Feminicidios infantiles, las niñas de las que nadie habla

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Lupita la encontraron asesinada en un terreno baldío de Ciudad Nezahualcóyotl. Sus “calcetitas rojas” fueron la única forma de identificar su pequeño cuerpo golpeado, violado, olvidado. Durante muchos meses no hubo modo de ponerle nombre ni apellido. Nadie sabe cómo nombrar a las niñas que encuentran muertas, con evidentes signos de violencia. 

Fueron secuestradas para asesinarlas mientras jugaban en el patio de su casa, salían a la tienda de la esquina a comprar dulces, cuando volvían de la escuela o se distrajeron para mirar un juego de feria. Las causas son tan variables como sus asesinos: desde llorar mucho hasta solo estar ahí y ser mujeres. Muchas niñas murieron en manos de los adultos que se supone que tendrían que cuidar de ellas. 

El 2019 ya pinta para convertirse en el más violento para las niñas, pues hasta agosto van contabilizados 67 feminicidios de niñas y adolescentes, 21 menos que en 2018, el año récord, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

*Las cifras de este año son al mes de agosto

Sin embargo, si se consideran los homicidios dolosos en contra de niñas y adolescentes, de los que el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) lleva registro por edad, encontramos que la cifra se elevó a 537 en 2018, un aumento constante desde 2013, como muestra esta gráfica: 

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Olvidadas por la justicia 

Se subestiman los datos sobre feminicidios en general, aunque en el caso de las niñas y adolescentes este fenómeno es aún mayor. “Es común que haya un subregistro de cualquier tipo de violencia contra los niños y niñas, también ocurre con el feminicidio, que no siempre se reconoce como tal”, dijo a Cuestione Dora Giusti, jefa de Protección de la Infancia del Unicef México.

Muchos de los agresores ven a las niñas y adolescentes como objetos o propiedad, lo que les da “derecho” de violentarlas. Lo anterior, junto con la pobre cultura de la denuncia, crea un caldo de cultivo que permite y perpetúa la violencia feminicida, apunta Giusti. 

Por eso, continuó la experta, es necesario que las personas involucradas en la procuración de justicia entiendan bien el feminicidio y sus características. 

En 2014, México ocupó el cuarto lugar en el mundo con mayor número de homicidios de niños y niñas, agregó Giusti, al mencionar que cada día son asesinadas cuatro personas menores de edad en el país. 

Debían estar en el patio de juegos de sus escuelas. Ya no. Sus cuerpos han sido encontrados en maletas, con los uniformes llenos de sangre, acompañadas de cobijitas infantiles. 

Los numerosos golpes hallados en sus frágiles cuerpos humillados y violentados parecen no ser suficientes para que se les haga justicia, para que se evidencie que en el país hay adultos que en lugar de protegerlas las matan solo por ser niñas. 

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