Militares entran sin exámenes de control a Guardia Nacional

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Juntar suficientes elementos, el problema

Militares que reprobaron las pruebas de control y confianza tienen las puertas abiertas a la Guardia Nacional. Los elementos del Ejército y la Marina que vayan al nuevo cuerpo policial tendrán hasta dos años para acreditar los controles de confianza.

Los controles de confianza fueron creados en 2008 (durante el gobierno de Felipe Calderón), para evitar la infiltración de los grupos criminales en las fuerzas del orden. En general, consisten en pruebas psicológicasevaluaciones económicaspolígrafo (detector de mentiras) y exámenes de orina (toxicológicas).

Buscan identificar a personas que pudieran tener nexos con criminales o que sean vulnerables a ser cooptadas por delincuentes, como en el caso de personas con adicciones o fácilmente manipulables.

Alfonso Durazo, titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), adelantó, en abril pasado, que no evaluarían a los militares que pasen a la Guardia Nacional, pues por el simple hecho de estar en las Fuerzas Armadas, ya están acreditados: “Los elementos del Ejército en activo, por definición, tienen vigente su calidad de confianza y de certificación, sino no sería posible que estuvieran ni en el Ejército ni en la Marina”, reportaron diferentes medios.

Esto, en medio de lo que el mismo secretario catalogó como la peor crisis de seguridad “desde la Revolución Mexicana”, en gran medida, debido a funcionarios corruptos o infiltrados en las fuerzas de seguridad. Y agregó: “Esta situación que vivimos tiene que ver con asumir el compromiso, que nos lleve a combatir a fondo también a la corrupción y a las desviaciones en los cuerpos de seguridad en todos los niveles”.

¿El problema? Cuestione descubrió que 41% de los siete mil 400 evaluados en el Ejército entre el 1 de enero 2018 y el 8 de abril 2019, reprobaron los controles de confianza, de acuerdo con la respuesta de transparencia 0000700112419 de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Actualmente, 73% de los 56 mil 800 elementos que conforman la Guardia Nacional provienen de las Fuerzas Armadas y 27% de la Policía Federal, de acuerdo con las cifras preliminares de Durazo.  

“Van a haber elementos de la Guardia Nacional, que vienen de Policía Federal y que han pasado a lo largo de sus trayectorias como siete controles de confianza; y vamos a tener a 40 mil elementos que, por venir del Ejército, no van a tener estos controles (hechos por el Centro Nacional de Certificación y Acreditación para policías)”, dijo Juan Salgado, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

Por su parte, sólo 1% de los elementos de la Policía Federal, de los 17 mil 900 elementos evaluados entre 2018 y abril 2019, falló en las pruebas, de acuerdo con la solicitud de transparencia 0413100042119, contestada a Cuestione.

Llama la atención el bajo número de rechazados, y si bien no hay una explicación concreta, podría deberse a que los controles de confianza son diferentes en cada institución.

Los policías federales deben acreditar dichas pruebas para permanecer en sus puestos, de acuerdo con el artículo 88 de la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad PúblicaEn cambio, en el Ejército no se señala sanción en caso de reprobarlas. La vigencia de las pruebas para los policías federales es de dos años; mientras que en el caso de los militares no es pública.  

A diferencia de la Policía, el Ejército realiza las pruebas de forma interna, dijo Raúl Benítez Manaut, especialista en seguridad. Tampoco hay registro de expulsados por esta causa en el reporte de bajas de Sedena.

“Si no pueden entrar, no hay Guardia Nacional”

Los elementos de la Guardia provenientes de las Fuerzas Armadas y Policía Federal tendrán dos años para pasar los controles de confianza, a diferencia de los reclutas de nuevo ingreso, para los cuales será un requisito de entrada, de acuerdo con la Ley de la Guardia Nacional.

Sin darles un beneficio de dos años, era difícil conformar un cuerpo policial tan numeroso como la Guardia Nacional, explicó Damián Zepeda, senador del Partido Acción Nacional, Cuestione: “Si les ponemos, de golpe, que no pueden entrar, si no lo tienen (el certificado de exámenes de control y confianza), pues entonces no hay Guardia Nacional”.

