Mientras México enfrenta la crisis sanitaria por el COVID-19 construyendo hospitales temporales, el gobierno se olvida que hay más de 30 hospitales, clínicas y unidades de medicina familiar en el abandono.
Un ejemplo de la mala planeación del la red de infraestructura hospitalaria, son los más de 302 millones de pesos que pagó el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a Creatividad y Espectáculos (Crea) –filial de Ocesa– para transformar el Autódromo de los Hermanos Rodríguez en la Ciudad de México en un hospital y así aumentar la capacidad de atención ante la emergencia sanitaria.
Esto no hubiera pasado de contar con una mejor planeación para construir hospitales y centros médicos, no solo en esta, sino en las pasadas administraciones, dijo a Cuestione Malaquías López Cervantes, investigador de la Facultad de Medicina de la UNAM.
El Hospital de Expansión del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en el Autódromo Hermanos Rodríguez fue creado para la atención de pacientes con COVID-19 y tiene 218 camas. Eso es menos de las que tenía el Hospital General de Zona número 25, en la avenida Zaragoza, que desde el temblor de septiembre de 2017 está en el abandono.
La premura por contar con más infraestructura para enfrentar el COVID-19, puso en evidencia a falta de planeación: en lugar de analizar la situación de cada hospital abandonado, las autoridades destinan dinero para construir nuevos hospitales para cumplir con promesas hechas en las campañas electorales, dijo López Cervantes, también extitular de la Dirección General de Planeación y Desarrollo en Salud (DGPLADES), en la administración anterior.
Así, existen 34 hospitales, clínicas y unidades de medicina familiar que fueron abandonados por el IMSS y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Veracruz y Guanajuato son los estados con más hospitales y unidades de atención médica en el abandono, con cinco y cuatro unidades hospitalarias, respectivamente.
Algunos de estos edificios están por cumplir 20 años de abandono y no tienen planes para volver a funcionar. 30 de los 34 centros médicos que contabilizó Cuestione, según respuestas del IMSS e ISSSTE, obtenidas vía transparencia, suman 159,337 metros cuadrados, lo que equivaldría a poco más de 70% de la superficie del nuevo Aeropuerto de Santa Lucía, en Texcoco, o 15 veces el tamaño de la Basílica de Guadalupe.
Tres de los cinco hospitales abandonados por el ISSSTE, en Chihuahua, Veracruz y Guerrero, ofrecían atención a más de 84 mil personas.
Mientras que dos hospitales del IMSS, que cerraron sus puertas después del terremoto del 17 de septiembre de 2017, el Hospital Regional 36 San Alejandro, en Puebla, y el Hospital regional número 25, en la Ciudad de México, dejaron de dar poco más de 20 mil consultas. Eso, sin contar las 21 unidades de atención médica familiar que arrumbaron ambas dependencias en todo el país.
El abandono del IMSS
El IMSS tiene registrados cuatro hospitales generales en el país que están sin funcionar. Uno de ellos es el Hospital General de Zona Silvano Barba González, en Jalisco, que lleva 17 años sin ver a un paciente, de acuerdo con información obtenida por Cuestione vía transparencia.
Otro hospital en el olvido es el Regional de Zona Número 25, en la Ciudad de México, que lleva tres años en el abandono. En este sitio se ofrecían 11,000 consultas de especialidad y tenía 272 camas, antes de que el temblor del 19 de septiembre de 2017, que afectó la zona centro del país, lo dejara inhabilitado. A la fecha solo hay promesas para demolerlo, lo que costará 417 millones de pesos, un poco más de 100 millones más de lo que costó dotar al Autódromo Hermanos Rodríguez.
Y esas son las mismas promesas para el Hospital Regional 36 San Alejandro, en Puebla, que antes del temblor atendía cada día a tres mil personas de Tlaxcala, Oaxaca y Veracruz. Para sustituir las labores que se hacían en ese hospital se invirtieron 427 millones de pesos para construir otro, solo que las obras solo servían para oficinas, no como hospital, según Animal Político.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), según el titular del IMSS, Zoé Robledo, será la encargada de demolerlo, y también se encargaría del desarrollo del proyecto de reconstrucción del hospital en la avenida Zaragoza, pero se atravesó el COVID-19.
Eso, sin contar las 14 Unidades de Medicina Familiar que resisten al paso del tiempo. Una de ellas, en Zacatecas, cumplirá 20 años sin ser utilizada el año que viene . La mayoría de estos inmuebles (11) están como “pendientes de aplicación”, lo que significa, de acuerdo con información del IMSS proporcionada a este medio vía una solicitud de transparencia, que están a la espera de recibir mejores planes. Cuestione buscó entrevista con el IMSS sin que al cierre de esta edición hubiera una respuesta.
El ISSSTE se desentiende
El ISSSTE tiene abandonados 14 inmuebles hospitalarios. De estos, hay cinco clínicas y hospitales generales sin ser utilizados, los cuales suman más de 34 mil metros cuadrados, casi la mitad de los que mide el estadio de beisbol Héctor Espino, en Sonora, por el que apenas en abril de este año el gobierno de Andrés Manuel López Obrador pagó 511 millones de pesos.
Cuestione solicitó al ISSSTE información sobre los motivos y fechas de desocupación de estos cinco hospitales y clínicas, así como de las ocho unidades de medicina familiar y una unidad de consultorios que están sin ser utilizadas. La dependencia omitió dar mayor información sobre los planes que tiene para estos lugares.
La Secretaría de Salud también tiene edificios en el olvido. Aunque ninguno es un hospital, pudimos ubicar tres oficinas abandonadas desde el sismo del 19 de septiembre de 2017. Todas en colonias donde el suelo es caro, como la Roma y la Juárez, en la Ciudad de México. Solicitamos información sobre estas oficinas, pero no tuvimos respuesta.
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Los hospitales como promesas
Los daños estructurales, el tiempo que tienen abandonados y los motivos que llevaron al olvido a estos hospitales son diferentes para cada entidad, por lo que calcular un monto económico para ponerlos a funcionar sería impreciso, dijo, Malaquías López Cervantes, especialista en Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Presidentes de México, gobernadores de estados y presidentes municipales bajan los recursos para construirlos, van y se toman la foto de la colocación de la primera piedra, pero no consideran las necesidades de salud de las poblaciones en los que los construyen, tampoco los futuros gastos de operación. Entonces, quedan abandonados, nos explicó López Cervantes.
“Se ha pervertido la idea de que la salud es igual a tener un hospital y que además todas las comunidades y estados del país deben tener médicos especialistas, aún cuando las necesidades médicas de cada población son distintas (…) las decisiones para construir hospitales las toman personas que no tienen idea de planeación hospitalaria, son especialistas en medicina clínica, con pocos conocimientos de infraestructura y necesidades hospitalarias específicas”, dijo, López Cervantes.
Para el desarrollo de infraestructura hospitalaria se necesita mayor vinculación entre la Secretaría de Salud, el IMSS y el ISSSTE para saber dónde y cuáles son las necesidades en cada entidad. También hace falta un análisis de fondo que considere las necesidades de cada población y los padecimientos a los que son más propensos, agregó Malaquías López.
“Los hospitales que no tengan daños estructurales seguirán. No hace falta construir nuevos hospitales, salvo a lo mejor algunos. Lo que hace falta es terminar los que estaban abandonados porque era un tiradero de obras”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador desde mediados de mayo, al señalar que la Sedena se haría cargo de los trabajos para recuperar hospitales en el abandono. Aunque faltaría conocer los planes para aquellos de los que por décadas, nadie se ha ocupado.
