Nadie sabe qué hay en los frascos de marihuana medicinal

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A pesar de estar permitido el uso de marihuana medicinal en la Ley General de Salud, la falta de reglamentos ha propiciado un mercado sin control de diferentes productos hechos con cannabidiol (CBD, un componente de esta planta). 

Lo más grave de esto es que los consumidores de estos productos, los compran en un “acto de fe”, pues no pueden saber, a ciencia cierta, qué contienen.

Cecilia sufre de fuertes migrañas. Una amiga le recomendó el aceite de CBD. “De tres a cinco gotitas debajo de la lengua, eliminarán el dolor”. Buscó en internet y descubrió que podía recibir uno de estos frascos en la puerta de su casa en solo unos días, por  precios que van desde los 400 hasta arriba de dos mil pesos

Cuando regresó el intenso dolor de cabeza que le impide ver directamente a la luz y la manda a la cama, probó el contenido del frasquito que llevaba en la bolsa. Una, dos, tres gotas debajo de la lengua y esperar. Pasó más de una hora y nada. El efecto milagroso que le habían dicho sentiría no llegó. 

Cecilia no se rindió. Compró otra marca, una más cara. Vio que ésta, a diferencia del otro líquido que era transparente, era verde y tenía un olor más penetrante. Puso cinco gotas debajo de la lengua y dos horas más tarde estaba mareada, sin poder concentrarse en el trabajo. ¿Qué se había tomado? Nadie lo sabe. 

Cuestione buscó a múltiples laboratorios, incluyendo a los de la UNAM, para saber si podían analizar los contenidos de estos medicamentos, y así confirmar que eran seguros y cumplían con los ingredientes que decían tener. 

Lo que descubrimos es que ni laboratorios, ni universidades tienen permiso para hacer investigación de productos con cannabis, pues si lo hicieran, estarían actuando fuera de la ley. 

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La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) es la responsable de otorgar los permisos y revisar los contenidos de los medicamentos, sin embargo, aunque aprobó los lineamientos para regular su comercialización, al final de la anterior administración, éstos fueron revocados en marzo pasado. 

Así, a dos años de que la Ley General de Salud permite el uso de marihuana medicinal, seguimos sin regulación, lo que ha dado pie a un mercado negro, con el riesgo que conlleva la falta de vigilancia por parte de las autoridades. 

Un peligro para la salud

El problema es que en el mercado negro se ofertan los productos sin saber la cantidad de dosis que tienen de cannabidiol y de THC (la sustancia psicoactiva), o que pueden estar contaminados y poner en riesgo la salud de las personas que los usan, explica Omar Carrasco Ortega, coordinador del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS) de la UNAM.

“No podemos saber qué contienen los medicamentos que se están vendiendo, no sabemos a qué nos estamos exponiendo, no sabemos las dosis que emplean los pacientes pues esta información no existe porque no ha sido investigada”, explica Carrasco, quien junto con el CIPSS también está impulsando la investigación clínica de la cannabis en la UNAM.

Si se regulara el mercado legal de la marihuana medicinal, el mercado negro se debilitaría y menos gente accedería a él.

Este 14 de agosto la Suprema Corte de la Justicia de la Nación (SCJN) le ordenó a la Secretaría de salud a publicar la regulación en 180 días, es decir en medio año, lo cual abrirá paso a las investigaciones científicas de la cannabis. 

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La UNAM, un año en espera

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) tiene frenadas las investigaciones científicas de la marihuana con fines medicinales, ante el estancamiento en el otorgamiento de permisos por parte del gobierno. 

Investigar la marihuana, como fuente de medicamentos, permitiría que las y los científicos de la UNAM estudien los más de 400 componentes que tiene la marihuana, sus usos y efectos en las personas y aportaría nuevas evidencias sobre la aplicación del cannabis para los tratamientos médicos y terapéuticos, explica el doctor Óscar Prospéro, director del Laboratorio de Cannabinoides de la Facultad de Medicina de la UNAM.

Hace un año, el Laboratorio de Cannabinoides solicitó un permiso a la Cofepris, para empezar con las investigaciones, pero hasta ahora no se los ha dado. “No nos ha ido bien, porque mientras que Cofepris no nos autorice hacerlo, estamos en la ilegalidad”, dijo el científico a Cuestione

El tratamiento con cannabis ha servido sobre todo a las y los niños que padecen enfermedades como el Síndrome de Síndrome de Graves, en la enfermedad de Lennox Gato y epilepsias refractarias, de acuerdo con el doctor.

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