El futbol sin racismo: una exigencia pendiente

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Por Shelma Cerrillo y Nayeli Valencia

“Gracias al árbitro por no defenderme y por enseñarme una amarilla porque defiendo mi color de piel. Espero no volver a verte en un campo de fútbol, usted es una vergüenza”, escribió Moussa Marega, futbolista francés del equipo Porto, de la liga de Portugal, en su cuenta de Instagram, después de pedir su cambio por recibir insultos racistas de los aficionados del Vitória de Guimarães.

No importó cuántas veces le insistieron a Marega que no saliera de la cancha. El director técnico, sus compañeros e incluso algunos jugadores rivales le pidieron con palabras, con abrazos y hasta con empujones que no saliera del partido. Pero el daño ya estaba hecho. El jugador del Porto se retiró al minuto 77.

En Portugal, donde juega Moussa Marega, la discriminación racial es un delito. Lo que antes de 2017 se castigaba con una multa, ahora puede costarle al agresor hasta tres años de prisión y la prohibición de la entrada a los estadios de futbol. Actualmente se está investigando el caso.

Situaciones similares han ocurrido en México, un país en el que el 3% de la población sigue justificando mucho o algo burlarse de alguien en la calle por su tono de piel, según la Encuesta Nacional de Discriminación.

La Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) afirma que el racismo es un elemento conexo del odio, el rechazo o la exclusión de las personas por su raza, color de piel, origen étnico o su lengua, e impiden el goce de los derechos humanos.

De los 28 casos de racismo de los que tiene registro la Conapred entre 2012 y 2020, en México, cinco ocurrieron en el ambiente del futbol, explicó a con Cuestione y Apuntes de RabonaEnrique Ventura Marcial, director de Admisibilidad, orientación e información de Conapred.

Dos de estos casos fueron por expresiones racistas de jugador a jugador en 2010. Un año después, se registraron tres más: uno de jugador a jugador y dos más relacionados con expresiones de medios o comentaristas de medios de comunicación. 

Uno de esos conflictos se registró en 2011, cuando el comentarista de deportes, Christian Martinoli, llamó “aborigen” a un aficionado que desde la tribuna arrojó un objeto contra el ecuatoriano Joao Rojas, entonces jugador del Club Monarcas, durante la semifinal ante Cruz Azul. 

Por su parte, Ventura Marcial explicó a Cuestione y Apuntes de Rabona que “los casos que sucedieron en el futbol (como el de Martinoli) se resolvieron por conciliación de ambas partes; los acusados fueron a cursos de sensibilización sobre el tema, se comprometieron a no cometer expresiones que generen acciones de no discriminación o igualdad. Personal de la institución verifica que los acusados cumplan con su parte”. 

Casos no registrados en Conapred

Miller Bolaños, delantero de Xolos, recibió insultos por parte de la afición de Atlético de San Luis durante la jornada 12 del torneo Apertura 2019 en el Estadio Alfonso Lastras. 

El conjunto de Xolos ganó 3-2 y todos los pases a gol fueron de Bolaños, a quien la afición contraria le hizo gritos referentes a un simio en cada ocasión que tocaba el balón. 

El caso llegó a la Comisión Disciplinaria de la Femexfut, la cual sancionó al Atlético de San Luis: “Se informa que, con base en los gritos racistas emitidos por aficionados en tribuna del estadio Alfonso Lastras durante el partido entre los Clubes San Luis vs Tijuana, esta Comisión determina aplicar al Club San Luis, un apercibimiento y una sanción económica”. 

Los insultos también llegaron a la cancha del futbol femenil. “Águilas hondureñas”, cantó la afición universitaria a las jugadoras del Club América en su visita a La Cantera de Ciudad Universitaria. 

Tras la victoria 2-0 de las americanistas en la jornada 15 del Apertura 2018 de la Liga MX Femenil, Lucero Cuevas, una de las autoras de gol, declaró en entrevista para Fox Sports:  “Yo creo que es una falta de respeto de la afición hacia las jugadoras, porque las jugadoras nunca se meten con los aficionados, debería existir respeto y bueno, ya le tocará a la Liga tomar medidas sobre estas situaciones”. 

De acuerdo con el reglamento de sanciones de la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut), las acciones de racismo tendrían como consecuencia que los infractores no pudieran entrar al estadio por lo menos durante dos años. 

Ese reglamento señala, en su Artículo primero que el racismo “constituye la humillación, discriminación o ultraje en contra de otra persona, realizado públicamente, de forma que suponga un atentado contra la dignidad humana por razón de su raza, color, idioma, religión u origen étnico, y/o adopte de alguna otra manera una conducta racista y/o que denigre al ser humano”.

En el reglamento también se lee que si la afición despliega pancartas de tinte racista, el club pagaría una multa de cinco mil 600 UMAs (Unidades de Medida y Actualización) -poco más de 486 mil pesos- y su siguiente encuentro sería a puerta cerrada. Si durante el partido, el árbitro nota conductas racistas, deberá suspender momentánea o definitivamente el juego.

Y si los jugadores, cuerpo técnico o los clubes cometen un acto racista, también se castiga. Los jugadores pagarían una multa de entre tres mil 750 y seis mil (entre 325 mil y 521 mil pesos)  y la suspensión de cinco partidos. Para los oficiales y directivos, la multa por estos motivos es de cinco mil 600 a ocho mil UMAs (entre 486 mil y 695 mil pesos).

El caso de Bolaños y de América femenil sólo quedaron en videos difundidos en redes sociales y en medios de comunicación. No hubo sanción y tampoco queja ante el Conapred porque “para iniciar un procedimiento la persona tiene que denunciar, puede ser la persona directamente afectada o a lo mejor otra persona que esté acompañando”, dijo Enrique Ventura Marcial, director de Admisibilidad, orientación e información de Conapred.

“Que ocurra en el deporte número uno en México puede hacer que las personas lo vayan haciendo suyo y lo estén reproduciendo. Eso a la larga generalmente redunda en actos concretos de discriminación porque la gente se queda con esa percepción y es ahí donde se vuelve más grave”, agregó Ventura.

A partir de un convenio que Conapred firmó con la Femexfut, en octubre 2019, se está realizando un diagnóstico sobre los casos de discriminación que suceden a partir del racismo para generar una estrategia de no discriminación e igualdad.

En 19 entidades federativas de nuestro país está tipificada la discriminación. Una de esas entidades es la Ciudad de México, donde se suscitó el grito racista en el futbol femenil.

En el código penal de la capital se impone de uno a tres días de prisión o de 25 a 100 días de trabajo comunitario y multa de 50 a 200 días (equivalente al salario diario del inculpado en el momento de cometer el delito) a quien discrimine o atente contra la dignidad humana.

En Campeche, Chiapas, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Sinaloa y Sonora no está tipificada la discriminación pero cuentan con una cláusula administrativa. Mientras que en Baja California, Nayarit, Oaxaca y Tamaulipas no tienen ni cláusula, ni tipificación.

En la siguiente imagen podrás ver que entre los grupos más discriminados en la capital de México, tres son por discriminación racial, de acuerdo a la Encuesta sobre discriminación en la Ciudad de México:

¿Hasta cuándo se dejará de discriminar a las personas por su raza, color, idioma, religión u origen étnico en el futbol y en el día a día?

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