Negociaciones inesperadas con Estados Unidos (EU), plan emergente de migración y ahora operativos militares fallidos, son algunos de los temas en los que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha sido la principal ausente. ¿Está faltando a sus funciones?
¿De qué debería encargarse la Segob?
El objetivo principal de la Secretaría de Gobernación (Segob), una de las dependencias de mayor relevancia en el Poder Ejecutivo (o sea, el que depende del presidente de la República) es, en términos generales, “atender el desarrollo político del país y coadyuvar en la conducción de las relaciones con los otros poderes de la Unión y los demás niveles de gobierno para fomentar la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de las mexicanas y de los mexicanos en un Estado de Derecho”.
¿Qué significa eso? Según lo que dicta el nuevo Reglamento Interior de la Segob (publicado en el Diario Oficial de la Federación el 31 de mayo de 2019), la titular de esa dependencia -quien además es la primera mujer en ocupar el cargo- tendría entre las tareas que no puede delegar:
-Coordinar a las secretarías de Estado y la Administración Pública Federal para el cumplimiento de las órdenes y acuerdos del presidente.
-Convocar a las reuniones de gabinete así como pedir los informes correspondientes.
-Desempeñar las comisiones y funciones especiales que el presidente le confiera, e informar sobre su desarrollo y ejecución.
-Proponer al Ejecutivo Federal los proyectos de leyes, reglamentos, decretos, acuerdos, programas, órdenes y demás disposiciones sobre los asuntos de la competencia de la secretaría.
-Refrendar los reglamentos, decretos y acuerdos que expida el presidente.
-Representar al presidente en las controversias constitucionales y acciones de inconstitucionalidad.
-Fijar la política para vigilar el cumplimiento de los preceptos constitucionales por parte de las autoridades del país, especialmente en lo que se refiere a los derechos humanos; prevención social del delito, cultura de paz y de legalidad; de asuntos religiosos y las relaciones con las asociaciones religiosas; migración y de movilidad humana; y de población e interculturalidad.
-Coordinar la elaboración e instrumentación de la normatividad en materia de comunicación social del Gobierno Federal y las relaciones con los medios masivos de información.
-Y suscribir los acuerdos interinstitucionales que celebre la Segob con los órganos gubernamentales extranjeros u organizaciones internacionales de conformidad con la Ley Sobre la Celebración de Tratados.
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Pero…
Luego de que el presidente de EU, Donald Trump, amenazara a México con imponer aranceles si no detenía la migración, Andrés Manuel López Obrador encomendó al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, negociar con el gabinete del país estadounidense.
Aunque en EU el vicepresidente Mike Pence participó en estas negociaciones, Sánchez Cordero no estuvo presente por parte de la delegación mexicana, que trató temas de economía y migración.
Esto violó la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que establece que la política migratoria es una labor de la Segob. Pese a ello, López Obrador ordenó formar una comisión especial que se encargaría de la estrategia migratoria para reducir el flujo migratorio de personas centroamericanas.
El mandatario asignó a este grupo -formado sólo por hombres- a integrantes de la Secretaria de la Defensa Nacional, de la Secretaría de Bienestar; de la Secretaría del Trabajo y hasta de los Centros Penitenciarios en México, pero no participó ningún funcionario de la Segob ni de la Subsecretaría de Derechos Humanos, Población y Migración.
Olga Sánchez Cordero volvió a brillar por su ausencia…
Aunque es ella quien convoca al gabinete, la secretaria ni viajó con el gabinete de seguridad -conformado también sólo por hombres- que se trasladó a Culiacán el 17 de octubre, luego de que grupos del crimen organizado se enfrentaran a balazos con elementos de seguridad en vías principales del municipio sinaloense.
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La titular de la Segob no pisó Culiacán durante los días más tensos, sino que siguió su agenda como se había planeado antes de estos hechos y participó en la disculpa pública que el Estado mexicano ofreció a Ana, Beatriz, Celia y la madre de ellas, Delia, tres mujeres indígenas que fueron torturadas por militares en Chiapas, hace 25 años.
¿Dónde ha estado la secretaria?
La razón de su ausencia en eventos claves y urgentes para el país podría estar en dos puntos: 1) que es precisamente el mandatario federal quien no la ha convocado a participar en estas comisiones especiales para que ella se integre, como dicta el nuevo reglamento.
2) Que ese nuevo reglamento eliminó entre las funciones de esta secretaría la de definir las políticas de seguridad pública en el ámbito federal, así como aquellas relativas a la prevención del delito, en el ámbito de competencia de la secretaría.
Así, los principales actos públicos en los que se le ha visto (y en la mayoría sin la presencia del presidente) no implican decisiones de seguridad nacional sino que han sido sobre todo foros, funerales y disculpas públicas.
Por ejemplo, Sánchez Cordero acudió en lugar del Presidente de México al funeral de la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso y su esposo, el exgobernador poblano, Rafael Moreno Valle, en diciembre pasado. Además ha ofrecido, más que ningún otro titular en su cargo, cinco disculpas públicas por violaciones a los Derechos Humanos del pasado.
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Si durante su campaña electoral el ahora presidente de México presumió que sería el primero en tener un gabinete equilibrado entre mujeres y hombres, y una secretaria de Gobernación mujer, ¿por qué excluye a Sánchez Cordero de las decisiones de Estado que ella está obligada a vigilar y hacer ejecutar, y en su lugar, forma comisiones especiales integradas sólo por hombres?
