Menores que luchan contra el cáncer no encuentran aliados en el gobierno

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“Ya no mami, ya déjame así, ya no te estreses, ya sé que no hay medicamentos y tampoco dinero, ya no quiero seguir”, decía Mariana, de siete años, a su mamá. En agosto del año pasado, le diagnosticaron anemia aplásica, una condición por la que el cuerpo produce menos células en la sangre y que, de no tratarse, puede derivar en leucemia.

Mariana era atendida en el Hospital Infantil de México Federico Gómez, pero entre febrero y marzo de este año le informaron a Judith, su madre, sobre la escasez de Filgrastin, un medicamento necesario elevar sus defensas y que dejó de recibir por tres semanas. Ambas salieron a las calles a protestar, junto a decenas de familias, por el desabasto.

Poco tiempo después, la niña recibió su medicina, pero deciden cambiarle el tratamiento: “Como mi hija no tenía muchas defensas, salió muy débil”, dijo Judith a medios de comunicación, en alusión a las tres semanas que no recibió el Filgrastin. Dos semanas más tarde, Mariana falleció.

Si Mariana hubiera nacido en un país desarrollado, es muy probable que estuviera viva. Y es que, mientras en México la sobrevivencia de niños y adolescentes con cáncer es de 57%, en los “países con altos ingresos” es de 90%, de acuerdo con el Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes.

“El problema es muy grave”, señala Abel Valdéz, director de Innovación y Proyectos de la organización civil Nosotrxs, dedicada, entre otras acciones, a visibilizar el desabasto de medicamentos en el país. 

En México, cada año se detectan entre cinco mil y seis mil nuevos casos de algún tipo cáncer en menores de edad, de acuerdo con la Secretaría de Salud. Además, es la primera causa de muerte por enfermedad en personas de entre cinco y 14 años de edad. Cada año, mueren en promedio dos mil 150 menores por algún tipo de cáncer infantil. Y, peor aún, más de la mitad de niños y adolescentes carece de Seguridad Social.

Cuestione ha alertado desde principios de este año de la vulnerabilidad de los niños que padecen diferentes enfermedades, como el caso de Yuriana, de 17 años, que padece padece artritis idiopática juvenil y desde finales de 2018, su madre ha tenido problemas encontrando los medicamentos en el sistema de salud. 

¿Y las autoridades?

Mientras decenas de padres protestaron por el desabasto de medicinas bloqueando la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional Benito Juárez, el secretario de Salud, Jorge Alcocer dijo que “no urgen” los medicamentos.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, en conferencia de prensa, puso la responsabilidad en la sociedad: “aceptando, sin conceder, de que no tiene el medicamento, qué sociedad somos si la enfermera, si el médico, si el director del hospital, si cualquier ciudadano no toma la decisión de comprar el medicamento (…) si no hay medicamentos, se toma un avión (…) a comprar los medicamentos”.

Además, señaló que se analizarían las causas del desabasto: “se está investigando a las empresas por ese influyentismo. Es un asunto complejo porque se pagaba de más, se robaban el dinero de las medicinas, había gran corrupción. Es una red muy fuerte, muy poderosa (…) hay que investigarlo, no tienen por qué faltar los medicamentos. Hay que investigar bien el asunto y se está haciendo”.

Los medicamentos, según las autoridades, ya están empezando a llegar. La duda persiste de si no es demasiado tarde para muchos de estos niños y niñas.

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