La dura realidad de los médicos cubanos en México

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Amenazas de Cuba y desprecio en México

De los 585 médicos cubanos que llegaron a nuestro país a mediados de abril, bajo el pretexto de ayudar al personal médico a combatir la crisis sanitaria por el COVID-19, 15 ya huyeron. Así lo aseguró a Cuestione Javier Larrondo, presidente y co-fundador de Cuban Prisoners Defenders, en España, una organización dedicada a la defensa de los derechos humanos. La misma información fue dada a conocer en Cuba por un periódico local

Los médicos cubanos son reconocidos en todo el mundo por su rigurosa preparación académica. Con base en esa fama, el país caribeño ha enviado a 600 mil profesionales de la salud por todo el mundo desde 1963. Sin embargo, las condiciones en las que viven y trabajan muchas veces pueden incurrir en violaciones a los derechos humanos.

Por ejemplo, en México, de los 135 millones de pesos -casi lo mismo que costó rehabilitar el hospital rural los Hernández, en San Luis Potosí- que el  Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) pagó al gobierno de Cuba, los médicos de la misión solo recibirán una parte.

Por cada médico cubano que trabaja en el país, el gobierno mexicano paga alrededor de 10 mil dólares (215 mil pesos mexicanos a un tipo de cambio de 21 pesos)

Sin embargo, tanto Javier Larrondo, como el exembajador de México en Cuba, Ricardo Pascoe, coincidieron en que estos médicos podrían ganar alrededor de 220 dólares (4,747 pesos al mes a un tipo de cambio de 21 pesos). Otro aspecto a considerar, añadió Pascoe, es que a diferencia de países como Venezuela y Brasil, cuyos contratos son indefinidos, en México sí hay una fecha de término.

Se podrían ir hasta agosto, aunque de ser necesario, se les ampliaría el contrato, explicó Oliva López, secretaria de Prevención y Promoción de la Salud en la Ciudad de México, en Radio Fórmula.

Los médicos mexicanos creen que los cubanos vienen al país a “quitarles la chamba”, pero la realidad es que sólo buscan mejorar sus condiciones de vida, aunque sea a costa de su libertad. 

Ese es el testimonio de Miri (que prefirió guardar su identidad ante el temor a represalias), una médica cubana exiliada en España, quien dejó su país en 2018, tras participar en una misión en Brasil, en entrevista con Cuestione.

Los médicos cubanos son enviados a diferentes países por el gobierno cubano, pasando meses, o incluso años, lejos de su familia. Y a pesar de que el gobierno de su país les retiene alrededor de 70% de su sueldo, para “continuar con la lucha de la revolución cubana”, también les permite reducir la precariedad de su familia, explica la médica.

Sin embargo, las condiciones en las que trabajan en estas misiones “son infrahumanas”, porque se duerme en pequeños cuartos con otras 10 personas, sin ninguna clase de privacidad y siempre vigiladas por personal de inteligencia cubano, añade Miri, quien ahora vive en alguna ciudad de España.

No sorprende que se escapen, porque las “Misiones de Internacionalización”, como son llamadas por el gobierno cubano, “son una especie de outsourcing esclavista”. En la actualidad, más de 60 países en el mundo reciben no solo a trabajadores médicos, también a atletas, artistas y periodistas, por mencionar algunos, de acuerdo con lo que nos explicó quien fuera embajador de México en Cuba entre 2000 y 2002, Ricardo Pascoe.

El envío de estos trabajadores representa al gobierno cubano una fuente de ingresos, y los países que los reciben buscan mostrar su simpatía al régimen cubano. En realidad, “es trata de personas. Tienen que hacer el trabajo que se les dicta, si no lo hacen, hay consecuencias negativas para las familias que dejan en Cuba”añade Pascoe. 

El hecho de que los países a los que van estas “misiones de internacionalización” ignoren las condiciones en las que viven y trabajan los médicos los hace corresponsables, puntualizó Javier Larrondo.

Cuestione buscó al gobierno de Cuba, a través de su embajada en México, para conocer su posición al respecto, sin que al momento de la publicación de esta nota hubiesen dado respuesta. 

Misiones humanitarias cubanas, ¿son tan humanitarias? 

Antón, quien eligió cambiar su identidad tras haber recibido cuatro amenazas de muerte por hablar a medios de comunicación sobre lo que viven los médicos cubanos en las misiones, salió de Cuba en una misión hace ocho años, a Venezuela. Ahí se dio cuenta que los médicos como él, con dos especialidades en pediatría, eran mejor valorados en cualquier parte del mundo, menos en Cuba.

