitió un decreto en el que las fuerzas militares (Defensa Nacional y Marina), complementarán a la Guardia Nacional en labores  de seguridad pública y policíacas los siguientes cuatro años, pero nadie tiene la certeza de que en 2024, cuando acaba la vigencia de este decreto, se emita una nueva medida para que las fuerzas armadas continúen en labores de seguridad pública, añadió Vanessa Cárdenas, académica internacionalista de la Universidad Anáhuac.

Además, la Guardia Nacional, la principal apuesta del presidente para pacificar al país, es incongruente con la promesa de no militarizar a México, añade Cárdenas, también integrante de la Red de Politólogas

La especialista asegura que la estrategia de seguridad también debería contemplar el fortalecimiento de los cuerpos civiles de seguridad, que continúan enfrentando al narco con falta de equipo y bajos salarios, lo que incide en más vulnerabilidad a ser corrompidos. 

Eliminar la corrupción era otra de las apuestas del Plan de López Obrador para mejorar la inseguridad y combatir al narco. Sin embargo, entre 2017 y 2019, aumentó la tasa de víctimas de corrupción en 7.5%, al pasar de 14,635 a 15,732 personas que experimentaron corrupción al realizar trámites, por cada 100 mil habitantes, según datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI).

Regulación de sustancias

Según la estrategia del presidente, “la prohibición de ciertos estupefacientes por parte del poder público es ya, desde cualquier punto de vista, insostenible”. Esto de acuerdo con su plan para pacificar al país, emitido en noviembre de 2018.

Pero la iniciativa para despenalizar el uso de marihuana se sigue discutiendo en el Senado, expuso Amaya Ordorika Imaz, Coordinadora de Incidencia Política del colectivo ReverdeSer, en entrevista con Cuestione.

La contradicción es otro de los fallos en el combate al narco y comienza desde el discurso, porque el presidente López Obrador continúa equiparando a las personas usuarias de drogas con delincuentes, tal como lo dijo en noviembre del año pasado al explicar que: “los que cometen estos actos de crímenes, de asesinatos, por lo general, son gentes (sic) drogadas”. Esto también demuestra un conocimiento superficial de los contextos, añade Ordorika.

Otro gran tema: el desarme 

La mayoría de los programas de desarme se enfocan en la recuperación de las armas de bajo calibre, mientras que las de alto calibre siguen en manos del narco. Para muestra, el atentado contra el jefe de la policía capitalina Omar García a finales de junio pasado. 

Además, sin una agenda bilateral que detenga el tráfico de armas entre México y Estados Unidos, no habrá una disminución del narcotráfico, añade Vanessa Cárdenas, especialista en relaciones internacionales y seguridad.

Al cierre de 2019, de los 35,620 homicidios dolosos que se registraron en el país, más de 24 mil fueron con arma de fuego, de acuerdo con informes de víctimas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.

La estrategia que pensaba combatir al narco con abrazos ha tomado el mismo rumbo de los balazos que las pasadas administraciones.

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