¡Malditos hongos! Enemigos de la transparencia

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Además de funcionarios corruptos, prácticas opacas de las dependencias públicas e intereses inmiscuidos, ahora la transparencia tiene un nuevo enemigo: los hongos y otros agentes biológicos.

Cuestione solicitó copia de algunos contratos de obras a la Secretaría de Obras y Servicios de la Ciudad de México (Sobse) y la respuesta fue (palabras más, palabras menos), que no los encontraron porque –suponen– la información debe estar en el archivo “contaminado”. 

Unos 70 metros cuadrados, ubicado en la bodega 6 de las oficinas de la Sobse, en la colonia Magdalena Mixhuca, de información y documentos oficiales de 2002 a 2012 (con excepción de 2003), entre ellos: informes, reportes, registros de concursantes, recursos financieros, dictámenes, entre otros, perdidos

Sin embargo, la experta en archivos y gestión documental de la consultora Infoestratégica Gabriela Hernández advierte que, a menos de que el acervo haya sido inundado o quemado, hay forma de recuperar documentación.

Por el otro lado, “los documentos no son propiedad de los servidores públicos ni del gobierno, son bienes nacionales. Desde la perspectiva de la transparencia, tienen información que nos pertenece a todos, a las personas”, dice Alejandro Torres, excomisionado del Instituto de Información Pública de la Ciudad de México y experto en materia de transparencia. 

Además, los contratos tendrían que haberse digitalizado, por lo que aún si los documentos físicos estás contaminados deberían existir una copia electrónica. Y en el supuesto caso de que ésta tampoco exista, el comité de transparencia de la Sobse debería hacer todo lo posible para conseguir una copia del contrato con otras dependencias involucradas o con la misma empresa contratada, expone Torres.

Lo peor: podría haber más en las mismas condiciones

Ocho de cada 10 archivos públicos están en malas condiciones, explica Hernández Bravo.

El mismo gobierno federal está al tanto de esta situación. El Archivo General de la Nación publicó el video Hacía una nueva visión archivística en México, en el que se muestra el estado de los archivos de diferentes dependencias públicas, como se muestran en las siguientes fotografías:

Piojo de papel y pececillo de plata son tan solo dos de los 200 tipos de plagas de los archivos. Sin embargo, su prevención es posible. El Consejo Internacional de Archivos recomienda que los acervos sean fumigados dos veces al año para evitar esos desagradables visitantes. 

¿Por qué es importante conservar los archivos documentales? Angélica Ángeles Rodriguez, experta en acervos y académica de la Hemeroteca Nacional de México, explica: “No solamente es conservar la memoria, la historia, conservar los acervos administrativos es importante para la gestión de las instituciones. Por el derecho a la verdad, la transparencia que tenemos todos los ciudadanos”. 

No procurar el buen estado de los archivos públicos no solo se ve mal, es ilegal. Los funcionarios públicos responsables de éstos que no cuiden sus condiciones, pueden ser sancionados por negligencia con multas de hasta 422 mil pesos y en casos graves, de tres a 10 años de cárcel, de acuerdo con la Ley General de Archivos. 

También existe una norma oficial que advierte claramente que se debe contar con “un programa integral de mantenimiento de las instalaciones y la limpieza periódica de los depósitos, así como impulsar un programa de manejo integral de plagas”.

Además, existen especialistas que pueden ayudar a la correcta conservación de los acervos, concluye Ángeles Rodríguez

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