Personal de enfermería: mal equipados y maltratados por la sociedad

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Angélica cantó Las Mañanitas y partió con su hija el pastel por sus 18 años… Pero todo desde la calle y asomada desde la ventana. Se fue llorando, ante la impotencia de no poderla abrazar. Es enfermera en el Hospital Central Norte de Petróleos Mexicanos, en la Ciudad de México, y desde hace un mes solo ve a su familia a través de la pantalla de su celular. Así los protege del COVID-19. 

Angélica es enfermera desde hace 12 años. Con la llegada del coronavirus al país ha tenido que comprar mascarillas especiales, guantes y trajes de protección contra riesgo epidemiológico, porque el equipo que le dan en el Hospital no cumple con las especificaciones necesarias para protegerla. 

A las malas condiciones hay que sumar las agresiones de las que son víctimas el personal hospitalario. 

“Es lo que hay, y si no, pues te puedes ir”, le dijeron tanto la administración del Hospital, como el sindicato al que pertenece, cuando exigió equipo de protección para ejercer su labor. No se puede ir, tiene deudas y una hija que mantener, así que se aguanta.

No solo es la falta de equipo adecuado, también las enfermeros y enfermeras son pocos para un país como México. Mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) registra un promedio, para sus países miembros, de 8.8 por cada mil habitantes, en México hay una tercera parte, es decir, 2.9 enfermeras y enfermeros por cada mil habitantesde acuerdo con información del Centro de Investigación en Política Pública, del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO). 

Además de los riesgos epidemiológicos a los que están expuestos por la falta de material de protección para atender a las personas, se suman los bajos salarios que perciben. 

En el Instituto Mexicano del Seguro Social, una enfermera general gana 5,807 pesos brutos al mes, es decir, poco más de 36 pesos la hora, practicamente lo que vale un kilo de azúcar. En tanto que al personal de enfermería que trabaja en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) le pagan más de 15 mil pesos al mes, de acuerdo con información del la dirección de administración del ISSSTE.

Con más o con menos sueldo, en tiempos del COVID-19 el personal de enfermería tiene precarias condiciones laborales, nos explica Blanca, quien es directora de una escuela de enfermería y que prefirió cambiar su nombre, en entrevista con Cuestione.

Los riesgos y costos

El uniforme blanco que Omar antes se ponía con orgullo es ahora un riesgo. Para portarlo tuvo que estudiar cuatro años, pero ahora tiene que esconderlo ante la posibilidad de enfrentar ataques de la ciudadanía. Antes de salir del hospital, se da un baño y se pone ropa de calle, luego va a casa a ver a su esposa, quien tiene 32 semanas de embarazo, las últimas tres sin recibir un beso de su marido por el riesgo de que la contagie, sin saber, de COVID-19.

No es que hayan cambiado mucho las condiciones de trabajo, ya desde antes del coronavirus cada enfermero tenía que comprar lo que necesitaba para trabajar, como equipos para medir la presión. Ahora con el COVID-19, estamos más en riesgo porque no tenemos equipo de protección y el que nos envían no cumple con las especificaciones necesarias de protección”, dice Omar en entrevista con Cuestione.

Omar tiene 36 años, dos de ellos como enfermero en el Hospital General de Zona número 48 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en la alcaldía Azcapotzalco, que concentra solo a pacientes con coronavirus.

Desde que empezó la emergencia sanitaria por la llegada del virus al país, ni él ni sus compañeros y compañeras han recibido equipo de protección, como mascarillas N95 o trajes especiales por riesgo epidemiológico; a cambio, sólo les dan trajes para cirugía, que no cuentan con especificaciones necesarias para riesgo epidemiológico, y los cubrebocas son los más sencillos.

Con un salario de 6,000 pesos mensuales, Omar tuvo que gastar 500 pesos para comprar material de protección adecuado, mientras que Angélica ha tenido que gastar hasta 4,000 pesos en mascarillas, guantes, cubrebocas y trajes especiales. 

Mucho trabajo y poco reconocimiento

Los baños de cloro y golpes, son solo algunos de los riesgos que han sumado las y los enfermeros por hacer su trabajo. Ya se han registrado ataques ciudadanos contra personal de enfermería en SinaloaJalisco y San Luis Potosí

Omar, Angélica y muy probablemente los 334,000 enfermeros y enfermeras que hay en el país, de acuerdo con la Secretaría de Salud, comparten la profesión, la incertidumbre de ser contagiados por COVID-19 ante la falta de equipo de protección para hacer su trabajo, y ahora, el miedo de enfrentar ataques ciudadanos por el desempeño de su labor.

Para evitar este tipo de agresiones, Omar y Angélica mejor se cambian el uniforme antes de salir de los hospitales para los que trabajan, dijeron a Cuestione. Angélica no lo creía y un día salió con su blanco uniforme a la calle, vio con tristeza como todas las personas se bajaban de la banqueta y evitaban hasta cruzar la mirada con ella. Con el paso de los días, y la falta de materiales necesarios para desempeñar su labor también llegó la desilusión. Ahora se replantea haber estudiado enfermería.

“Las y los enfermeros son poco valorados, el médico va, diagnóstica a los enfermos y en menos de una hora se va, son los y las enfermeras las que están ahí, cuidando todo el tiempo la salud y necesidades de los pacientes”, dijo Blanca, quien es directora de una escuela de enfermería.

Además, tampoco se cuenta la labor que hacen quienes no cuentan con una plaza laboral y trabajan por contrato en instituciones de salud pública. Estas personas pueden llegar a ganar entre 1,500 y 2,000 pesos a la quincena; además, están los becarios, que cuando bien les va, reciben apoyos de 500 pesos al mes, agregó Blanca.

Promesas que no se cumplen

Mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró en una conferencia que en una semana habría equipo de protección para enfermeras y enfermeros, quienes trabajan en instituciones de salud pública aseguran que los pocos insumos que les llegan no cumplen con las especificaciones necesarias para enfrentar el riesgo epidemiológico al que están expuestos.

Además, la plantilla de personal de enfermería se ha reducido debido a que en algunos hospitales enviaron a sus casas a personal con riesgos por diabetes, obesidad, embarazo o por la edad, y aún cuando el presidente dijo que se contrataría a más personal de enfermería. Tampoco se sabe bajo qué condiciones estarán contratados, dijo Blanca.

Los sueldos del personal de enfermería no reflejan el trabajo de bañar, dar medicamentos, asegurarse de la estabilidad de la salud de las personas enfermas ni de  limpiar a los pacientes que no alcanzan a llegar al baño, por mencionar solo algunas de las muchas actividades que realizan. 

Tampoco reflejan sus cuatro años, en promedio, de estudio, los mismos que cualquier licenciado. Con el paso de los gobiernos tampoco se han visto esfuerzos reales por mejorar y dignificar la labor que hacen estas personas, ¿será que después del COVID-19, tanto la sociedad, como las autoridades vean la importancia de estas personas?

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