Dichos del pasado que ponen en aprietos al AMLO del presente

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Del pase de “charola” al avión presidencial

Andrés Manuel López Obrador mencionó tres veces la palabra “cambio” en su discurso de toma de protesta. El 1 de diciembre de 2018 se dijo juarista, cardenista, maderista. 

Trabajaré 16 horas diarias para dejar en seis años muy avanzada la obra de transformación, haré cuanto pueda para obstaculizar las regresiones en las que conservadores y corruptos estarán empeñados. Por eso aplicaremos rápido, muy rápido, los cambios políticos y sociales”, advirtió López Obrador.

Cambio y transformación son los sellos de su discurso. El pasado 5 de febrero el presidente llegó a la mañanera y exhibió la falta de conocimiento de estudiantes a nivel básico porque sabían del puente vacacional, pero no que ese día se recordaba la promulgación de la Constitución mexicana.

“Anuncio que terminando el ciclo escolar actual voy a proponer reformas, cambios, para regresar a las fechas históricas para que sea festivo el día en que se conmemore una fecha histórica, desde luego las más importantes, las trascendentes”, señaló el mandatario.

Mientras tanto, la Asociación de Secretarios de Turismo (ASETUR) estimaba pérdidas económicas por 21 mil 512 millones de pesos al eliminar los puentes vacacionales, como señaló el periódico El Financiero. Nada parecía hacer cambiar al jefe del Ejecutivo.

Al menos, hasta el 20 de mayo. Durante la conferencia en que Hugo López-Gatell, subsecretario de Salud, informó sobre las cifras del COVID-19 en el país, el titular de Turismo, Miguel Torruco anunció:  

“Hoy en la tarde, me autorizó (el presidente López Obrador) que para detonar el turismo interno van a permanecer los fines de semana largos”, dijo.

Torruco mencionó que con la aprobación aumentaba la ocupación hotelera entre siete y ocho puntos y se detona el aparato productivo con la estimación de cinco millones de turistas adicionales, sobre todo el de Pueblos Mágicos.

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Sobre el COVID-19

Tan cambiante es el discurso de López Obrador, que en cinco días lo modifica. El 22 de marzo -a dos días de que iniciará la Fase 2-, con 316 casos confirmados de coronavirus y dos muertes en Durango y Ciudad de México, el presidente usó sus redes sociales para invitar a la gente a salir. 

No hacemos nada bueno, no ayudamos si nos paralizamos sin ton ni son de manera exagerada… Aquí en Oaxaca solo hay dos casos de personas infectadas de coronavirus y ya están saliendo, entonces no hay que exagerar la nota”.

Y de pronto, el 27 de marzo, las palabras del mandatario desde Tijuana fueron otras: “Tenemos que estar en nuestras casas, tenemos que guardar la sana distancia”. El Sector Salud reportó 717 casos por coronavirus y 12 defunciones

Del Chapo a Ovidio… otra cara de la moneda

El 17 de octubre de 2019, elementos de la Guardia Nacional y de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) lograron detener a Ovidio Guzmán López. Lo que desató balaceras en Culiacán. 

Lo que había sido difundido en redes sociales como un acierto, terminó en fracaso, cuando el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, aceptó ante los medios, que se había dejado en libertad al hijo del “Chapo” Guzmán, argumentando que así habían resguardado las vidas de muchos habitantes de Culiacán.

Al día siguiente, López Obrador respaldó la decisión de Durazo. “Los conservadores no van a estar contentos con nada, pero no tenemos duda de que fue la mejor decisión”.

No había nada más que decir, hasta que los usuarios de redes sociales buscaron en la cuenta de Twitter de López Obrador y retomaron una declaración que hizo el 14 de julio de 2015, sobre la fuga de Joaquín Guzmán Loera del Altiplano.

