Ricardo Monreal, senador de Morena, le puso un alto a los cuestionamientos de la votación sobre la nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra.
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A las acusaciones de que hicieron trampa, Monreal respondió que ya es asunto cerrado y no hay vuelta de hoja. “Para nosotros es un trámite concluido, legalmente está concluido. Es simplemente una estrategia de hacer un desmadre porque no esperaban estos resultados”, sostuvo Monreal la noche del 7 de noviembre.
Horas antes, el presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado y líder de la fracción de Morena, fue acusado de depositar dos votos (en lugar de uno) en la urna transparente. Algunos vieron hasta tres. Otros aseguran que lo que pasó es que su voto de desdobló.
Entre los acusadores se encuentran, claro, el expresidente Felipe Calderón y su sobrina, la exsenadora, Mariana Gómez del Campo, quienes no dejaron pasar este detalle.
Monreal respondió que la votación para elegir a Rosario Piedra Ibarra –hija de la activista Rosario Ibarra de Piedra, militante de Morena y cercana a López Obrador–, fue mayoritariamente a favor, con 71 votos (de Morena, Partido del Trabajo, Encuentro Social y Verde Ecologista). Aunque tuvo 45 en contra (de las bancadas del PAN, PRI, PRD, Movimiento Ciudadano y del senador independiente Emilio Álvarez Icaza).
Sin embargo, para elegir al titular de la CNDH, se requiere de una mayoría calificada, es decir, dos terceras partes de los votos, y ahí es donde se iniciaron las acusaciones y la polémica.
La senadora Kenia López (PAN) aseguró que se habían emitido 116 votos y que solo se habían contabilizado 114. Monreal se hizo bolas poniendo y borrando hasta tres veces tuits para que le dieran las matemáticas (y ni así).
Y es que si votaron 116 senadores, los 71 votos a favor no les da la mayoría calificada que se requiere. Mientra que si fueron 114, sí.
Así que toda la polémica se debe a esos dos votos que faltan y que podrían inclinar la balanza. Por ello, los senadores del PAN piden que se reponga el proceso. A lo que los morenistas se niegan.
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En agosto, Ricardo Monreal operó la votación para elegir a la presidenta de la Mesa Directiva del Senado y relevar del cargo a su compañero de bancada, Martí Batres, votación que tuvo que repetirse por las irregularidades que se presentaron.
En un proceso en el que sólo estaban convocados los senadores morenistas, Monreal permitió votar a las cuatro legisladoras del PES, lo que inclinó la balanza a favor de su candidata, Mónica Fernández, quien recibió 33 votos a favor contra 29 de Batres.
Hoy, de nueva cuenta, el exdelegado en Cuauhtémoc es evidenciado como un supuesto tramposo, pero a él parece tenerlo sin cuidado.
