Jorge Alcocer, ¿el primer secretario de Salud antivacunas en México?

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La semana pasada, durante su comparecencia en la Cámara de Diputados, el secretario de Salud Jorge Alcocer hizo una declaración escandalosa. Al hablar de la vacunación contra la COVID-19 para las y los niños, dijo que “a sus nietos no los vacuna”. 

La declaración es muy desafortunada por varias razones. Primero, porque un funcionario del más alto nivel de México no tendría que mezclar sus opiniones personales con su trabajo.

En segundo lugar, porque ocurrió el mismo día en que un panel de expertos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, conocida por sus siglas en inglés como FDA, aprobó el uso de la vacuna Pfizer para los menores de 12 años.

Pero sobre todo, las declaraciones del secretario son escandalosas cuando se ven las cifras de otras vacunas, esas que la gran mayoría de los que hoy somos adultos recibimos cuando éramos bebés.

De acuerdo con el colectivo Cero Desabasto, una red de pacientes, familiares, organizaciones y otras personas que buscan lograr el acceso efectivo a medicamentos, hubo una reducción muy fuerte en la aplicación de algunas vacunas en México entre 2019 y 2020: la de la tuberculosis se redujo 92%; la del tétanos cayó 81%; y la aplicación de la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) se redujo 73%.

Esta deficiente política pública de prevención de la salud dejó sin vacunas a millones de niñas y niños: los mismos datos de Cero Desabasto dan cuenta de que la escasez les ha dejado sin 3.2 millones de dosis de vacunas para el tétanos, sin 860,000 dosis de la de tuberculosis y sin 690,000 dosis de la del VPH.

Y los retos que traerá la falta de vacunación en el futuro podrían ser catastróficos para un sistema de salud pública que ya de por sí está deteriorado. Si surgen brotes de estas enfermedades en comunidades que están lidiando con la pandemia por COVID-19, los hospitales se verán aún más presionados y el sistema podría volver a colapsar.

En 2019, cuando empezaban los problemas de desabasto, México ya había pasado de ser considerado líder de vacunación por la Organización Mundial de la Salud, a estar entre los 10 países del mundo donde viven dos terceras partes de los niños que no son vacunados, entre los que están Angola, Brasil, Nigeria, Pakistán y Etiopía, según dijo el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). 

Para 2020, tanto la ONU como la Unicef alertaron que México fue el quinto país del mundo donde más se redujo la tasa de vacunación infantil. Peor que nuestro país solo estuvieron Filipinas, Indonesia, Pakistán y la India.

Esta crisis ocurre en un momento en el que se discute sobre si se deben vacunar a los menores de edad en México. En Cuestione pensamos que es urgente que se haga por dos motivos. Primero, para protegerlos. Niñas y niños tienen derecho al máximo grado de salud que se pueda lograr y el gobierno es responsable de garantizarlo.

En segundo lugar, porque aunque se sabe que los menores de edad tienen mucho menos riesgos de salud si adquieren el virus SARS-CoV-2, responsable de la COVID-19, también es cierto que pueden seguir transmitiendo el virus aún si son asintomáticos. Y si queremos lograr la inmunidad de rebaño, debemos vacunar también a las y los niños.

El actual gobierno mexicano ha tenido un papel cuestionable en muchas áreas. Se puede discutir si su modelo económico o de política social es el más adecuado para estos tiempos. Lo que no tendría que estar a discusión es la necesidad de garantizar el derecho a la salud para toda la población, algo que forzosamente tiene que incluir las vacunas para enfermedades que hoy están controladas pero que fácilmente pueden salírsenos de las manos, como hemos visto en países en los que grupos antivacunas han causado brotes de enfermedades que parecían ser cosa del pasado.

Porque no podemos tolerar que quien lleva mano en uno de los temas vitales para la población mexicana haga declaraciones que parecen venir de una persona antivacunas, esta semana en Cuestione hablaremos sobre la grave negligencia de no atender a niños y niñas en un derecho que dábamos por sentado y que hoy está en duda.

El futuro de México está en juego.

La editorial de la semana pasada: La violencia fiscal del gobierno

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