Estamos enfrentando un gran desafío: encontrar un equilibrio entre el cuidado del medio ambiente y nuestro desarrollo económico. Es un reto que las próximas generaciones nos reclamarán si no encontramos la forma de resolverlo. Y debemos hacerlo pronto.
Está demostrado que nuestra forma de producción es nociva para la ecología del planeta, pero también que si no nos desarrollamos nunca lograremos derrotar a la pobreza y al subdesarrollo. ¿Cómo construimos ese balance de desarrollo sostenible?
La semana pasada, el 22 de abril, se celebró el Día de la Tierra. Naciones Unidas estableció esa fecha para analizar los avances y desafíos que hay en términos de medio ambiente y calentamiento global en todo el mundo.
Mandatarios se reunieron para discutir cómo enfrentar el tema y qué políticas públicas se pueden promover para contrarrestar el daño a nuestro planeta, sin detener el progreso social. Muchos mostraron su compromiso, al menos en el discurso, con cambiar esta realidad. Pero también vimos cómo aún estamos muy lejos de construir consensos que nos permitan avanzar en una agenda global para preservar el medio ambiente.
Hubo muchas promesas, pero aún falta que se lleven a la acción. Y debería preocuparnos especialmente en México, porque somos un país que lleva demasiado tiempo atrasado en la construcción de políticas que nos permitan atajar este problema.
En gobiernos anteriores vimos acciones que dañaron profundamente la ecología de nuestro país. A pesar de que había un discurso hacia las energías renovables y la preservación del medio ambiente, el gobierno de Enrique Peña Nieto falló en acciones efectivas.
El actual gobierno ha sido explícito en promover el uso de carbón y combustóleo para producir energía eléctrica, en construir la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Y justo este es un dilema que hay que ver y resolver: si el Tren Maya logra impulsar la economía de la región del sur del país y gatillar el progreso social, ¿habrá valido la pena talar los árboles que se han talado? Nosotros pensamos que sí.
Lo mismo con muchos otros proyectos que quizá llevan a una mayor prosperidad para la gente. Pero que se deben hacer cuidando nuestro entorno. Al final, serán nuestros hijos e hijas quienes lo agradecerán.
Este es un tema urgente y grave, y nuestra búsqueda por un camino que concilie las dos necesidades de nuestra sociedad debe avanzar.
Con eso presente, esta semana en Cuestione analizaremos los casos históricos de malos manejos ambientales, los desafíos actuales y los posibles caminos para lograr un verdadero desarrollo sostenible.
Esta es una responsabilidad de toda la sociedad. Como medio, asumimos la nuestra para contribuir a un debate informado, equilibrado e inteligente sobre el futuro de las próximas generaciones.
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