Cuando falla el gobierno

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“Los gobernantes que hemos tenido son los sicarios y narcotraficantes que nos mandan a matar”. Esto le dijo una mujer chiapaneca a la periodista Azucena Uresti en una entrevista de radio.

En ese contexto, hace unos días, habitantes de una comunidad de Chiapas llamada Pantelhó decidieron formar un grupo de autodefensa, al que nombraron El Machete. La población está desesperada y harta de la falta de autoridad en su región, de las amenazas, las agresiones, los asesinatos. 

Por desgracia, la historia de Pantelhó es una que se repite en todo el país: comunidades que se hartan de que los gobiernos municipales, estatales o el nacional no cumplan con su principal obligación: garantizar la seguridad de la ciudadanía. Cuando el gobierno les falla, las sociedades se organizan para lo mismo que han hecho desde el inicio de la humanidad: protegerse.

En México, el fenómeno de las llamadas autodefensas no es nuevo. Tampoco es siempre igual. El origen sí suele ser el mismo. Un Estado que abandona su obligación y deja a su suerte a las personas. Mafias criminales de diversos tamaños que toman el control de las comunidades. Las amenazan, extorsionan, secuestran y asesinan a abuelas, abuelos, padres, madres, hijos e hijas. El terror en las calles y autoridades ausentes.

Y al final, la solución es la misma y suele ser la peor: tomar las armas. 

El derecho a defenderse o a los suyos no es nuevo ni exclusivo de las zonas de alta violencia. Hay ejemplos diversos en el mundo. Uno de ellos es Estados Unidos, un país en donde se pueden comprar metralletas en la tienda de la esquina. Muchas personas de aquel país se arman por diversión, otras por seguridad pero muchas lo hacen porque creen que, algún día, el Estado va a colapsar y ellos deberán defenderse de “la tiranía”.

El miedo al colapso de la civilización se vuelve una carrera armamentista sin ningún control. En EU cualquiera puede comprar y transportar un arma y no necesita ni siquiera entrenamiento para hacerlo.

Un caso distinto es el de Suiza. El país europeo ocupaba en 2007 el tercer lugar entre las naciones con más armas por habitante, superada solo por Yemen y Estados Unidos. Allá, el servicio militar es obligatorio para los hombres, quienes tienen la opción de comprar el arma que usaron durante el servicio. Muchos lo hacen. 

Además, desde pequeños, a los suizos se les enseña a usar armas. A diferencia de EU, las tasas de asesinatos con armas de fuego son de las más bajas del mundo y los tiroteos son prácticamente inexistentes. El último ocurrió en 2016. 

Además, recordemos, Suiza no ha participado en ni una sola guerra desde 1815. Dos siglos siendo neutral a pesar de que la posesión de armas es legal. Claro, está bien regulada a diferencia de Estados Unidos. 

¿Pero qué pasa en México? Conseguir un arma de manera legal es sumamente complejo. Se deben cumplir una serie de requisitos para portar y transportar armas, incluido un registro ante la Secretaría de la Defensa Nacional.

Aún así, las ejecuciones por arma de fuego en México son cosa de todos los días y, como vemos ahora, cuando la ciudadanía se siente desprotegida encuentra la manera de armarse para defenderse. 

¿Algo está fallando? Claramente. El Estado mexicano ha declinado, desde hace años, a su obligación fundamental: la seguridad. Y esa declinación tiene al país ensangrentado, lleno de fosas comunes y ahora, con grupos ciudadanos organizándose para hacer lo que el gobierno no quiere o no puede hacer.

Es por eso que esta semana analizaremos en Cuestione las opciones que tenemos como ciudadanía para echar para atrás la inseguridad. Analizaremos el movimiento de autodefensas y las medidas que se han tomado en otros países cuando los gobiernos fallan.

Porque en este tema, ya no pueden seguir fallándonos.

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