El sismo en plena pandemia deja sin casa a 40 familias

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Mientras, Sheinbaum dice que no pasó nada

Sólo faltaba un temblor para aderezar el horror de la cuarentena. La mañana de este martes, tras el sismo de 7.5 grados richter que azotó a la Ciudad de México, hubo 160 nuevos damnificados del edificio 52 en la unidad habitacional Lindavista Vallejo. El hundimiento de casi 70 centímetros de profundidad lo dejó inhabitable.

“Es un edificio que no se puede habitar y es necesario apuntalarlo para evitar más riesgos”, dijo Ignacio Zarate, ingeniero arquitecto (DRO 1837), de la Asociación de Directores Responsables de Obra.

Pero para la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, sólo se cayeron algunas bardas y hubo daños menores en 36 edificios de la Ciudad de México. Los habitantes del 52, en la alcaldía Gustavo A Madero -que desde ayer ya no tienen donde vivir- están padeciendo otra realidad. 

Tras más de 10 horas en la calle, 20 de las 40 familias que perdieron su hogar fueron trasladadas por las autoridades de dicha alcaldía a dos hoteles de cuatro estrellas, utilizados por los habitantes de esa demarcación como hoteles de paso. 

Las otras 20 familias buscaron asilo con sus familiares, dijo Angélica Serna, representante del edificio 52 y 62, también dañado desde el 19S de 2017, e integrante de la comisión vecinal de esa unidad habitacional, en entrevista con Cuestione.

Este miércoles, de acuerdo con información de los vecinos en redes sociales, la alcaldía pagaría 5,000 pesos para apoyo en la renta de un departamento para cada familia afectada y otros 15,000 pesos adicionales por única vez. De la desocupación del edificio, entrará solo una persona por departamento a sacar papeles y bienes indispensables, ya luego habría un plan para sacar los muebles del edificio. 

Cuestione buscó confirmar lo dicho por los vecinos con autoridades de la alcaldía, cuyo personal de comunicación refirió que “los recursos se estaban procesando”, pero que sí los entregarían, aunque tampoco pudo confirmar si los montos señalados por los vecinos eran los correctos. 

Vivir con miedo al derrumbe  

Noemí rentaba un departamento en el edificio 52 de ese conjunto habitacional desde hace dos años. Cuenta que se podían poner cánicas en el piso y ver cómo se desplazaban por su casa ante el hundimiento. Se aguantaba el miedo de un derrumbe porque no tenía otra opción de vivienda. 

El inmueble comenzó su inclinación desde los años ochenta, cuando se construyó la Línea 6 del Metro. A partir del terremoto del 19 de septiembre de 2017 (19S) fue más rápido el descenso, y para entonces el hundimiento era de alrededor de 50 centímetros, dijo Serna, en entrevista con medios.

Los mismos vecinos comenzaron a organizar brigadas de ayuda, dos horas después del temblor, previendo que las autoridades tardarían en responder. Tanto, que a dos años del 19S, seguían tocando las puertas de la Comisión de Reconstrucción

*13 de noviembre 2019

Ahora, los vecinos responsabilizan al comisionado para la Reconstrucción, César Cravioto, quien nunca atendió el caso del edificio 52, afectado por el 19S.

Apenas en febrero de este año, la alcaldía Gustavo A. Madero señaló que se haría cargo de solucionar los problemas del edificio y que probablemente se tendrían que hacer trabajos de recimentación, renivelado y refuerzo. 

En mayo, informaron a los vecinos sobre los riesgos de estabilidad del inmueble y cinco días antes del sismo de este martes, les notificaron que tendrían que desocupar de manera inmediata. El temblor llegó primero. 

Foto 23 de junio 2020 / Mariangel Calderón

Las afectaciones

El edificio 52 es un inmueble más de los muchos que hay en la CDMX, pero para 40 familias que viven en él es su hogar. Se trata de 40 departamentos en los que habitan 160 personas, 80% de las cuales son de adultos mayores, dice Serna.

En la misma Unidad Habitacional Lindavista hay otros seis edificios con afectaciones estructurales menores, pero dos de ellos – el 62 y el 17 – preocupan a los vecinos porque tienen hundimientos, dijo Angélica Serna Cuestione.

“El edificio (52) tronaba desde hace un mes”, explicó Serna. Desde esa fecha los vecinos contrataron los servicios de una empresa privada para presentar los estudios a la alcaldía y proponer una solución, pero los resultados tardan entre dos y tres meses en llegar.

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Rescatan pertenencias 

Hasta la tarde de este martes, algunos vecinos entraron en orden y en pares a rescatar documentos y lo indispensable; otros, ante el miedo de no poder sacar nada, entraron sin permiso. Para la tarde, los vecinos habían puesto una carpa en la explanada aledaña al edificio. La comida, el cobijo y el agua nunca faltaron gracias a la solidaridad vecinal. . 

En la manzana II, donde hay 50 edificios en los que viven unas ocho mil personas, otros habitantes ofrecieron mudanzas gratuitas, también unos tres restaurantes han sumado esfuerzos para alimentar a las 160 personas que se quedaron sin casa los siguientes días. 

Para la mañana de este miércoles, el escenario en los alrededores de este edificio era parecido a los días después del 19S. Vecinos de otros edificios repartían sandwiches, pan y café a los policías que resguardaron el edificio toda la noche y a los trabajadores de Protección Civil, que hasta el mediodía de este miércoles ya realizan obras para verificar si es seguro que los nuevos damnificados puedan sacar sus pertenencias. 

El destino de vivienda de los 160 damnificados del sismo de la pandemia aún no se aclara. Mientras, todas estas personas están en la incertidumbre.

Otros casos

Tras el sismo de ayer, el gobierno de la Ciudad de México informó que había 32 edificios con grietas y otros daños menores. Uno de ellos, en la calle de Pestalozzi número 408, en la colonia Narvarteestá dañado desde el sismo del 19S. Desde hace tres años, los vecinos viven con miedo de un derrumbe, dice a Cuestione Yannick Richterich, que trabaja en una oficina en esa misma calle.

El inmueble ubicado en la alcaldía Benito Juárez, que ante el abandono de las autoridades  ha servido de refugio para personas en situación de calle, representa un riesgo constante de derrumbe para sus habitantes y para los vecinos, dice Richterich, quien tiene 20 años trabajando a pocas casas del edificio. 

Después del temblor del 23 de junio, los vecinos buscaron ayuda de Protección Civil y de la alcaldía Benito Juárez, no han visto a nadie pasar a verificar la seguridad del edificio abandonado, que a la fecha no ha sido demolido, lo cual afecta la casa aledaña, con el número 410, que está sin poderse habitar desde hace tres años, cuenta Yannick.

La pandemia, que ya evidenciaba abandonos del sistema de salud, la seguridad y el bienestar de las personas, sacó a la luz el abandono de los edificios afectados desde hace tres años.

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