Hacinado con tres más médicos en un pequeño cuarto de una casa, con poca ventilación y a 40 grados de temperatura, trabajaba en hospitales venezolanos por menos de 100 dólares al mes (2,300 pesos mexicanos, a un tipo de cambio de 23 pesos por dólar), que podrían cobrar solo al llegar a Cuba. Así, el gobierno cubano evita que los integrantes de las misiones puedan escapar. 

Después de trabajar largas jornadas, tenían un toque de queda y tenían prohibido hablar con nadie que no fuera cubano, relata Antón. De acuerdo con 110 testimonios recabados por la organización Prisoners Defenders, 93% de los profesionales de la salud cubanos trabajan bajo amenazas.

Para cuidar los pasos de los médicos cubanos, había un coordinador a quien todos los médicos debían informar sobre cada uno de sus planes y también sobre cualquier intento de fuga o violación al reglamento de sus compañeros.

* Reglamento cubano para trabajadores en otros países.

Antón trabajó durante seis años en estas misiones. Además de Venezuela, estuvo en  Bolivia y Brasil, y en este país conoció a una mujer de la que se enamoró. Con ella se escapó de la misión

En Cuba, Antón dejó a su hija pequeña de cuatro años, a quien la directora de su escuela dijo delante de sus compañeros que su papá ya no la quería, que tendría otros hijos y que la había abandonado. Su hija no probó bocado de comida y lloró dos días seguidos porque su papá “era un desertor”.  

Ser mujer en misiones humanitarias 

Miri cuenta que para las mujeres que integran las misiones, la situación es más complicada. Muchas dejan hijos pequeños en Cuba, no los ven crecer y sus matrimonios nunca sobreviven.

Desde que estudió Medicina, Miri sabía que alguna vez tendría que ir a estas misiones, por eso eligió no tener hijos, aun cuando los deseaba. 

Además de las precarias condiciones que soportan todos los médicos que integran las misiones, las mujeres médicas sufren el acoso sexual por parte de sus mismos colegas y de los jefes de la misión. Cuban Prisioners Defenders ha documentado los abusos del personal médico cubano, y encontró que 41% ha enfrentado acoso sexual.

Miri siempre viajó con su marido, también médico, por lo que se considera una de las pocas afortunadas que no tuvo que tolerar actos inapropiados. Sin embargo, recuerda, muchas de sus compañeras sí fueron víctimas continuadas de acoso. 

Para muchas era más fácil ceder a las peticiones sexuales de estos hombres, porque de no hacerlo, sus precarias condiciones laborales se volvían peores. Por ejemplo, si trabajaban en hospitales dentro de las ciudades, por rehusarse, las mandaban a lejanas comunidades rurales, explicó Miri. 

Los deberes y “derechos” 

Para estas misiones, es común que se elijan médicos y médicas con familia e hijos de menos de 18 años, así el gobierno cubano asegura menor deserción. Esto, porque al llegar a los países destino, muchos tratan de escapar pero al tener familia se la piensan más, explicó el activista Javier Larrondo.

La retención del gobierno cubano de cerca de 70% del salario que percibe el personal médico cubano, el retiro del pasaporte en cuanto llegan al país en el que prestarán sus servicios y jornadas de más de 60 horas semanales (la Organización Internacional del Trabajo recomienda un máximo de 48), son más parecidas a la trata de personas, que a misiones humanitarias, explicó Larrondo.

También les retienen los documentos que acreditan su preparación académica, para que en caso de escapar, les sea casi imposible seguir ejerciendo medicina. 

Al recabar los testimonios de 110 médicos y médicas cubanas, la organización Cuban Prisioners Defeders, documentó las violaciones a los derechos humanos en estas misiones y esto fue lo que encontró:

Urmila Bhoola y Maria Grazia Giammarinaro, dos relatoras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), enviaron una carta al gobierno cubano describiendo las condiciones en las que estos médicos trabajaban, pero el gobierno cubano calificó esto como una campaña injuriosa

En la actualidad, hay 30 mil médicos cubanos que podrían estar trabajando en estas condiciones en 67 países en el mundo, de acuerdo con las relatoras de la ONU.

Mientras, médicos mexicanos se quejaron de la presencia de sus colegas cubanos en el país, porque se privilegiaba la contratación de extranjeros. También externaron su enojo porque a los cubanos, a quienes acusaron de carecer de especialización en tecnología, se les paga más que a los nacionales

La realidad es que estas personas perciben un poco más del salario mínimo mexicano, y según estos informes, están en una verdadera prisión laboral.

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