De esta forma, la Guardia Nacional no exige a elementos del Ejército, Marina y Policía Federal contar con un certificado de control y confianza; aunque es posible que haya quienes sean dados de baja dentro de los próximos dos años, en caso de que fallen en las evaluaciones de control y confianza. Por lo pronto, ya llevarán 24 meses aprendiendo sobre cómo funciona la fuerza de seguridad.

Zepeda explicó que es el Estado quien deberá tener la iniciativa para hacer las pruebas, lo más pronto posible, a los elementos de la Guardia Nacional. Para este propósito, estará encargado el Centro Nacional de Acreditación y Control de Confianza, y se echará mano de los centros de evaluación estatal, principalmente, encargados de evaluar a los policías estatales.

Pruebas insuficientes

El expresidente Felipe Calderón Hinojosa impulsó la creación de las evaluaciones a las policías del país en 2008, mismo año en el que afirmó que más de la mitad (51%) de los 11 mil 200 elementos de la Policía Federal Preventiva (hoy Policía Federal), sometidos a evaluación, resultaron “no recomendables”.

Las pruebas de control y confianza no han impedido a integrantes de las corporaciones policíacas relacionarse con el crimen organizado, expuso Daniel Vázquez, experto en seguridad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM): “Los controles de confianza no son infalibles, sino que muchas de las pruebas son, claramente, insuficientes”.

Más de una década después de que se comenzaron a usar las pruebas, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha manifestado su confianza en el Ejército, como el 11 de enero: “La Policía Federal no se consolidó, fracasó ese proyecto… Estoy promoviendo de crear una Guardia Nacional, uniendo a la Policía Militar, a la Policía Naval y a la Policía Federal y dándole el apoyo al Ejército”.

Sin embargo, el Ejército tiene un largo historial de violaciones de derechos humanos e infiltración criminal. Vázquez recordó que en el sexenio de Vicente Fox (2000-2006) muchos elementos del Ejército abandonaron sus labores para trabajar con el cártel de los Zetas – llevando con ellos valioso entrenamiento y conocimiento de la institución.

Si un caso ha despertado dudas sobre la actuación del Ejércitoes el ocurrido la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre del 2014, cuando desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa. La actuación de las fuerzas armadas esa noche, y del gobierno en los días siguientes, ha sido cuestionada por los familiares de las víctimas y organizaciones sociales.

Además, la Sedena recibió 12 mil quejas por violaciones a los Derechos Humanos entre el 2000 y 2018;  la Secretaría de la Marina recibió tres mil 249 en el mismo periodo, de acuerdo con un análisis del Instituto Belisario Domínguez del Senado.

Los atropellos de los militares en las calles se deben en parte a su formación, explicó Salgado: “Las Fuerzas Armadas son preparadas para eliminar enemigos, y no para prevenir la delincuencia en una lógica de seguridad ciudadana. Esa es la diferencia en términos de la participación castrense en la seguridad pública”.

Leyes secundarias

El 23 de mayo, la Cámara de Diputados terminó de aprobar las leyes secundarias que dan base de operación a la Guardia Nacional. Entre ellas, las que le asignan responsabilidad, miden el uso de la fuerza, crean una base de datos para personas detenidas y reconocen a este nuevo cuerpo como policías.

Lisa Sánchez, directora de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), se manifestó especialmente preocupada por la Ley del Uso de la Fuerza, en la que se determina cómo los elementos de la Guardia Nacional pueden aumentar su uso, pero sin obligarlos a analizar cada situación: “Pensar en qué situación están y cómo puede cambiar el grado de la fuerza de menos a más, pero también de más a menos”. Es decir, no se establecen mecanismos para que los agentes reduzcan la fuerza que están ejerciendo.

¿Cómo queda la Guardia Nacional?

La Guardia Nacional es una fusión inusual, que mezcla características tanto militares, como policiales, con distintos entrenamientos, facultades y otros. Eso incluye el momento en el que se aplicarán las pruebas de control y confianza a los elementos, pero también los beneficios laborales, dijo Sánchez. Sólo quienes provengan de las Fuerzas Armadas podrán mantener sus salarios, rangos y prestaciones, indica la Ley de la Guardia Nacional.  

La Guardia Nacional entró en operaciones el 27 de mayo. Zepeda espera que las pruebas provenientes de Fuerzas Armadas y Policía Federal se hagan de forma gradual antes de los dos años.

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