Las dudosas aliadas de Ricardo Monreal

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Esta semana la senadora Soledad Luévano (Morena) presentó una iniciativa que pondría a Benito Juárez a revolcarse en su tumba. Básicamente, busca eliminar la separación entre la Iglesia con el Estado.

El senador morenista Ricardo Monreal, quien siempre  ha defendido a Luévano, mantuvo sus juicios en un tono más políticamente correcto. “Sin precipitación ni regresión, todas las voces serán escuchadas”, señalaba en su cuenta de Twitter.

La casi parcial postura de Monreal ante la iniciativa de la senadora, contrasta con la que expresó en en 2018, cuando reconocía que la principal aportación de Benito Juárez era la separación de la Iglesia del Estado.

La carrera política de Luévano ha estado ligada a la de Monreal desde hace 20 años. Tan es así, que la defendió a capa y espada cuando contendió en las elecciones por la presidencia municipal de Zacatecas en junio de 2016, pero ese mismo año el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación anuló el triunfo de la ahora senadora, por actos anticipados de campaña. 

“Luego se quejan de por qué mandan al diablo a este tipo de instituciones (electorales)  políticas corrompidas hasta el tuétano”, escribía Monreal en una extensa publicación en su página oficial ese mismo año.

Luévano, quien se autoproclama como una “Guadalupana cuya fe nunca ha nublado su razón”, ha estado vinculada con Monreal desde que este era gobernador de la entidad de 1998 a 2004; en ese mismo periodo, Luévano fungió como directora de Compras en la Oficialía Mayor de Zacatecas. Desde esos tiempos le ha seguido los pasos a Monreal.

Las preferencias de Monreal con Luévano también se evidenciaron en 2016, cuando la definió como una “incansable luchadora social preocupada por el futuro de su ciudad”. 

La publicación de Monreal en su cuenta de Twitter fue en referencia a que en diciembre de 2016, Luévano había denunciado al exgobernador de Zacatecas Miguel Alonso Reyes por supuestos actos de corrupción.

El voluble Ricardo Monreal 

Monreal quiso mostrar parcialidad con la iniciativa de su paisana Soledad Luévano, pero no lo logró con la senadora Lilly Téllez ante la solicitud de la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena para expulsarla del partido por no alinearse a sus preceptos.

La senadora no solo ha mostrado su rechazo a la despenalización del aborto, también al asilo del ahora huidizo expresidente de Bolivia Evo Morales, e incluso, ha defendido al presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 

Al respecto, Monreal se ha manifestado solidario con Téllez, a quien califica de “mujer honorable y congruente”.

Si bien para Téllez este es su primer cargo político. Luévano y Monreal se han caracterizado por brincar de un partido a otro: empezaron en el PRI, después Monreal se cambió al PRD, mientras que Luévano al Partido del Trabajo (aliado entonces del PRD) y ahora ambos militan en Morena. 

Monreal, quien ha sido blanco de acusaciones como la de colocar a su familia en cargos políticos cuando fue gobernador de Zacatecas, o de entregar contratos a empresas zacatecanas sin experiencia para realizar obras en la alcaldía Cuauhtémoc, cuando fue jefe delegacional de esa demarcación, ha sido chile de todos los moles y durante su carrera política ha opinado de casi todo. Pero ¿hasta cuándo seguirá metiendo las manos al fuego sin quemarse?

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