El papel de los medios para combatir las violencias contra las mujeres

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El 11 de febrero un sector de la prensa comunicó el feminicidio de Ingrid Escamilla de una manera que también es violencia contra las mujeres. Expuso su cuerpo y justificó el hecho como un acto de despecho amoroso.

Las imágenes evidenciaron que los medios de comunicación son también responsables de las violencias contra las mujeres que ocurren desde siempre en México.

Por lo tanto, es importante averiguar si un cambio en la mirada sería capaz de transformar la realidad. Porque el problema va más allá de los periódicos amarillistas que revictimizaron a Ingrid Escamilla, y que pertenecen a empresas como Grupo Reforma y Grupo Editorial Notmusa.

Sus portadas son la punta del iceberg de la violencia contra las mujeres que se esconde en imágenesencabezadoshistorias y decisiones editoriales sin perspectiva de género en toda la oferta de periodismo. 

En Cuestione platicamos con Anaiz Zamora, integrante de la colectiva feminista Luchadoras, quienes impulsan procesos de transformación política personal y colectiva a través de la creación y difusión de historias.

Anaiz no vio las fotos de Ingrid porque hace mucho tiempo decidió dejar de pasar la mirada por los puestos de periódicos debido al dolor que causa ver ese tipo de portadas, “porque en estos medios se trata a las mujeres con amarillismo y con mucho hincapié en hacer eco del dolor y de la sangre”.

Para Anaiz no es algo nuevo, todo el tiempo se ven ese tipo de imágenes que exhiben las violencias que enfrentan las mujeres. “No solo es un cuerpo, es toda una vida, son sueños, historiasesperanzas que alguien decidió arrancar y luego los medios explotan”.

La responsabilidad de la prensa en las violencias de género

Para Anaiz Zamora, estas imágenes revictimizan a las mujeres, las ponen como mero espectáculo y representan un claro mensaje de que “aunque haya muchos avances, no hemos terminado” con las violencias contra las mujeres.

Porque más allá de las fotografías, en los encabezados y dentro de las notas se culpabiliza a la mujer por vivir, por salir, por sentir para justificar la agresión. No es culpa del amor o de los celos, “es culpa de la violencia machista que invade nuestro entorno”, nos dice Zamora.

Pero el problema más allá. Según nos explica Anaiz, el papel de los medios en la crisis de violencias de género también incluye la forma en que integran sus contenidos, la justificación, el poner énfasis en investigar a la víctima

Y no solo en la nota roja, la prensa por lo regular sexualiza o cae en estereotipos de género, nos comenta Anaiz, cuando “no nombran las victorias de las mujeres sino que hablan de sus cuerpos o sus roles de madre”.

El papel de la prensa en esta crisis también se evidencia en la forma en que se investiga, “¿qué historias estamos contando?”, se pregunta Anaiz, “¿desde dónde?, ¿desde lo que el periodista o la periodista cree o desde una visión más amplia sobre lo que las mujeres construyencambian o hacen?”.

En el libro Las palabras tienen sexo, compilado por Sandra Chaher y Sonia Santoro, en el capítulo Sujetos, política y ciudadanía, Diana Maffia escribe que los medios de comunicación tienen un papel fundamental para cambiar la cultura de la desigualdad entre hombres y mujeres.  

“Si no somos conscientes de eso, no es simplemente que al seguir alimentando estereotipos impedimos el cambio, es que reforzamos el sistema de subordinación, un sistema en el que estamos incluidas y donde no podemos salvarnos solas”, concluye Maffia.

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¿Cómo transformar a los medios?

Anaiz Zamora nos platica cómo funciona Luchadoras. “Narramos esas historias desde la vida, poniéndolas a ellas al centro y no necesariamente la voz de nosotras”.

Además, Anaiz nos cuenta que la metodología y el equipo se construyeron desde una perspectiva de género, porque la violencia contra las mujeres “no solo está en lo que se publica, también está en las formas en las que se trabaja. El Me too de periodistas expuso las violencias que ocurren en las redacciones”. 

En cuanto a la metodología, “tiene que ver con llegar hasta donde una mujer nos quiere contar y no necesariamente explotar a las víctimas hasta el punto de la lágrima, tiene que ver con escuchar a las audiencias, a las mujeres y no necesariamente desde otro lugar”.

En Las palabras tienen sexo, Sonia Santoro escribe que si pretendemos conseguir una sociedad más igualitaria, “tenemos que promover y utilizar un lenguaje no sexista. Y por su influencia, los medios son un vehículo fundamental para incidir en ese cambio”.

Anaiz coincide: “el lenguaje es crucial porque el lenguaje forma realidades. ¿Qué pasa si una mujer abre un medio y lo único que lee es que las mujeres son incapaces?, ¿que no pueden o que no tienen fuerza? A partir de ahí te formas un criterio como mujer”.

Además agrega que el lenguaje va moldeando nuestras realidades, nos hace capaces de nombrar lo que sentimos, lo que vivimos, lo que estamos experimentando y las realidades de otras personas.

En los medios se cuentan historias sobre la mujeres que no podían vivir en libertad, que no podían hacer uso de su cuerpo, “y ahora nosotras queremos narrar las historias del sí: narrar en donde las mujeres han estado resistiendo”, nos dice la integrante de Luchadoras.

Anaíz pone como ejemplo el caso de las niñas de la Escuela Secundaria Técnica Industrial y Comercial (ESTIC) 52 Jaime Torres Bodet, en Cuautitlán, Estado de México, que se manifestaron contra su profesor en la escuela.

Nos dice Anaiz: “A mí me parece hermoso porque desde niñas están reconociendo que ellas no son las culpables de que las acosen. Eso también fue posible gracias a que estuvieron más cerca de la información donde otras mujeres les mostraban que eso era posible”.

Y agrega: “Ahí está la responsabilidad de los medios en ese cambio, contando estas historias que pueden inspirar a otras, no es negar la realidad, sino dibujar esas alternativas que existen y que muchas mujeres están ahí construyendo”.

Por otro lado, también importa cómo se nombran las cosas, nos dice Anaiz sobre el caso de la palabra feminicidio, “esa violencia específica contra los cuerpos femeninos tiene un nombre y hay que nombrarlo como tal”.

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¿Hay que exigir que los medios escriban con perspectiva de género?

Anaiz Zamora opina que quizá haya que dejar de pensar en los medios construidos con estructuras demasiado jerárquicas, creadas con valores que se resisten a la transformación de la sociedad.

“Hay muchos medios alternativos y digitales que tratan de contar otras historias, toda una red que hace cinco años no existía. Cada vez hay más iniciativas y proyectos que ofrecen pluralidad de voces” nos dice Anaiz. 

Y agrega, “me parece primordial seguir impulsando estos medios porque no queremos entrar a Televisa, lo que queremos es que las personas tengan más opciones, que tengan otra información a la mano. Eso trabajamos y a eso le apostamos”.

Por último, Anaiz nos comenta que el panorama es alentador, ya que a nivel latinoamericano hay iniciativas y resistencias inspiradoras, como las mujeres periodistas indígenas que narran sus propias historias de defensa de territorio

“Eso me parece hermoso, estas iniciativas salen desde las propias comunidades, son súper fuertes y potentes”, concluye Anaiz Zamora de la colectiva Luchadoras

Un cambio de mirada es capaz de transformar la realidad, pero la exigencia ciudadana debe ir más allá de pedir que los medios de siempre cambien, también se debe mirar hacia las nuevas alternativas.

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