Todo el mundo tiene que comprar un fusil, ¡caramba!: Jair Bolsonaro, presidente de Brasil

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“Gracias a los padres de este niño por brindarle un ejemplo de civilidad”, señaló el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro junto a un pequeño vestido con uniforme militar y un rifle de juguete. “Gracias, Policía Militar de Minas Gerais”, reiteró el mandatario el pasado 30 de septiembre ante los medios en Belo Horizonte.

Entidades defensoras de los Derechos Humanos reprobaron la acción de Bolsonaro al considerar que “usó a un niño para estimular su política de armas” y se informó que 80 organizaciones presentaron una denuncia ante la ONU por “violar la Convención de Derechos de los Niños”, destacó André Vieira, corresponsal de TeleSur en Brasil.  

Iniciativas como las que promueve Bolsonaro “lo que hacen es exacerbar la problemática que tienen en términos de violencia sobre todo en las ciudades”, consideró Erubiel Tirado Cervantes, coordinador del Programa de Seguridad Nacional y Democracia en México de la Universidad Iberoamericana.

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Promotor de las armas

Para Bolsonaro, un “pueblo armado jamás será esclavizado”, así dijo a su salida del residencial Palacio da Alvorada, en Brasilia, el pasado 27 de agosto. “Todo el mundo tiene que comprar un fusil, ¡caramba!”, sugirió. 

Y a quienes les cuestionan por su política que facilita el acceso a las armas, el gobernante brasileño les envió un mensaje. “Un idiota dice: ‘¡Ah!, lo que hay que comprar es fríjol‘, si no quiere no compre el fusil, pero que no venga a perturbar a quien quiere comprarlo”.

Lo que estamos viendo, nos dijo Tirado Cervantes, “es el resultado de un populismo armado en el que hay una predilección también por las Fuerzas Armadas que hacen política. El gobierno de Bolsonaro es de los que mayor número de militares tiene”. 

El especialista en temas de seguridad nos recordó que Brasil está gobernado por un ex militar, pero el político “nunca ha entendido lo que representan las Fuerzas Armadas en una democracia”. En su momento, en Sao Paulo, hubo “la disponibilidad de armas y esto incrementó los índices de violencia, sobre todo en las favelas”, agregó Cervantes.

Flexibiliza el acceso a armas

En sus más de dos años en el poder, Bolsonaro ha firmado más de 30 actos normativos para flexibilizar el acceso a las armas; además eliminó el impuesto de 150% que tenían que pagar los exportadores brasileños que venden armas de fuego a países de Centro y Suramérica.

Según el Instituto Igarapé -grupo de expertos con sede en Brasil que se centra en cuestiones emergentes de seguridad y desarrollo-, en los dos primeros años de la administración de Bolsonaro, el número de armas en manos de brasileños creció un 65%, al pasar de 697,000 a 1.1 millones

Y el número de armas de fuego nuevas registradas se duplicó en dos años, al pasar de 94,416 en 2019 a 186,071 el año pasado, según datos del Fórum Brasileño de Seguridad Pública.

El año pasado datos dados a conocer por TeleSur, revelaron que los homicidios alcanzaron los 57,592, un aumento de cerca del 5% con respecto al 2019. El 78% de esas muertes violentas fueron ocasionadas por disparo de arma de fuego.

Para contrarrestar los niveles de violencia, el mandatario dijo que insistirá ante el Congreso para que se apruebe la llamada exclusión de “licitud”, lo que impediría procesar a los policías que en ejercicio de sus funciones maten a delincuentes.

“Un policía en operación tiene que tener garantías, pues es jefe de familia, un trabajador que no puede recibir en su casa la visita de un oficial de justicia después de que cumplió su misión. Si él está armado en la calle, es porque nosotros le dimos las armas”, precisó el presidente.

¿Será adecuada la aproximación que hace Jair Bolsonaro sobre el derecho de las personas a armarse? 

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