Cambio climático pone en peligro a 1,000 millones de niños y niñas en el mundo

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El 20 de noviembre de 1989 surgió la Convención sobre los Derechos del Niño. En la actualidad es el tratado internacional más ratificado con 196 países adheridos, excepto EU, pero la inacción de los líderes mundiales ante el cambio climático está incumpliendo ese compromiso, poniendo en riesgo a la población infantil mundial, así lo advirtió el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Debido al cambio climático 1,000 millones de niños y niñas, casi el 50% de toda la población infantil del mundo, están en riesgo extremadamente alto y sus derechos también, señaló Unicef en un estudio.

De acuerdo con el documento La crisis climática es una crisis de los derechos de la infancia, el cambio climático impacta de distintas maneras a la población infantil, ya sea haciéndola más vulnerable a enfermedades, hambrunas e incluso dificultando su acceso a agua potable.  

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“Los niños soportan la mayor carga del cambio climático. No solo son más vulnerables que los adultos a las condiciones meteorológicas extremas, los riesgos tóxicos y las enfermedades que provoca, sino que el planeta se está convirtiendo en un lugar más peligroso para vivir. El cambio climático es la mayor amenaza a la que se enfrentan los niños y los jóvenes del mundo”, se lee en el informe que Unicef presentó el 20 de agosto. 

El organismo evaluó el peligro al que están expuestos los 2,200 millones de niños y niñas y observó que las condiciones son especialmente graves en 33 países calificados como de alto riesgo, como Afganistán, India y Filipinas. 

Daño simultáneo a menores

El estudio concluye que 920 millones de menores están extremadamente expuestos a la escasez de agua y 240 millones a las inundaciones de las costas con el crecimiento de los niveles del mar. 

Otros 600 millones tienen probabilidades de padecer enfermedades como el zika, dengue y malaria, y 400 millones más están expuestos a huracanes, que se prevé sean más intensos y frecuentes con todo el daño que genera.

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Los números muestran también que 820 millones de niños pueden sufrir por las olas de calor, situación que todavía puede empeorar con el aumento de temperatura, que subió un grado centígrado desde la década de 1880. 

En cuanto a la contaminación atmosférica, 2,000 millones de niños, casi el 90% de la población infantil del planeta, están expuestos a altos niveles de contaminación y 815 millones de menores a la contaminación por plomo.

Lo peor es que los menores pueden ser víctimas de varios de estos riesgos de manera simultánea, pues muchos factores de riesgo se conjugan dependiendo el lugar del mundo que habitan.

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El informe estima que 850 millones de niños, o aproximadamente uno de cada tres en todo el mundo, viven en zonas donde se superponen al menos cuatro “crisis climáticas y medioambientales”. Y hasta 330 millones de niños, o uno de cada siete en todo el mundo, viven en zonas afectadas por “al menos cinco crisis importantes”.

Por ejemplo, en México los 31.5 millones de niños y niñas de 0 a 14 años, según la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2018, son vulnerables en distintos niveles a un riesgo alto de perturbaciones y tensiones ambientales y climáticas. 

Tan sólo los menores que habitan en la península de Baja California y en Sonora viven bajo un riesgo extremadamente alto de escasez de agua, mientras que los habitantes del sur del país están más expuestos a enfermedades como el dengue o la malaria, se aprecia en los mapas del estudio. 

“Mientras que casi todos los niños del mundo están en riesgo de al menos uno de estos peligros climáticos y ambientales, los datos revelan que los países más afectados se enfrentan a crisis múltiples y a menudo superpuestas que amenazan con erosionar el progreso del desarrollo y profundizar las privaciones infantiles”, señaló en el prólogo del estudio la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore

¿Cómo evalúa Unicef el riesgo potencial para los niños y niñas?

Para determinar los riesgos que enfrenta la población infantil debido al cambio climático, Unicef identificó fenómenos de aparición repentina (como las inundaciones y los huracanes), cambios de evolución lenta (escasez de agua y transmisión de enfermedades) y la degradación que sufre el medio ambiente (contaminación atmosférica).

