Slim, ¿el consentido del sexenio?

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Que todo cambie para no cambiar

No han pasado ni 40 días de que inició la Cuarta Transformación pero el nombre del empresario consentido de esta nueva era ya se comienza a asomar: Carlos Slim, el hombre más rico de México, quien fue acusado hasta de prestanombres del expresidente Carlos Salinas de Gortari, recibió en este tiempo dos contratos por tres mil doscientos millones de pesos. ¿Cambiar para que nada cambie? Al parecer.

Resulta que el Gobierno de la Ciudad de México adjudicó de manera directa a una empresa del magnate de las telecomunicaciones, un contrato por 867 millones de pesos, para permitir la conectividad de los programas “Ciudad Segura” y “Ciudad Conectada”.

José Merino, el director de la Agencia Digital de Innovación Pública de la capital mexicana, defendió la adjudicación en conferencia de prensa y en redes sociales.

Aseguró que se logró una renegociación de las condiciones del mismo que representará un ahorro para la ciudad de unos 300 millones de pesos, además de que se ampliará la capacidad de conexión, la velocidad y los puntos de conectividad para la ciudadanía.

Pero, además, el Consejo de la Judicatura Federal, que es algo así como el organismo que se encarga de vigilar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y a todos los jueces, le entregó a una compañía de Slim, un contrato por dos mil 400 millones de pesos, de acuerdo con un reporte del portal Código Magenta.

De acuerdo con el periodista Ramón Alberto Garza, “el supremo órgano judicial de nuestro país convocó a una licitación apresurada, con plazos muy cortos y con restricciones excesivas para los potenciales participantes”.

Una historia de éxito de la mano del gobierno

La fortuna de Carlos Slim, calculada hasta marzo de 2017 en 67 mil 100 millones de dólares por la revista Forbes, se comenzó a forjar cuando él, muy pequeño (de acuerdo con sus biógrafos) comenzó a ahorrar y a hacer negocios con sus amiguitos. Pero dio un salto descomunal luego de que le vendieran Telmex, en el sexenio de Carlos Salinas de Gortari.

Desde entonces, los negocios con el poder no han parado: Carreteras, concesiones para explotar minas, infraestructura, telecomunicaciones y hasta la privatización del centro histórico… a Slim se le ha acusado de ser una influencia constante en todos los gobiernos y todos los partidos, a lo largo de los últimos 30 años.

Al parecer, con la Cuarta Transformación, esta no será la excepción.

Prácticas desleales

De acuerdo con el Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones, la asignación realizada por el Gobierno de la Ciudad de México “este tipo de contrataciones no deben realizarse mediante la figura de adjudicación directa, esto es, sin que medie un procedimiento de licitación pública, en el que a través de la concurrencia de los distintos operadores de telecomunicaciones, se garanticen los mejores precios y servicios”.

Cuestionado al respecto en su cuenta de Twitter, José Merino defendió la decisión:

¿Sería importante que tanto la Suprema Corte como el Gobierno de la Ciudad de México aclararan la decisión que tomaron? ¿Estás de acuerdo en que el hombre más rico del país siga recibiendo contratos y asignaciones directas? ¿Seguirá siendo Slim el empresario favorito de los gobiernos mexicanos? ¿Qué cambió, entonces, con la Cuarta Transformación?

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