Guardia Nacional, el caballo de Troya de AMLO que avanza sin Ley

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¿Militarización a escondiditas?

Luego de largos y tensos debates en ambas Cámaras legislativas, activistas y bancadas opositoras a Morena consiguieron que la Guardia Nacional (GN) tuviera un mando civil y no militar, sin embargo, ahora el presidente Andrés Manuel López Obrador declara que siempre no, que el mando será un militar en activo.

“Estoy hablando de una reconversión en el Ejército y necesitamos un elemento de esta institución, con experiencia, con disciplina, con rectitud, con honestidad y con profesionalismo (…) es un militar en activo”, dijo este 5 de abril en la mañanera.

Aún en la antesala de que la GN entre en funciones, organizaciones sociales especializadas en seguridad y derechos humanos alertan sobre el riesgo de que en la operación, en realidad se comporte como un cuerpo militar.

Te explicamos paso a paso:

Andrés Manuel López Obrador anunció en su mañanera del 27 de marzo que, a más tardar en tres meses, entrarán en operación 150 de las 266 coordinaciones territoriales de la GN.

El mandatario explicó que en una primera etapa se van a incorporar elementos de la policía militar, naval y federal, pero –aclaró– ya se está haciendo el reclutamiento para el resto de los elementos.

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“Es un giro importante porque ahora lo central, lo estratégico, va a ser garantizar la seguridad pública; y estamos contando con el apoyo de la Secretaría de Marina, de Defensa Nacional y Policía Federal (…) acerca de las prestaciones laborales de los elementos que van a integrar la GN, les diría que van a tener buenos sueldos y todas las prestaciones que tienen en la actualidad los marinos y soldados”, dijo el mandatario.

Y agregó: “No está por demás recordar que con el marco legal que existía, el Ejército y la Marina no podían llevar a cabo tareas de seguridad pública; ahora se podrá contar con elementos del Ejército y la Marina para la seguridad pública (…) se usaba a la Marina para operativas nacionales vinculados al narco, pero no a la seguridad pública. Nuestra obligación es garantizar que no asesinen, no secuestren, que no haya robo, que haya paz”.

En esa conferencia, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Crescencio Sandoval mostró los uniformes de la GN y dio pie a que el mandatario hablara al respecto.

Guardia Nacional, caballo de troya

En reacción, el pasado 31 de marzo, decenas de organizaciones civiles mexicanas y activistas  emitieron un comunicado para decir que la GN podría convertirse en un “caballo de troya” para militarizar al país, si se confirma que las Fuerzas Armadas quedarán a cargo del reclutamiento, la capacitación y la operación del personal de este grupo.

“Es muy preocupante el camino que ha tomado la creación de la Guardia Nacional –señalaron– a pesar de que el ahora presidente siempre promovió la desmilitarización del país. Sería una militarización que no se atreve a decir su nombre, una simulación y una traición al sentido de la reforma que aprobó el Congreso”.

Entre las organizaciones firmantes están la Comisión Mexicana para la Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y el Instituto para la Seguridad y la Democracia (Insyde).

Las Fuerzas Armadas ya tienen tareas policiales y un mando operativo sobre los policías locales. Que el Ejército capacite a la GN es el paso faltante para militarizar al país, advirtieron las y los activistas.

Estos organismos informaron que las instituciones militares no han servido “ni servirán” para atender situaciones de inseguridad pública, ya que 90% de los delitos son de fuero común y no federal.

¿Qué falta?

Maria Elena Morera Mitre, presidenta de Causa en Común –organización especializada en seguridad y procuración de justicia– recordó en entrevista para Cuestione, que lo que se aprobó en el Congreso fue que la Guardia Nacional fuera de carácter civil.

Por lo tanto, el hecho de que los militares hayan informado que ya tienen uniformes y que se harán cargo de reclutar a la GN manda un fuerte mensaje.

Y es que, en términos formales, esas tareas y sus responsables deberán quedar claras en la Ley Orgánica de la GN, pero ésta aún no existe; por lo que “comprar uniformes y empezar reclutamiento está fuera de la ley”.

Si el presidente quisiera apresurar la creación del grupo policial, entonces tendría que apegarse a la ley policial, y quien debería estar operando sería la Seguridad Pública, aclaró Morera.  

La intención de militarizar al país a través de la Guardia Nacional -en lugar de hacer una policía civil- es hacer una extensión de la Secretaría de Defensa Nacional.  

Esto porque -según analizó- ha habido negligencia en la formación de las policías civiles, no se les ha fortalecido ni se les ha dado el presupuesto que se requiere.

El problema de ello es que los militares no están capacitados para resolver temas de seguridad pública; por ejemplo, atender robos y extorsiones, y se ha demostrado que donde operan militares se cometen violaciones a los derechos humanos, “no porque los militares sean malos o buenos”, sino porque fueron formados para otras funciones.

“El presidente nos dijo una cosa en campaña y está haciendo una cosa muy diferente. Se necesita una estrategia que realmente pueda bajar las denuncias. Una guardia militar no nos va a resolver el problema, tenemos que repensar las policías locales y nuestro sistema de justicia, se debe fortalecer a la policía de investigación y el sistema penitenciario, del cual este gobierno no ha dicho nada”.

La GN fue pensada como una medida temporal pero, “al rato nos van a decir otra vez que la policía no está capacitada”, reflexionó la experta.

Militarizar a la calle, el mayor anhelo presidencial

López Obrador ha asegurado que con la Guardia Nacional, su gobierno emprende una nueva política en materia de seguridad; sin embargo, legalizar la militarización del país ha sido uno de los mayores anhelos -frustrados- de los sexenios pasados.

Por ejemplo, una de las últimas propuestas del sexenio de Enrique Peña Nieto fue la multimpugnada Ley de Seguridad Interior, que establecía el procedimiento por el que el presidente podría ordenar la intervención de las fuerzas armadas en temas de seguridad interior.

Aunque se aprobó en el Congreso, la Suprema Corte de Justicia de la Nación dijo que era inconstitucional.

Y en los sexenios panistas, Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hinojosa ordenaron, por medio de decretos presidenciales en el Diario Oficial de la Federación, la participación de los militares en cada vez más y más operativos de seguridad al interior del país.

¿Qué sigue?

Las y los legisladores aún deben elaborar y aprobar la Ley Orgánica de la Guardia Nacional, Ley de la Guardia Nacional, la Ley sobre el Uso de la Fuerza, la Ley General del Sistema de Nacional de Seguridad Pública y la Ley Nacional del Registro de Detenciones.

¿Se le habrá olvidado a López Obrador uno de sus lemas de campaña: “abrazos no balazos”?

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