Además introduce el Índice de Riesgo Climático de la Infancia (IRCI) que, con base en dos “pilares”, que son las perturbaciones medioambientales a las que están expuestos los niños y niñas y la vulnerabilidad infantil determina qué tan afectados resultan los menores. 

Añade 67 variables que le permitieron elaborar un ranking para determinar el grado de riesgo por país. “Por primera vez, tenemos una imagen completa de dónde y cómo los niños son vulnerables al cambio climático, y esa imagen es casi inimaginablemente nefasta”, señaló Fore.

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De acuerdo con esta medición, Unicef alertó que los 10 países más riesgosos para la infancia son todos africanos: República Centroafricana (con IRCI de 8.7); Chad (8.5); Nigeria (8.5); Guinea (8.4); Guinea-Bissau (8.4); Somalia (8.4); Níger (8.2); Sudán del Sur (8.2); República del Congo (8) y Angola (7.9).

Los 10 países menos riesgosos para menores son todos europeos, excepto uno: Islandia (1); Luxemburgo (1.5); Nueva Zelanda (1.6); Finlandia (1.7); Estonia (1.7); Suecia (1.8); Noruega (2.1), Malta (2.1); Irlanda (2.1) y Austria (2.1).

“El cambio climático es profundamente desigual. Aunque ningún niño es responsable del aumento de las temperaturas globales, son ellos los que pagarán los costes más elevados. Los niños de los países menos responsables serán los que más sufran”, apuntó la directora ejecutiva de Unicef.

México y América Latina

Aunque México se encuentra a “media tabla” del IRCI con 5.9 puntos, son muchas las variables ambientales que impactan a sus niños y niñas. 

En las regiones del Golfo de México, el sureste, el centro y el área que comprenden Sinaloa y Sonora, la Unicef identifica crisis climáticas y ambientales superpuestas, pues se detectan riesgos extremadamente altos de escasez de agua, riesgo de medio a alto de inundaciones en las costas, riesgo muy alto de huracanes y extremadamente alto de enfermedades por vectores.

Unicef también identifica que México forma parte de los países con un riesgo alto de contaminación por plomo e insecticidas para los menores de edad.

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De acuerdo con el índice, el país está considerado como de riesgo alto

En el continente americano, solamente México, Guatemala, Honduras y Venezuela se encuentran en ese mismo nivel de riesgo y Haití en extremadamente alto.

Para Unicef, en la región de América Latina y el Caribe unos 169 millones de niños, niñas y adolescentes viven en zonas afectadas por al menos dos crisis climáticas y ambientales y 47 millones de menores (1 de cada 4) en zonas afectadas por cuatro perturbaciones.

En América Latina y el Caribe 55 millones de niños están expuestos a la escasez de agua; 60 millones a los ciclones; 85 millones al zika; 115 millones de niños al dengue; 45 millones a las olas de calor y 105 millones de niños a la contaminación atmosférica.

¿Un túnel sin final?

El principal problema que identifica el reporte es el aumento de temperatura, lo que redunda en efectos en varios otros sistemas.

Unicef reconoce que la única forma de resolver la crisis por el cambio climático es a largo plazo y radica en reducir las emisiones de aquí a 2050 para lograr la neutralidad del carbono. Si las medidas tienen éxito, se podrá evitar que la temperatura global aumente 1.5 centígrados; sin embargo, hoy el impacto en la infancia es inevitable, explica.

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“Salvo que hagamos grandes inversiones en la adaptación y la resiliencia de los servicios sociales dirigidos a los 4,200 millones de niños que nacerán en los próximos 30 años, los riesgos que amenazan la supervivencia y el bienestar de la infancia serán cada vez mayores”, advierte el documento.

“Las perturbaciones climáticas y medioambientales están socavando todo el espectro de los derechos de los niños, desde el acceso al aire limpio, los alimentos y el agua potable, hasta la educación, la vivienda, la libertad de explotación, e incluso su derecho a sobrevivir. Prácticamente ninguna vida de los niños estará sin afectar”.

¿Haremos lo necesario para proteger a nuestros niños y niñas?

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