¿Compartir “packs” ajenos es delito?

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Te decimos qué hacer si sufres pornovenganza

Ariela Urzúa recuerda su últimos días en preparatoria como los más humillantes de su vida. Un video íntimo fue compartido entre todos los alumnos de la escuela privada a la que asistía. En esos días, Ariela dejó de existir para convertirse en “La (chava) de los videos”.

El video lo grabó cuando tenía 16 años –hoy tiene 20– y lo compartió con un chico de 18 con el que salía. Ambos disfrutaban hacer sexting (enviar mensajes o fotos sexuales, eróticas o pornográficas a través del celular). Cuando terminó la relación, él prometió no compartir nada, pero dos años después el video se viralizó en su escuela y entonces comenzó la pesadilla.

Ahora, Ariela sabe que lo que sufrió fue pornovenganza y que, además, está tipificado como delito en dos de las 32 entidades del país.

¿Qué es la pornovenganza? Se le llama así a la difusión de imágenes, videos, mensajes o grabaciones con contenido sexual o íntimo en cualquier plataforma digital sin el consentimiento de la otra persona, este delito actualmente se encuentra tipificado en Yucatán y Puebla, en donde los castigos van de tres a seis años de cárcel.

En los estados de México, Aguascalientes, San Luis PotosíChihuahua, Jalisco, Puebla, sólo  es penado como abuso sexual, ciberacoso o como “atentados al pudor”.

Ana Baquedano, hoy de 23 años, pasó de ser víctima a activista, después de que en 2012 fue víctima de pornovenganza por un exnovio que difundió una foto íntima de Ana. La imagen llegó al portal Yucatercos –hoy dado de baja por la policía cibernética–, en el cual las imágenes y datos de contacto de varias jóvenes incluso son comercializados.

Pero Yucatercos no es el único. Como éste hay más portales que venden el contenido del sitio por 150 pesos al mes para acceder a ver los “packs” (los “paquetes” de fotos de hombres o mujeres desnudos o en posiciones claramente sexuales) de las jóvenes, la mayoría de veces sin que ellas lo sepan.

Y la violencia no termina en los celulares o en las redes. Tanto para Ana como para Ariela lo peor vino después: a las dos las hostigaron, insultaron, les enviaron mensajes en su Facebook, se burlaron de ellas y las humillaron, incluso sus conocidos y amigos las culparon por haber compartido sus fotos y videos.

“Hay que recordar que no están compartiendo nuestra dignidad ni nuestra intimidad, esas cosas sólo nos pertenecen a nosotras”, dice Baquedano.

Actualmente activistas, como Baquedano y Olimpia Coral, del Frente Nacional de Sororidad,  buscan que reformen el Código Penal Federal para que la pornovenganza esté tipificada en todo el país.

En la Ciudad de México ya se presentó una iniciativa para tipificar la violencia digital como delito. Una de las principales promotoras de esta reforma es la diputada del Partido Verde Ecologista, Alessandra Rojo  de la Vega.

“Actualmente si alguien quiere denunciar algún acto de violencia en la CDMX no existe delito que lo castigue, más que extorsión o pornografía infantil, no tenemos los elementos jurídicos para hacerlo”, explica Rojo de la Vega.

El objetivo de la iniciativa es incluir la violencia digital en los tipos de violencia hacia las mujeres que contempla la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Distrito Federal,  creada en 2008.

La violencia digital de la que todos podemos ser víctimas

La violencia digital comienza con burlas e insultos en redes sociales, hostigamiento, sextorsión (chantaje sexual)  y llega hasta la trata virtual de personas, en donde se vende el contenido sexual de alguna persona, de acuerdo con el violentómetro digital, creado por el Frente Nacional para la Sororidad.

La violencia digital es la acción u omisión que se comete a través de los espacios públicos digitales y que daña la dignidad de quien la sufre, son conductas de violencia de género porque el 90% de estas publicaciones son en contra de las mujeres, según el Frente Nacional de Sororidad.

Además las mujeres más vulnerables a nivel mundial a este tipo de violencia están entre los 18 y 30 años de edad y cuatro de cada 10 casos de agresión son cometidos por personas conocidas de las personas afectadas, según el informe La Violencia en Línea contra las Mujeres de México.

Después de denunciar este hecho en Yucatán, Ana Baquedano logró que en su estado la pornovenganza sea delito desde el año pasado y se castigue con seis meses y hasta cinco años de cárcel.

Ley Olimpia

Antes que Ana, Olimpia Coral Melo fue la primera en presentar una propuesta para castigar la violencia sexual en internet, en 2014, después de que su exnovio compartió un video íntimo y se hizo viral en redes sociales y fue difundido en varias páginas de internet. Desde entonces ha impulsado que la pornovenganza –y todos los tipos de violencia digital– sean castigados en más estados.

¿Cómo prevenirlo?

“El sexting sin cifrado es como el sexo sin condón”, dice Olimpia Coral, también fundadora del Frente Nacional para la Sororidad. Pues según la activista el sexting es un derecho sexual y hay que hacerlo con total libertad.

“Hay que entender que lo virtual es real, si trasladamos todos estos tipos de violencia digital al espacio público nos daríamos cuenta del nivel de violencia que representa. Ante un acoso por internet decidimos bloquear a la persona cuando podemos denunciar”, dice la activista y comparte algunos consejos:

-Usar redes sociales como Telegram

-Borrar el contenido íntimo que llegue a nuestros celulares

-Realizar capturas de pantalla si alguien está acosándote

-Denunciar

-No compartas, comentes ni interactúes con ninguna publicación que ponga en peligro la integridad de ninguna persona y si puedes, repórtala a la plataforma correspondiente.

¿Qué sigue?

En 2016, se presentó una propuesta para regular la violencia digital en México, sin embargo, se quedó en la congeladora.

En Alemania, Brasil, Canadá, Nueva Zelanda, Reino Unido, España y en 35 de 52 estados de EU la pornovenganza ya está tipificado como delito ¿y en México cuándo?

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