¿Quién pompó? Los hijos de AMLO brincan de la polaca a la industria del chocolate

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Son dueños de una finca en Tabasco

Sin experiencia en materia empresarial, los hijos mayores del presidente Andrés Manuel López Obrador se lanzan a la conquista del mercado del chocolate. ¿Por qué quisieron apostarle al cacao? ¿Dónde quedó la política y los intensos meses como coordinadores estatales de Morena en Edomex, CDMX y Tlaxcala? ¿Reto o capricho?

La empresa de José Ramón, Andrés y Gonzalo López Beltrán se llama Rocío Chocolates, en honor a su mamá, Rocío Beltrán -quien falleció el 13 de enero de 2003 de una enfermedad crónica-, la primera esposa del ahora presidente de México.

Si bien ninguno de ellos ha afirmado o negado públicamente su relación con la marca, en fotos de redes sociales se puede ver a los hijos de López Obrador promocionando los chocolates.

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Inicio 2019!!!

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Felicidad en una caja @chocolatesrocio

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Rocío Chocolates -según describe su página web- es una empresa familiar dedicada a la transformación del cacao de forma artesanal, su lanzamiento en plataformas digitales se hizo en marzo pasado.

¿Les habrá costado mucho?

Por los costos que genera y la infraestructura que se requiere, sólo 53 empresas comercializan 92% de los chocolates en México, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Chocolates, Dulces y Similares.

Y es que la inversión promedio para construir una planta de chocolates puede ser alta. En 2018, la marca internacional de chocolates Ferrero Rocher dijo en entrevista a Forbes que la construcción de su planta en Guanajuato, con 178 mil metros cuadrados de terreno, requirió una inversión de 200 millones de dólares.   

Hasta el momento se desconoce cómo es el taller donde elaboran los chocolates los López Beltrán; sin embargo, de acuerdo con el sitio de internet, ellos se hacen cargo de todo el proceso: “Es de las pocas empresas que se ubican dentro de la iniciativa ‘Tree to Bar’ (Del árbol a la barra), esto quiere decir que controlamos el proceso de fabricación de nuestros chocolates desde su origen en nuestra finca hasta el producto final en la ciudad”.

Tener una finca les permite no sólo vigilar desde el inicio la producción del cacao sino también les facilita que en todo el proceso -como afirman en su página- no participen intermediarios, no compran cacao, manteca de cacao ni pasta de cacao.

Es decir, los López Beltrán no tendrían la necesidad de comprar productos a los pequeños productores primarios -en Tabasco existen 25 mil familias que se dedican a cultivar- porque Rocío Chocolates sí cuenta con la infraestructura para trabajar el cacao en un taller ubicado en la Ciudad de México.

¿De dónde salió la finca?

“Nuestro cacao fue sembrado en una propiedad familiar llamada ‘Finca El Rocío’, ubicada en el municipio de Teapa perteneciente al estado de Tabasco en México, ahí cuidamos nuestras plantas con un manejo cien por ciento orgánico que nos ha hecho acreedores durante varios años consecutivos a los certificados USDA Organic, Certificado Ecológico UE y Certificado Orgánico de SAGARPA”, dice la página de la nueva empresa.

Pero no se vayan con la finta, ésta no es el famoso Rancho “La Chingada”, de 25 millones de pesos y cerca de 13 mil hectáreas, que López Obrador heredó a sus hijos en 2016 antes de dar su declaración 3de3.

No, “La Chingada” se ubica sobre la carretera Pakalná-Palenque, Chiapas, mientras que la “El Rocío”, como dice la página oficial de la empresa chocolatera, está en Teapa, Tabasco, a casi tres horas de distancia en vehículo de “La Chingada”, la que -según dijo el mandatario federal- es su única propiedad, la heredó de sus padres y ya la escrituró a nombre de sus hijos.

Pero sobre esta nueva finca, “El Rocío”, con plantíos de cacao y todo, no nos había dicho nada la familia López Obrador. Aunque se desconoce cuántas hectáreas tiene, las fotografías de las redes sociales de la marca muestran que tienen un gran terreno:

¿Qué tan redituable es ese negocio?

Según el documento Planeación Agrícola Nacional 2017-2030 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, se estima que en 2030 el consumo del cacao aumentará de 65.15 a 77.86 Mt, lo que representa un crecimiento acumulado de 76.97%. Nada mal para esta industria.

Tabasco, por cierto, es una “región estratégica” de tipo 6, con el mayor potencial para la producción de este producto por sus insumos agrícolas, según el documento de la Sagarpa.

De acuerdo con la organización Cacao México, los compradores de cacao a nivel internacional pagan hasta 100 dólares por tonelada de cacao orgánico y certificado lo que elevaría de manera significativa los ingresos de los productores y sus familias.

De “científicos sociales” a empresarios

Los tres hijos mayores de López Obrador no tienen ninguna trayectoria en el ámbito empresarial o en la producción del chocolate, su formación está centrada en las Ciencias Sociales.

El mayor, José Ramón, estudió Derecho en la UNAM; el que le sigue, Andrés, es politólogo; y Gonzalo, sociólogo.

¿Qué sigue?

¿Será que los hijos mayores del presidente, que hasta ahora han fungido como operadores políticos de su papá, abandonen por completo la política para dedicarse de lleno a la industria del cacao?

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