Educación sexual: ¿es distinta en escuelas públicas y privadas?

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La iglesia aún influye en las segundas

El día iniciaba con una oración. El horario de clases de Karen tenía marcado el fortalecimiento del encuentro con Cristo. La fe y la identidad católica estuvieron presentes en su educación desde secundaria hasta preparatoria.

“Lo recuerdo bien. El tema de la sexualidad no era un tabú, eso decían, pero lo que abordamos en clase fue la fotosíntesis”, comenta Karen.

¿Y el tema de sexualidad? “Se tocó, pero era algo extra. En el contrato que se firmaba cada año, aunque en servicios escolares ya te conocían, hacían referencia al costo por curso a los padres de familia, su duración y si quería tomarse”, agregó la mujer.

Karen valora como suficiente la educación sexual que recibió. “Cumplió, creo que sí. Fue lo básico y nos fue impartida por la psicóloga Brenda. Nos habló de métodos anticonceptivos; cuidados para evitar enfermedades de transmisión sexual; los riegos por embarazos. ¿No quieres estos problemas? Abstente, así de sencillo”.      

Sin embargo, ¿qué hay de Charles Darwin? “Es el del origen de las especies. El de la teoría de la evolución. No te digo de la teoría porque lo que recuerdo es que el señor es el del que sobrevive el más apto”. 

En su etapa de bachillerato, Karen no recuerda haber sido parte de la lucha entre creacionistas –el origen de todo es por creación divina– y evolutivos –el origen de la vida obedece a procesos naturales–. “Lo que es muy fuerte es eso de los rezos, las misas, pero encaminado a fortalecer valores”.  

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¿Limita la Iglesia Católica a la educación sexual?

Regresaba de Panamá, donde había participado en la Jornada Mundial de la Juventud, cuando en pleno vuelo, las palabras del papa Francisco provocaron una turbulencia ese 28 de enero de 2019.

“Creo que en las escuelas hay que dar educación sexual. El sexo es un don de Dios. No es el cuco. Es el don de Dios para amar… El problema es de los responsables de la educación, ya a nivel nacional, provincial o de cada unidad escolar, qué maestros escogen para esto o qué libros de texto, etcétera”, señaló como respuesta al tema de los embarazos de adolescentes.

Ya Juan Pablo II había tocado el tema y manifestado que “la Iglesia se opone firmemente a un sistema de información sexual separado de los principios morales”, tal como recogió el sitio web ACIPrensa.

Algunos planteles privilegian rezos y misas

Ana estudió en una escuela Marista. Rezos, misas y el rosario en sus horas de clase. “El plan de estudio contempla el tema de la sexualidad como parte de las materias Salud y Psicología, además de un taller de sexualidad”.

Ana recuerda: “tampoco es que nos enseñaran mucho, la información se centró en las enfermedades, los daños de los anticonceptivos. Y de ahí pasas al amor por tu semejante, la amistad, la familia, el matrimonio. Es importante en todo esto la participación de los padres”.

María Hortencia Martínez es directora del Instituto Roerich, ubicado en Metepec, Estado de México, nos explicó que “cada institución privada toca el tema de la educación sexual de acuerdo al corte que tenga”.

A las cosas por su nombre… 

Hortencia menciona que existen algunas escuelas de corte religioso en su zona que tocan el tema “desde la procreación, de lo maravilloso que es, pero no se adentran más… A nivel global, en el sistema educativo, sobre todo desde los chicos de quinto de primaria a tercero de secundaria, el 20% de los papas se rehúsan a que sus hijos conozcan la sexualidad”. 

En ese desarrollo, los padres suelen cambiar el nombre de las partes del cuerpo. No les dicen pene, testículos… “los llaman con 20 mil nombres; los de preescolar o en los primeros grados los escucho decir: ‘maestra, me pegó en mi pirrín’, o ‘me tocó mi pajarito’… los corrijo y me ponen unos ojotes”.

María Hortencia dice que en su institución existe un termómetro –un test– para ubicar las inquietudes de los alumnos, generalmente de quinto grado. Con base en ese resultado se llama a los padres para exponerles las inquietudes de sus hijos y hacerles saber la importancia de tomar un curso sobre educación sexual con una psicóloga.

En su experiencia, de 20 estudiantes, sólo dos padres se negaron a que los alumnos participaran en el taller del año pasado, “uno porque no quiso que su hijo supiera del tema y otro porque no aceptó pagar”.

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Educación sexual limitada

Liz Sandoval es maestra de primaria. Considera que la educación sexual en las escuelas públicas debería de abordarse más allá de quinto y sexto grado.

“La educación sexual no se maneja en los primeros años, de primero a cuarto. Ya en quinto y sexto, sí. Nos tenemos que basar en los libros de texto y ya viene con información para que uno le transmita a los alumnos con diferentes actividades, esquemas, exposiciones”.

En el libro de Ciencias Naturales para quinto grado, en el Bloque I, temas 2 y 3, se tocan: Situaciones de riesgo en la adolescencia y Funcionamiento de los aparatos sexuales; mientras que en el Bloque I, tema 2 y 3 para sexto grado se ven: Etapas del desarrollo humano: La reproducción y Implicaciones de las relaciones sexuales en la adolescencia, además del Proyecto nuestra sexualidad

Algo que llama la atención es que en el apartado de La reproducción, se maneja como “dato curioso” Factores de riesgo para contraer cáncer de mama, en donde se enumera un listado y un tutorial sobre cómo autoexplorarse. 

¿Y la sexualidad? “Definitivamente si está muy limitada la educación sexual en las escuelas públicas –precisa Liz–. Los alumnos empiezan a conocer los cambios de su cuerpo, las enfermedades de transmisión sexual y los métodos anticonceptivos”.

En el libro de Ciencias Naturales de sexto grado se puede leer el siguiente extracto: “Las relaciones sexuales son la base de la reproducción, además de contribuir a la estabilidad de las parejas y a un acercamiento más intimo”. 

La introducción a la sexualidad es a través de un cómic, en que los personajes exponen sus inquietudes sobre tener relaciones sexuales y los riesgos de hacerlo. El punto de reforzamiento se da con el proyecto Nuestra responsabilidad, donde se forman parejas para “cuidar un huevo” –como si fuera un bebé–, con el objetivo que durante una semana los alumnos valoren la responsabilidad de tener un hijo

Sofía pasó de escuela privada a pública. Cursó la prepa en el Colegio de Bachilleres, plantel 13. Ella considera que durante su educación se abarcó una buena cantidad de información sobre sexualidad.

“Nos hablaron de los anticonceptivos más comunes, su efectividad, sus pros y sus contras. ¿Cuál era el mejor? ¿Cuál no lo era? Después nos expusieron las consecuencias de no usar o de hacer un mal uso de ellos, que podría darse un embarazo o contagiarse de alguna enfermedad”, relata.

Las actividades la complementaron con una visita a un museo, la compra de diferentes tipos de preservativos. 

“Nos dieron una clase demostrativa sobre la manera adecuada de cómo colocarlo” y qué cuidados debían de tenerse.

Los programas de educación sexual en México son limitados, ¿tendría que ser un trabajo entre las instituciones educativas y los padres de familia? ¿Qué opinas?

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