Población indígena de la capital, olvidada frente al COVID-19

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“Sólo nos toman en cuenta para las fiestas o eventos culturales, cuando solicitan nuestro trabajo como traductores, pero no les importamos. No valemos nada para las instituciones. Somos discriminados por ser hablantes de una lengua”, denuncia Eusebia Severiano García, mazateca integrante de las Comunidades Indígenas de la Ciudad de México. 

La población indígena es una de las más vulnerables, y los tiempos de COVID-19 lo han demostrado. Aunque solo se han registrado 643 personas de habla indígena con el nuevo virus (1.4% de los poco más de 45 mil casos confirmados al 15 de mayo), la tasa de muerte es casi del doble, con 20.2% frente al 10.4% de población en general, de acuerdo con datos de la Secretaría de Salud.

De las 7.4 millones de personas que hablan lengua indígena en el país, casi una tercera parte (29%) denunciaron haber sufrido, al menos una vez en los últimos cinco años, la negación de un derecho (principalmente el de la salud y a programas sociales), de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación (Enadis) de 2017. Con la epidemia por COVID-19 las violaciones a sus derechos humanos se han hecho más evidentes.

Aunque la contingencia sanitaria inició desde mediados de marzo, fue hasta el 9 de mayo que el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) publicó una guía para la atención de esta población, en la que reconoce que es obligación del Estado velar por los derechos de estas comunidades, sin embargo, esto no se ha visto reflejado en las acciones del gobierno.

Entre las medidas contempladas por el INPI se encuentra la traducción de información a diferentes dialectos, facilitar la coordinación entre médicos tradicionales y alópatas, garantizar la atención a mujeres y niñas víctimas de violencia de género, así como ayudar a la reactivación de su economía, entre otras. 

Dentro de la guía para la atención de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas se establece que “durante la emergencia sanitaria se dará atención preferente a los sectores más vulnerables”. Pero la realidad no es así: estos sectores han denunciado que no reciben ayuda económica y la información acerca del COVID-19 dificilmente les llega,  como lo ha denunciado la activista Miriam Pascual en Oaxaca. 

Para saber más: Indígenas, entre la incredulidad y el miedo por COVID-19

Indígenas en CDMX enfrentan el mismo problema

Da tristeza como estamos viviendo… aún estando en la ciudad, estamos encerrados, ya no nos alcanza para comer, ni siquiera para la leche de los niños porque no hay mucha venta o trabajo”, narra la mazateca Eusebia Severiano

Miembros de las comunidades indígenas de la CDMX publicaron un manifiesto en el que denuncian que han sufrido discriminación por parte de la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes (SEPI), así como la falta de apoyo para enfrentar la epidemia de COVID-19 por parte del gobierno y las malas condiciones de trabajo de los traductores o interpretes de las lenguas indígenas.  

Violeta Sánchez, vocera del Colectivo Comunidades Indígenas de la Ciudad de México, pidió ayuda, a través de una carta a la SEPI. La respuesta que recibió fue: “en este momento no estamos recibiendo solicitudes”. Entonces enviaron su petición a Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la CDMX, sin embargo, a más de un mes de entregada la solicitud no han recibido respuesta. 

La SEPI lanzó una convocatoria para dar un apoyo de 1,500 pesos por única ocasión a indígenas inscritos al padrón de artesanos; sin embargo, –dijo Severiano– esto discrimina a carpinteros, empleadas domésticas, maestros despedidos, entre otros indígenas que también necesitan ayuda. “Somos todos o nada”, aseguró la activista.

Nuestro deber institucional y compromiso con la 4T nos mantiene en servicio para brindar apoyos emergentes a las…

Posted by SEPI CDMX on Monday, March 30, 2020

Traductores indígenas mal pagados

“Nuestro trabajo es muy importante, ser intérprete trabajando en los juzgados, ir a los reclusorios, acudir a los hospitales, pero no se paga a tiempo, no se abren espacios donde puedan ejercer su trabajo, ni se protege la integridad de los intérpretes cuando brindan servicios en la noche”, denunció Severiano García. 

Agregó que: “Un intérprete de lenguas indígenas en la Ciudad de México no es nada, no somos valorados… Somos discriminados. No contamos con seguro médico ni de desempleo, porque esto sólo es como un apoyo”. 

La comunidad de intérpretes que ha trabajado con la SEPI también denuncia que durante la contingencia por COVID-19 no se les ha llamado para trabajar. 

Sobrevivir ante el COVID-19

Para poder sobrevivir esta contingencia, la población indígena en CDMX planea abrir un centro de acopio, aunque temen que no será suficiente, pues casi “nadie sale por temor a la enfermedad”, dice Eusebia Severiano. Así que, a la par, buscan generar otros recursos, a través de la venta de cubrebocas o fruta por Whatsapp.

También han regresado a los trueques, intercambiando sus artesanías por comida entre ellos y también entre la demás población. 

“Muchos trabajan como carpinteros, empleadas domésticas y artesanos, ninguno ha podido salir porque la gente no está contratando o no podemos vender nuestras cosas, nosotros vivimos al día y ya no tenemos para comer. Algunos rentan un cuartito, pero ya no lo pueden pagar porque no hay de donde”. 

 El colectivo al que pertenecen Eusebia y Violeta está formado por personas indígenas que viven en diferentes zonas de la ciudad. La mayoría radica en las alcaldías Cuauhtémoc e Iztapalapa, y han podido organizarse y exigir sus derechos. Sin embargo, en toda la Ciudad de México viven aproximadamente 122 mil personas indígenas que buscan sobrevivir al COVID-19 y no cuentan con la ayuda del gobierno de la ciudad. 

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