La élite política podrida y los límites de la corrupción

Compartir:

- Advertisement -

La semana pasada pudimos escuchar una conversación privada entre dos políticos que, además de comportarse como perros callejeros, nos recordaron otra vez el nivel de podredumbre al que han llegado quienes nos gobiernan.

La discusión entre Alejandro Moreno Alito y el senador del Verde y exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco -que hizo pública el propio presidente del PRI- es una de las muestras más grotescas de una colección que podría llenar el podcast de la impunidad, una serie de episodios del terror entre los que están: “cómo chingarse a una periodista”, protagonizado por Mario Marín -ex gobernador de Puebla que hoy está en la cárcel -, “ponle las ligas” de René Bejarano contando billetes y metiéndolos a un portafolio; el de Jorge Emilio González, el mal llamado “Niño Verde”, pidiendo dos millones de dólares para dejar que se construyera un hotel en una reserva ecológica de Cancún; el fiscal Gertz Manero platicando con el fiscal de Competencia sobre cómo arreglar un caso en la Suprema Corte de Justicia a su favor…  y no podían faltar los del hermano del presidente, Pío López Obrador, recibiendo sobres con dinero.

Y esas son solo las conversaciones que oímos o vimos, las que alguien decide publicar o las que, dicho sea de paso, se graban de manera ilegal, interviniendo teléfonos sin la autorización de un juez para usarse como armas políticas. 

Esas llamadas y videos son también un reflejo de la cultura política que hemos construido en este país durante las últimas décadas: la priista, la de la transición y la ahora autonombrada cuarta transformación. 

En estas etapas de nuestra historia reciente hay actores políticos de todos los colores y en los distintos poderes que gobiernan el país como si fuera una hacienda con tienda de raya; o peor, usando la metáfora del presidente López Obrador, como si fuera un cártel dirigido por la mafia en el poder.

Y aunque conocemos las explicaciones de estos sucesos, siempre sorprende volver a ver cómo a mayor poder hay mayor corrupción, y cómo se reconstruye y regenera lo peor de nuestras sociedades en todos los espacios de organización política y social.

En septiembre de 2014, el entonces presidente Peña Nieto dijo que solucionar el problema de la corrupción empezaba por reconocer que se trata de un problema cultural. 

Algo de razón tenía pero le faltó añadir que también es un problema de la humanidad: si volteamos a ver la historia, podemos observar cómo las sociedades se van transformando y pasan por periodos muy corruptos, incluso depravados, a otros donde, a veces, logran civilizarse y convenir, y respetar las reglas. 

También hemos visto que en esos casos, cuando se logra un contrato social que más o menos satisface a toda la ciudadanía, se construyen sociedades más productivas y prósperas, porque las personas, empresas y organizaciones tienen la certeza de que pueden hacer lo que mejor les convenga sin tener que estar cuidándose constantemente de amenazas externas. 

Es por ello que, visto así, la famosa anécdota del mexicano que cruza a Estados Unidos y en ese momento empieza a respetar las leyes cobra otro sentido: la cultura política cambia cuando se crean las instituciones adecuadas para contenerla.

Y México ha pasado por periodos de construcción institucional muy complejos, algunos hasta exitosos: desde que empezó la transición hacia la democracia, por ejemplo, se crearon organismos para contener al poder para complementar los pesos y contrapesos del sistema republicano: al Congreso y el poder judicial se sumaron los, ahora nacionales, Instituto Electoral e Instituto de Transparencia y Acceso a la Información.

Todo ello, para intentar que la cultura política tome un cauce democrático y que la mayoría de las personas puedan influir a fin de que el poder no se concentre tanto en tan pocas manos. 

Sin embargo, hoy vemos que a pesar de la existencia de esas instituciones nuestro país sigue lleno de escándalos de corrupción, algo que puede explicarse con una metáfora: la del uso del agua.

Cuando la política funciona de manera correcta, se parece a un sistema hídrico sano: el agua fluye hacia los hogares que la usan y limpian antes de regresarla a los ríos, lagos o al mar donde vuelve a iniciar su ciclo. 

Pero cuando el sistema no funciona bien, el agua se contamina en todos los puntos: en las casas que la reciben y desechan sin limpiar, en las presas que guardan las aguas negras, en los ríos que se convierten en caños abiertos y finalmente, en los lagos y los océanos que reciben toda esa podredumbre. 

Y es que la cultura política no solo ha contagiado a quienes gobiernan: emana de una sociedad corrupta. Lo que sucede en los hogares y las escuelas también recrea y alimenta a esa sociedad corrupta. 

Las salidas no se ven fáciles: requieren de un trabajo de educación, construcción de políticas públicas e implementación de leyes casi artesanal que permita ir reduciendo las relaciones y espacios corruptos. Y eso, mientras se vive dentro de una sociedad que premia e incentiva a quienes se saltan las leyes y abusan de los demás.

Al final, no se trata solo de que el ave cruce el pantano sin manchar su plumaje… en un país con una clase política estancada, una cultura podrida y una sociedad que se relaciona a través de mecanismos pervertidos, las conferencias de prensa no son suficientes. 

Por ello, esta semana en Cuestione estaremos analizando cómo se relacionan los políticos y cómo esos intercambios nos acaban afectando a todas y todos. 

Porque pensamos que lo que sucede dentro de los hogares y la educación que le damos a nuestros hijos también es muy relevante, ya que mientras los corruptos están de acuerdo en hacer lo que sea para defender su estilo de vida y su actuar, los honrados no piensan que deban pelear por mantener su forma de vida porque es buena por sí misma.

Necesitamos políticos que estén dispuestos a limpiar el drenaje profundo y no garzas que estén cuidando sus plumas mientras el lago se pudre y los peces se mueren.  

SUSCRÍBETE A NUESTRO NEWSLETTER

Recibe las noticias más relevantes de México cada mañana, inicia tu día informado.