Trámites de gobierno que parecen sencillos pero se convierten en una pesadilla

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En 2008, la administración de Felipe Calderón lanzó el concurso: El trámite más inútil, para encontrar cuál era el trámite más engorroso e innecesario con el que se topaba la ciudadanía. De entre más de 21 mil historias que compitieron, la de Cecilia Deyanira Velázquez fue la ganadora:

Denunció el trámite vinculado con el surtimiento y entrega de medicamento en el IMSS. Mes con mes tenía que hacer el mismo procedimiento para que le surtieran las medicinas para su hijo que tiene una enfermedad crónica.

“Los usuarios de los servicios somos los que a diario nos damos cuenta del cúmulo de trámites inútiles. El servidor público que está del otro lado del escritorio hace su trabajo tan mecánicamente, que no le interesa que nosotros perdamos tres días en realizar un trámite”, señaló la ganadora, durante la entrega de su premio en enero de 2009.

“Para ellos es muy fácil decir: regrese en una hora porque el que firma está en una junta o regrese mañana porque la persona encargada no vino y no hay quien le resuelva su problema”, dijo Velázquez.

El concurso fue premiado por el entonces secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

A casi dos décadas de ese evento, las cosas no han cambiado mucho, trámites tan engorrosos como ridículos son “el pan de cada día”, para muestra un botón:

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¡Qué les pasa!, si ya está muerto….

El acta de nacimiento de Óscar tenía un error, el nombre de su papá lo escribieron mal: decía Ceferino en lugar de Zeferino. Óscar acudió con el acta de su papá y algunos otros documentos que le solicitaron al Registro Civil, para corregir la errata, pero no contaba que para hacer ese trámite, tenía que ir en persona su propio padre, quien había fallecido tiempo atrás.

“Tiene que venir en persona el afectado para que se realice el trámite”. “- Pero ya falleció”, le insistía Óscar. 

¿Qué pasó? Pese a mostrar el acta de defunción –con el nombre Zeferino–. Óscar regresó a casa con tiempo perdido, la frustración de que el personal de servicios administrativos no entendieran la situación y el nombre de su padre equivocado en su acta de nacimiento. 

Lo engorroso de un acta de nacimiento extemporánea

Jorge acudió a una delegación de la Secretaría de Relaciones Exteriores, preparado, al menos mentalmente, a pasar horas para obtener un pasaporte, para lo que no iba preparado era que uno de los requisitos se convertiría en una pesadilla.

Entre esos estaba acreditar la nacionalidad mexicana con la entrega de un acta de nacimiento, así como el acreditar identidad, lo que podía hacer con la credencial del Instituto Nacional Electoral (INE), la cédula profesional, título profesional, carta de pasante o la cartilla del Servicio Militar Nacional liberada.

Sin embargo, Jorge fue registrado dos años después a su nacimiento, por lo que su acta era extemporánea, documento que para ser aceptado para obtener su pasaporte y corroborar su identidad, debía entregar junto a su certificado de primaria o secundaria.

Jorge explicó que ambos documentos habían sido expedidos con el acta de nacimiento que presentaba, pero no se la aceptaron; ante la urgencia con la que requería el pasaporte tuvo que recurrir “a pedir favores y mover palancas” y en un tris le hicieron entrega del documento.

El reemplacamiento del reemplacamiento…

Luis acudió a una subdelegación de la Secretaría de Movilidad (Semovi) para realizar el trámite de reemplacamiento de su vehículoAdemás de llenar los formatos y realizar el pago correspondiente, le solicitaron llevar a verificar el automóvil.

Lo que parecía un proceso sencillo demoró más de un día. Luis llevó el auto a verificar y regresó a la subdelegación de la Semovi, donde realizaron el trámite.

¿Asunto concluido? No. A Luis le informaron que tras tener nuevas placas debía volver a verificar la unidad vehicular. ¿Por qué razón? Simplemente concluir con un proceso que ya le había costado más del tiempo previsto en el trámite, dinero y ¡dos verificaciones!

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Y no es solamente a nivel dependencias, sucede en el ámbito educativo.

La inscripción fantasma

Eduardo estaba listo para las reinscripciones en la preparatoria. Para “simplificar” el proceso, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ofrece la opción de hacer este trámite en línea.

Así lo hizo, Eduardo ingresó a la página de la Escuela Nacional Preparatoria, plantel 1 Gabino Barreda y realizó el trámite: eligió las materias correspondientes y el horario. Al terminar debía imprimir su comprobante de inscripción. Todo parecía bien, pero la hoja salió en blanco de la impresora.

Eduardo preguntó a sus amigos si habían podido reinscribirse por esa vía y comprobó que varios habían tenido el mismo problema, por lo que al día siguiente acudieron al plantel, donde les expusieron que, por un error del sistema, no se terminó su reinscripción, así que varios jóvenes tuvieron que formarse por más de seis horas para quedar inscritos.

¿Y a ti, cuál es el trámite más engorroso o difícil que te ha tocado hacer? ¿Has notado alguna mejoría con el nuevo gobierno? 

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