Rosario Robles y AMLO, de aliados a enemigos irreconciliables

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Al citatorio de un juez para comparecer por la acusación de ejercicio indebido del servicio público, en el caso de la llamada “Estafa maestra”, Rosario Robles podría sumar un juicio político (procedimiento de orden legislativo) que analiza instruir en su contra la Cámara de Diputados.

El legislador de MorenaPablo Gómez, indicó que los secretarios de Estado pueden ser sujetos de proceso hasta un año después de que abandonan el cargo, lo cual, en el caso de Robles, está vigente.

“La consecuencia del juicio político es la destitución, en el caso de que se tenga el cargo, y la inhabilitación. Aquí solamente se decretaría la inhabilitación, pero lo importante es que se haga un juicio por el desvío de dinero que se realizó”, afirmó Gómez en entrevista para Cuestione.

La “Estafa maestra” es una investigación sobre el desvío de 11 dependencias federales de unos 7 mil millones de pesos, en el Gobierno de Enrique Peña Nieto. Entre esas dependencias figura la extinta Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), de la que Robles era titular.

Robles y AMLO, del frente común al frente de batalla

Esta es la primera acción en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador contra una antigua compañera de lucha, de la que después se distanció y con quien a lo largo de 20 años ha vivido varios choques políticos con tintes de traición, de acuerdo con la visión de analistas.

Rosario Robles proviene de la izquierda maoísta, una corriente inspirada en el comunismo chino de Mao Zedong, y luego fue miembro del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), antes de iniciar su carrera política en el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

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Mientras que Andrés Manuel López Obrador procede de las filas del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de donde fue dirigente en su natal Tabasco. En 1988 se unió al Frente Democrático Nacional –que abanderó la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas- y renunció a su militancia tricolor.

En esta época, Robles y AMLO coincidieron en la misma ruta política y paulatinamente llegaron a ser aliados. En el año 2000, Rosario Robles era la jefa de Gobierno interina del Distrito Federal, luego de que Cárdenas solicitara licencia para contender por tercera ocasión a la presidencia. Mientras que López Obrador fue el candidato del PRD a la jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal. 

La deslealtad de López Obrador

El periodista Julián Andrade escribió en su columna Marcaje personal que Robles se encargó de la campaña del tabasqueño a sucederla en el gobierno del DF y que fue una “operadora eficaz, que mostró todos sus trucos y magias para lograr que Andrés Manuel López Obrador le ganara la elección al panista Santiago Creel en 2000, por apenas unos puntos de diferencia”.

Para el diputado Pablo Gómez, quien en 2000 compitió con López Obrador por la candidatura del PRD a la jefatura de Gobierno, son simples especulaciones. “El triunfo de Andrés Manuel fue un triunfo limpio, en el que no tuvo nada que ver el gobierno del Distrito Federal”, dijo el morenista a Cuestione.

Luego, la relación entre ambos se enfrió por los objetivos políticos de cada uno. Andrés Manuel y Rosario se convirtieron en aspirantes naturales a la candidatura presidencial del PRD, en el 2006. Robles ya había dirigido ese partido entre 2002 y 2003.

Las obsesiones de Rosario Robles

Fuentes cercanas a la exjefa de Gobierno, primera mujer en ostentar ese cargo, señalan que comenzó a perder el piso desde que asumió el interinato en 1998, con la idea recurrente de ser presidenciable. “Cayó en excesos personales y políticos”.

Para ese entonces apareció en escena el empresario, Carlos Ahumada, quien se vinculó a Robles sentimentalmente. De acuerdo con la revista Proceso: “ella le abrió las puertas a negocios de construcción en distintas delegaciones políticas. A la vez, el apoyo financiero del empresario contribuyó a que le pintaran bien las cosas al PRD en los comicios del 6 de julio de 2003”.

En marzo de 2004 se difundieron una serie de videos que golpearon la administración de López Obrador al frente del gobierno del Distrito Federal. En uno de ellos apareció su secretario de Finanzas, Gustavo Ponce, jugando en un casino de Las Vegas; en otro su secretario particular, René Bejarano, recibiendo fajos de billetes de Carlos Ahumada. 

El empresario también grabó a Carlos Imaz, exesposo de Claudia Sheinbaum; Gabino Cué, exgobernador de Oaxaca; Armando Quintero, actual alcalde de Iztacalco, y a Horacio Duarte, subsecretario del Trabajo y Previsión Social, recibiendo sobornos.

De todo ello, se supone, Rosario Robles estaba enterada.

Complot contra AMLO y renuncia al PRD

En su libro La mafia nos robó la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador afirmó que el expresidente “Carlos Salinas puso en comunicación a Ahumada con Juan Collado, su abogado, quien a la vez fue el encargado de poner en contacto a Carlos Ahumada con Diego Fernández de Cevallos, influyente senador del PAN y otro de mis malquerientes” con tal de atacarlo.

¿Juan Collado? Sí, el abogado de Carlos Romero Deschamps, Enrique Peña Nieto y Raúl Salinas, quien fue detenido el pasado 9 de julio en un restaurante de Polanco y actualmente se encuentra vinculado a proceso por lavado de dinero.

La versión de López Obrador la corroboró el propio Carlos Ahumada en su libro Derecho de réplica acerca de la conexión Salinas, Collado y Fernández de Cevallos.

“Me reuní con Juan Collado, quien me dijo que Carlos Salinas me quería conocer. Ese interés despertó mi curiosidad y acepté reunirme con él (…) Después me invitó varias veces con Rosario Robles”, narró Carlos Ahumada en su libro.

El empresario argentino, quien fue extraditado de Cuba en 2004 y permaneció en prisión hasta 2007 en México, reveló que en una de esas reuniones Salinas le colocó a Rosario Robles una banda presidencial en su casa de Las Lomas.

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Derivado de los “videoescándalos” y de presuntos malos manejos durante su gestión como dirigente partidista, Robles abandonó las filas del PRD. Pablo Gómez aclaró que “fue expulsada formalmente, no renunció, fue expulsada por malos manejos políticos y financieros en el partido. Ella no presentó ninguna apelación”.

Acercamiento con el PRI y la ruptura total con AMLO

El expresidente Salinas habría sido el vínculo de Rosario con el PRI y en particular con Enrique Peña Nieto, quien comenzaba a despuntar en el mapa político del Estado de México, entidad que gobernaría de 2005 a 2011.

En la elección presidencial de 2012, Robles Berlanga apoyó abiertamente la candidatura de Peña y reveló a Proceso que el rompimiento con Andrés Manuel López Obrador fue total.

“No creo en Andrés Manuel, fue una ruptura total. No creo en él y no puedo apoyarlo, no lo apoyé en 2006, no lo apoyo en 2012, pero además estoy en mi derecho, ¿o qué, acaso estoy obligada a apoyar a Andrés Manuel?”, señaló en junio de 2012.

Robles fue secretaria de Desarrollo Social y, luego, de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, en el sexenio de Enrique Peña Nieto. Cuando estaba al frente de Sedesol, se tejió la “Estafa maestra”, por la que fue citada a comparecer el próximo 8 de agosto ante un juez, a petición de la Fiscalía General de la República.

 “Siempre he dado la cara y así lo seguiré haciendo”, sentenció Rosario Robles, quien se encuentra amparada, mientras que seis exfuncionarios están sujetos a proceso por el mismo caso.

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