¿El Ejército dejó de decomisar droga con la llegada del presidente Andrés Manuel López Obrador? La institución aseguró 66 mil kilogramos de marihuana, cocaína, metanfetamina y heroína, entre diciembre y julio, 53% menos que en el mismo periodo de 2018.
López Obrador no sólo dio por terminada la “guerra contra el narco”, sino que cambió las prioridades de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). En vez de combatir al narcotráfico, los soldados se dedicaron, desde inicio del año, a proteger los ductos de Pemex, y más recientemente, a evitar el paso de migrantes en su mayoría centroamericanos hacia EU, explicó a Cuestione el especialista en seguridad Raúl Benítez Manaut.
Al mismo tiempo, en lo que va del gobierno de López Obrador (diciembre a junio), suman casi 17 mil carpetas de investigación por homicidio doloso,173% más que los mismos meses en el inicio del gobierno del expresidente Felipe Calderón y 54% más que en el de Enrique Peña Nieto.
Más preocupante que el declive de aseguramientos de la marihuana, que en muchos lugares del mundo camina hacia la despenalización, es la caída de drogas con mayor poder adictivo, dijo Benitez. Este es el caso de la cocaína, metanfetaminas y heroína, cuya incautación cayó 52, 76 y 72%, respectivamente, entre diciembre y julio en comparación con los mismos meses de un año atrás.
“En todos los estados es la misma caída. No es porque haya operativos en Guerrero, y se movieran los aseguramientos en otros estados. En todos cae. Es sistemático”, dijo a Cuestione Rodrigo Elizarrarás, socio-consultor de Humint.
Mientras la caída ha sido gradual, el Gobierno actual es el que muestra los mayores descensos. Una caída que levanta sospechas, dijo a Cuestione el exagente de la DEA Celerino Castillo: ”Ahora si están diciendo que ya no hay números altos de decomiso es que se están robando las drogas, y las están vendiendo”, explicó.
¿Por qué cayeron?
La caída drástica en los aseguramientos de drogas que reporta el Ejército podría deberse a un rezago en los laboratorios del Centro Nacional de Planeación, Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia (Cenapi), que depende de la Fiscalía General de la República. Este es el organismo encargado de identificar y confirmar qué tipo de droga son las sustancias incautadas, lo cual, advierte el especialista en seguridad Alejandro Hope en su columna, puede tomar meses.
Y es que el número oficial de droga decomisada no coincide con los informes y boletines de diferentes eventos, explica Hope. Ejemplo: mientras la Sedena reportó en sus estadísticas oficiales haber decomisado cuatro kilogramos de goma de opio, de diciembre al 31 de julio, tres reportes de prensa dan cuenta de que se decomisaron casi cinco kilos.
El desplome de los aseguramientos no es reciente, sino una caída que viene desde hace al menos una década, explicó Elizarrarás.
Pero mientras los aseguramientos bajan en México, las drogas siguen llegando a EU, dijo Castillo. Las autoridades aduaneras de EU aseguraron poco más de 18 mil kilogramos de cocaína y 21 mil de metanfetamina, entre octubre y junio pasados, en las aduanas de EU (incluidos aeropuertos y puntos de entrada).
Estas cifras están muy cerca de alcanzar las reportadas un año atrás, entre octubre de 2017 y septiembre de 2018, cuando aseguraron 23 mil kilogramos de cocaína y más de 25 mil de metanfetamina.
¿Aseguramientos generan violencia?
A más decomisos de drogas, hay más violencia. Y es que cuando hay menos droga disponible para el mercado del narcotráfico (como cuando son decomisadas), los grupos rivales luchan por el producto existente. Además de buscar nuevas rutas para transportar la droga que les queda, lo que también los hace entrar en enfrentamientos con quienes “manejan” estos caminos, explicaron expertos.
En el caso mexicano, esto no ha sido así. La violencia se ha incrementado porque hay más factores en juego, además de que las fuerzas federales se han concentrado en tareas antimigrantes y contra el huachicoleo, se necesita fortalecer las capacidades de los cuerpos de seguridad pública federales y estatales, dijo Elizarrarás.
“No veo la violencia cambiar en, al menos, 18 meses, que es el tiempo que tardará en instalarse la Guardia Nacional. Luego veremos cómo le va”, explicó el experto.
