Hubo menos denuncias por violencia familiar en abril, pero no es buena noticia

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Bajaron las denuncias por violencia familiar en 28 entidades.

Enterarnos de que las denuncias por violencia familiar bajaron en México, en abril de 2020, podría parecer buena noticia, pero la realidad de muchas mujeres (principales víctimas de este delito) va mucho más allá de una denuncia. 

Juana sufrió violencia emocional y física durante el confinamiento; su esposo la golpeaba. Ella tuvo que solicitar ayuda a través de un mensaje de texto para escapar de su agresor; le escribió a la maestra de su hijo más pequeño y gracias a eso, Juana y sus hijos ya se encuentran a salvo en uno de los 69 espacios de la Red Nacional de Refugios

Juana no denunció a su pareja, lo que la hace parte del 90% de las personas que son víctimas de algún delito en México y no denuncia.

Las denuncias por violencia familiar bajaron 20.7% en abril de 2020 –el primer mes completo de confinamiento– con respecto a febrero del mismo año (un mes antes de que iniciara la medida #QuédateEnCasa) a nivel nacional. El promedio diario de denuncias pasó de 613.6 en febrero a 486.4 en abril de 2020.

En casi todas las entidades federativas se registró una disminución en el promedio diario de denuncias en el mismo periodo de tiempo; las excepciones fueron Campeche, Chihuahua, Hidalgo y Yucatán, donde creció el promedio diario de denuncias por ese delito.

Como se observa en la tabla, la tendencia al alza en denuncias por violencia familiar (en color rojo) prácticamente se mantuvo desde 2015 hasta 2019 (cuando se comparan febrero y abril de cada año) y vemos una excepción en el mismo periodo, pero de 2020: el promedio de denuncias diarias por ese delito creció solo en cuatro entidades (por eso predomina el color verde).

¿Qué nos dice la disminución de denuncias en 2020?

No podemos leer la disminución de carpetas de investigación iniciadas por violencia familiar como: menos denuncias, igual a menos violencia contra las mujeres –como lo hizo el presidente de México el 6 de mayo pasado– porque la medición de ese fenómeno implica analizar otros factores.

“Las denuncias deben verse de manera integral con otros datos porque dependen de la confianza que generen las autoridades para que las mujeres denuncien, que ellas sepan que pueden denunciar, que puedan trasladarse, que les reciban la denuncia, entre otras”, señaló Maïssa Hubert, subdirectora de la organización feminista Equis Justicia para las Mujeres, en entrevista con Cuestione

Maïssa Hubert asegura que durante la crisis sanitaria “muchas no tienen la seguridad de que no se están exponiendo (al COVID-19) y el anuncio de que están sanitizando las fiscalías solo se queda en redes sociales. A otras no les han aceptado las denuncias, les dicen: señora, regrese en dos horas o no las dejan pasar con sus abogadas”.

“Algunos de estos problemas ya existían, pero se han agravado con la contingencia”, afirmó Hubert; lo que puede explicar la disminución en el número de denuncias realizadas en abril con respecto a febrero de 2020, un mes antes de que comenzara el confinamiento.

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Las mujeres sí sufren más violencia

La violencia contra las mujeres ha aumentado durante el confinamiento por el COVID-19; así lo demostraron los datos de la Red Nacional de Refugios, donde las solicitudes de atención y protección a mujeres, niñas y niños aumentaron 70% entre el 17 de marzo y el 17 de abril de 2020 con respecto al mismo periodo del año pasado.

La Red detectó una disminución en llamadas y mensajes de auxilio en mayo de 2020 y lo explican por un nuevo fenómeno que observaron: 19% de las mujeres que pidieron ayuda fue a través de una red de apoyo (familiar, amiga o conocido).

Wendy Figueroa Morales, directora de la Red Nacional de Refugios, ya había advertido que entre más tiempo estemos en confinamiento, menos posibilidades tendrán las mujeres de ir a hacer una denuncia o incluso, de hacer una llamada para pedir auxilio, pues su agresor está más tiempo con ellas.

El número de llamadas de emergencia al 911 con incidentes de violencia contra la mujer llegó a 22 mil 171 en marzo de 2020, convirtiéndose en la cifra más alta desde 2016. El total de llamadas para abril fue menor (21 mil 722) –lo que responde al fenómeno señalado por Figueroa–, incluso más bajo que el de febrero de 2020.

Fuente: SESNSP

¿Qué están dejando de hacer las autoridades?

Un estudio de Equis Justicia para las mujeres dio a conocer que “84.4% de los poderes judiciales suspendieron labores sin contemplar el funcionamiento de los recursos legales para prevenir y frenar la violencia contra las mujeres”.

Además, “los principales servicios se están viendo afectados por el recorte drástico de presupuesto, como la cancelación de recursos para las Casas de Atención a la Mujer Indígena y Afrodescendiente (CAMIs). Hay falta de garantía en el presupuesto para los refugios; se necesita garantizarlo más allá de los seis meses de la contingencia”, declaró Maïssa Hubert.

“Hace falta diseñar políticas para prevenir esas violencias (contra la mujer) y trabajar en ellas, no solo actuar ante la problemática. Es preciso que se investigue con perspectiva de género”, agregó la subdirectora de Equis Justicia para las Mujeres.

El 8 de junio las CAMIS y la Red Nacional de Refugios se reunió con el Grupo Plural de Igualdad Sustantiva de la Cámara de Diputados y se espera que se garantice el presupuesto etiquetado de 2020, que se busquen fondos bianuales para los Refugios, entre otros:


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