Opositores y morenistas critican el evento de César Yáñez
¿Puede un miembro de un gobierno de izquierda, cuya campaña para resultar electo estuvo basada en la austeridad, celebrar una boda que -se estima- costó entre 5 y 10 millones de pesos? Al parecer, tanto seguidores y detractores del presidente electo Andrés Manuel López Obrador al fin llegaron a un acuerdo: no.
César Yáñez, uno de los hombres más cercanos a López Obrador y coordinador general de política y gobierno del futuro gobierno, se casó el pasado 29 de septiembre con Dulce María Silva, en la ciudad de Puebla. Al evento asistieron unas 600 personas, que degustaron el banquete conformado por langosta y escamoles, y bailaron al ritmo de Los Ángeles Azules.
La ostentosa boda levantó las críticas sobre la incongruecia entre el dispendio del evento y la austeridad, sello de la campaña de López Obrador.
Tres días después, la publicación en portada de la revista ¡Hola! de los novios avivó aún más las críticas, a las que se sumaron los propios morenistas. Fue entonces que el mismo López Obrador se vio obligado a posicionarse: “Pues no me casé yo, o sea yo fui invitado, asistí, cada quién es responsable de sus actos. No fue una acción de gobierno, se trata de un evento social, privado, yo asistí a eso”. Y agregó que sus adversarios se encontraban buscando “cualquier posible error” para criticarlo.
Otras personalidades que manifestaron su apoyo a Morena durante la campaña, también se sumaron a las críticas de la boda fifi de Yáñez, como el caricaturista Rafael Barajas “El Fisgón”, quien además será uno de los redactores de la constitución moral del gobierno electo, tuiteó: “¿En qué estaba pensando César Yáñez? Yo creía que sus críticos exageraban. Debo confesar que yo no había captado la magnitud del dislate y frivolidad hasta que vi la portada del ¡Hola!“.
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