Pero ahí no quedó el asunto, el 29 de marzo en plena contingencia por COVID-19, el mandatario acudió a Badiraguato, Sinaloa y luego de un evento se encontró con la mamá de Joaquín “El Chapo” Guzmán, la señora María Consuelo Loera Pérez.

“Te saludo, no te bajes, no te bajes, ya recibí tu carta”, dijo el presidente al saludar a la madre del narcotraficante, quien se encontraba dentro de una camionet

Pase de “charola”, ejercicio de recaudación del pasado que… se sigue usando

En febrero de 1993, se realizó una cena en casa del entonces presidente del PRI, Genaro Borrego para solicitar dinero para financiar la campaña presidencial priista, documentó El Economista.

Después de casi una década, en octubre de 2001, la entonces primera dama, Marta Sahagún, en su calidad de presidenta de su fundación “Vamos México” convocó a una cena en el Castillo de Chapultepec para recaudar 10 millones de dólares -cuatro millones quedaron en los bolsillos de Elton John, quien amenizó el evento-.

El pase de “charola” de Salinas y Sahagún molestó al entonces perredista López Obrador, según indicó Eduardo Ruiz-Healy, en una columnaSin embargo, a 19 años de distancia, el mandatario convocó a una cena en Palacio Nacional el 12 de febrero de 2020 .

Charolazo de AMLO para un avión que nadie quiere 

AMLO invitó a un grupo de empresarios, a quienes les ofreció tamales de chipilín y chocolate. Ahí, en Palacio Nacional se encontraron Carlos Bremer, Asunción Aramburuzabala, Carlos Slim, Emilio Azcárraga, Bosco de la Vega y Miguel Rincón, entre otros. 

La jugada maestra de López Obrador fue que de pronto cobró la cena a los invitados, a los que casi orilló a adquirir boletos para la rifa simbólica del avión presidencial. 

Y es que a los presentes se les entregó una carta compromiso en la que se les “invitaba” a invertir como mínimo 20 millones de pesos para la adquisición de boletos, los otros montos posibles eran de 50, 100 y 200 millones.

“Por medio de la presente manifiesto mi compromiso para participar de manera voluntaria en la compra de billetes de la Lotería Nacional”… se lee en la carta filtrada a través de redes sociales.

En la mañanera del pasado 14 de febrero lo negó y se molestó por sentir que lo comparaban con el expresidente. “Yo no soy Salinas”, dijo. 

Además, con esta acción, el presidente buscó darle salida al avión que ni Barack Obama tenía, y que al menos hasta la fecha nadie quiere. El Boeing 787-8 “José María Morelos y Pavón”, como anteriormente documentó Cuestione en esta nota, en la que se señala que  AMLO insiste en no usar el avión, a pesar de que le cuesta al pueblo mexicano casi 44 mil pesos al día. 

El jefe del Ejecutivo ha dicho que existen interesados en adquirirlo, el avión presidencial sigue empolvándose, no se ha concretado tampoco la supuesta renta y, aún más, los boletos, que tanto promovió están bajo resguardo, esperando a que se reactiven las actividades económicas para ponerlos a la venta.

¿Dónde está el avión? El presidente aseguró el 29 de abril que el Boeing 787-8 regresaría en “ocho o diez días, ese día daremos toda la información”, pero… seguimos esperando.

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Reelección de legisladores

Lejos y en el olvido quedó el pronunciamiento de Andrés Manuel López Obrador, cuando en 2014 se aprobó la reelección de legisladores. 

Hace seis años AMLO cargó contra la Cámara Baja por sus decisiones legislativas, a ese evento lo llamó “neoporfirismo”.

Pero, el 18 de marzo, la Cámara de Diputados avaló la reelección de legisladores. Su partido Morena reafirmó dicha ley, al presidente ¿ya no le pareció neoporfirismo? O sólo “calló como momia”.

Los dichos del pasado de AMLO lo ponen en aprietos en el presente, aunque como siempre logra salir adelante.

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